Las conclusiones del doctor Mariano Grondona

Por Canal26

Lunes 3 de Octubre de 2011 - 00:00

Hay un pensador, Robert Nozick, que fue maestro mío cuando estaba en Harvard, que decía una cosa que a mí me pasa: “las mejores personas que he conocido en mi vida, estaban equivocadas. Eran los izquierdistas. Tienen los ideales más nobles y puros, son la gente menos contaminada, pero estaban equivocados. Y las personas que menos me han gustado en mi vida son los que estaban acertados. Los liberales, capitalistas, no son simpáticos, pero tienen razón”.

Uno prefiere una utopía generosa como es la de ellos. Me produce un efecto contradictorio: de un lado sé que están equivocados en algunas cosas que piensan, pero me gusta que haya utopistas. Conservan el ideal rodeados de tantos simulacros, tantos que hacen como qué y no son.

Churchill decía que el que a los 18 años no ha sido izquierdista, no tiene corazón. Y el que a los 40 siguió siéndolo, no tiene cabeza. Estamos como divididos entre el ideal inaplicable, hetéreo y el pragmatismo desenfadado que termina en corrupción. Es como que nunca tuviéramos la síntesis de los llamados idealistas astutos.

En relación a las Malvinas, he sido educado y formado por anglosajones. Sigo admirando, sobre todo, a los ingleses. Yo venía del gorilismo, del antiperonismo, de los que no creíamos en el movimiento de los cabecitas negra. Cuando estalló el abril del '82 y vi que a mis cabecitas negra los mataban los ingleses, sufrí un impacto emocional que aún hoy persiste. Me habían enseñado muchas cosas, pero habían pasado a ser mis enemigos.

El otro impacto profundo que me provocó Malvinas fue que durante la guerra yo quería saber si éramos corajudos. La guerra estaba perdida de entrada y Menéndez fue el ejemplo de cómo no se puede perder una guerra. Por lo menos los generales tienen que morir en ella y Menéndez no murió. Si hubiera muerto, otra hubiera sido la historia argentina. La actitud militar implica ser guerrero, sino sos un burócrata de escritorio, un político más.