¿No tenés deseo sexual? el sex couching te puede ayudar

Por Canal26

Miércoles 16 de Diciembre de 2015 - 00:00

El cansacio, el estrés, las preocupaciones del día a día, todo eso afecta nuestro deseo sexual. "Cuando tienes una larga lista de cosas por hacer, es muy fácil desplazar las relaciones sexuales a último lugar". Así lo afirma Patti Britton, una de las pioneras del sex coaching, o el entrenamiento sexual, una disciplina que propone enseñar las herramientas necesarias para lograr una vida sexual plena, solos o en pareja.

Su teoría se basa en que el sexo es parte de la autorrealización, si este está detenido no estamos completos como personas. A diferencia de la terapia sexual, el sex coaching se enfoca en soluciones concretas para cambiar patrones que afectan nuestro desempeño sexual.

No ofrece terapia psicológica, ni trabaja en experiencias pasadas. Únicamente se concentra en mejorar aquello que no funciona; su enfoque primordial es lograr que sus pacientes logren la plenitud a través del sexo. Y es que para las mujeres, la disminución del apetito sexual tendría que ver en muchos casos con problemas de autoestima e imagen corporal.

¿Cómo sé que necesito sex coaching?

1. Has perdido el interés en tener sexo con tu pareja.

2. No recuerdas la última vez que tuviste un orgasmo.

3. Tuviste algún evento traumático en tu vida que cambió la manera como veías el sexo.

4. Simplemente quieres mejorar tu desempeño sexual.

A falta de sexo, bueno es el sex couching

¿Cómo mejorar mi vida sexual?

* Quiérelo: Es necesario que desees mejorar tu vida sexual y que la hagas una prioridad en tu vida. Más importante que tener una casa limpia está la relación con tu pareja, ponla en el primer lugar de tu lista.

* Quiérete: Para poder entregarte física y emocionalmente, es necesario que te sientas segura de ti misma. Haz ejercicio, come saludablemente, arréglate. Cuando te sientas atractiva para ti misma estarás dispuesta a “compartirte” con los demás.

* Quiérete, literalmente. Aprende lo que te gusta y lo que no en la cama. Sólo sabiendo cuáles son tus límites y tus estándares del placer, podrás pedir lo que necesitas exactamente.