Un árbitro no puede tener problemas de personalidad

Por Canal26

Martes 11 de Noviembre de 2014 - 00:00

El pedido de la dirigencia de Arsenal para que se anule el gol de Lanús y se modifique el polémico resultado del partido es un despropósito.

Las reglas son claras y los fallos del árbitro son inapelables. No es necesario que después de un gol se saque del medio para convalidarlo como dijeron algunos, ya que un tanto se convalida cuando la pelota entra al arco.

El reglamento dice que se puede cambiar una jugada anterior de acuerdo a alguna circunstancia, siempre y cuando el juego no haya terminado. Acá el árbitro dio por terminado el partido y en la planilla rubricó que el resultado fue 3 a 2.

La dirigencia de Arsenal está interpretando el reglamento de la FIFA como quiere. Además, la FIFA ha quedado en ridículo en un montón de situaciones. Me acuerdo el día que Palermo hizo el gol de penal en el que le pegó con los dos pies y según Grondona era válido porque no hubo intención. Eso es una estupidez más grande que una casa, tocar la pelota dos veces cuando se reanuda el juego es falta más allá de la intencionalidad.

Si le conceden este pedido genera un precedente vergonzoso. Si los partidos se vuelven a definir en los escritorios vamos a volver a pasar la misma vergüenza que se pasaba en alguna época. No obstante, está por verse si el resto de los presidentes del Comité Ejecutivo apoya el reclamo ya que el día de mañana se les puede volver en contra.

Un árbitro se puede equivocar por varios motivos. Un error por una mala ubicación es algo menor. En cambio, si el error estuvo motivado porque desconoce una parte del reglamento, ya es más preocupante. Hay que pararlo y capacitarlo. Finalmente, si el problema es de personalidad, directamente el árbitro no sirve. Un árbitro no puede tener problemas de personalidad, no puede bloquearse o verse superado por un conflicto, justamente porque su función es superar los conflictos.

Sin embargo, la situación más preocupante es que no hay quien capacite bien a los árbitros. Si tenés malos profesores no vas a sacar profesionales de la calidad que merece el fútbol argentino.

Luis Oliveto, ex árbitro