¿Por qué un selfie "hot" te puede subir la autoestima?

Por Canal26

Martes 28 de Octubre de 2014 - 00:00

El término fototerapia o terapia fotográfica es algo practicado por algunas profesionales como Ellen Fisher Turk, en Nueva York, y se basa en una premisa tan simple como la que se expone en un artículo del diario inglés The Telegraph, en el que su autora, Melissa Whitworth, se presta a posar desnuda, en modo erótico, y contar la experiencia. “La idea detrás de lo que ahora se llama fototerapia es sencilla: exponerse a la cámara, en las manos de un fotógrafo en el que se confíe, y pasar a ver tu vida de manera diferente. Como comentaba una mujer: desde el momento en que puedes enfrentarte al mundo desnuda, ¿qué más puede darte miedo?”.

Ellen Fisher utiliza la fotografía de desnudo como arma para luchar contra la anorexia, las secuelas de abusos sexuales en la infancia, el cáncer o la mala imagen que muchas mujeres tienen de sus cuerpos y de sí mismas; simplemente fotografiando a mujeres que sufren estos trastornos sin nada encima.

“Desnuda eres completamente vulnerable”, dice Fisher en el artículo del Telegraph, “es entonces cuando aparecen las reacciones emocionales. Este tipo de fotografía es un arma transformadora para entrar en contacto con las dificultades existenciales y los traumas. Las imágenes entran en el cerebro y en el inconsciente de una manera distinta a las ideas o las memorias. Viéndonos desde un ángulo diferente es como podemos alterar la forma en que nos sentimos”.

El artículo cuenta el caso de una chica anoréxica que acudió a varias sesiones de fotos con Fisher. Un día estando en su casa pasó frente a un espejo y, de repente, cayó en la cuenta de que su cuerpo era como el de aquellas judías escuálidas de los campos de concentración nazis. Sin llegar a estos extremos, posar desnuda puede ser para muchas mujeres lo que en el reportaje se denomina como “un momento pin-up, lejos de las obligaciones diarias, los gritos de los niños, el trabajo y las tareas de la casa ”. Los pueblos primitivos pensaban que la fotografía roba el alma, pero también puede devolver muchas cosas: autoerotismo, confianza en uno mismo, enorme poder de evocación y la posibilidad de vernos desde el exterior, en muchos casos con una perspectiva más objetiva y benévola que la que muchas mujeres, jueces implacables de sí mismas, se ofrecen.

Pilar Soria, sexóloga y psicóloga, con consulta privada en Albacete, utiliza también la fotografía como herramienta en su trabajo, tratando de recuperar el deseo sexual, el autoerotismo y la capacidad de seducción en todo tipo de mujeres, aunque donde más éxitos está recogiendo es con sus grupos de enfermas de cáncer.

“El cáncer es una enfermedad larga que, generalmente desde su diagnóstico, inhibe el deseo sexual. Si luego hay una operación como una mastectomía, la cosa se agrava, ya que la idea que se tiene de lo que debe ser el cuerpo de una mujer y su atractivo erótico se derrumba. En estos casos, yo trabajo con fotografías de otras mujeres en la misma situación, otros cuerpos para demostrar que la belleza puede estar en muchos sitios. Trato de integrar el cáncer en sus biografías y que afecte lo menos posible a su vida sexual o a la posibilidad de encontrar una nueva pareja. No siempre es fácil que la mujer se preste a fotografiarse desnuda pero, a veces, ver imágenes de otros casos similares al suyo puede ser de gran ayuda. Generalmente es más fácil percibir la belleza en otro cuerpo y luego incorporar esa idea al nuestro.

Ejemplos como el de Bimba Bosé, que se fotografió tras perder un pecho, o el de la pintora Aleah Chapin, que en su obra plasma mujeres mayores o con defectos, fuera de los cánones estéticos reinantes, son una magnífica ayuda para estas pacientes”, afirma Soria.


Bimba Bosé posó tras su masectomía para Vein Magazine.
Lucy Hilmer es una fotógrafa de San Francisco que lleva desde 1974 retratándose a si misma en topless el día de su cumpleaños. Un ritual repetitivo, como hacía el personaje que interpretaba Harvey Keitel en Smoke (1995) tomando una foto diaria de una esquina anónima de Brooklyn. Un gesto aparentemente vacío, pero lleno de contenido. En España, la fotógrafa Cristina Núñez combatió su adicción a la heroína disparándose a sí misma con una cámara y sin ropa. “Hacer algo que te vuelve más vulnerable, te convierte en más poderoso”, decía en un artículo de El País.

Tal vez la fiebre que vivimos ahora con los selfies no sea solo una tendencia narcisista sino una forma inconsciente de terapia, y los nude selfies, la versión de choque. (Fuente: Diario El País de España).