Laura Fernández: "Me separé de Hoppe aunque aún lo amo"

La pareja de baile de Fede Bal posó súper sensual para Caras y habló de su separación: "Extraño dormirme en el pecho de hombre". GALERÍA DE FOTOS HOT.

Por Canal26

Martes 12 de Julio de 2016 - 00:00

La noticia la confirmaron hace días, Laurita Fernández y Federico Hoppe se separaron, en medio de versiones de infidelidad (desmentidas) con Fede Bal, quien sigue con escándalo y problemas legales contra Barbie Vélez, su ex novia.

Luego de tres años de relación, la campeona de Bailando 2015 y el productor ejecutivo de ShowMatch pusieron punto final a la relación. “Hace sólo un mes planeábamos cosas lindas juntos y hoy no sabemos cómo salir de este embrollo. Fue todo muy feo lo que me tocó vivir porque me acusaban de algo que yo no había hecho. Fede vivía un conflicto con su novia y me señalaban como la culpable. ¡Fue horrible porque yo no tenía nada que ver y sentía una rara mezcla de angustia y bronca! ¡Me encerré a llorar! Y lloré muchísimo. ¡Mi vida de golpe era un terremoto! ¡Todo se daba vueltas y el piso se abría a mi paso!”, confesó Laurita a la revista Caras.

“Fue muy difícil separarnos porque somos muy pasionales y yo, por lo menos, tengo todo el tiempo re ganas de verlo. Además, es imposible bancar una distancia cuando hay tanto amor y pasión. El tema es que nos cruzamos todo el tiempo en los pasillos y en cada programa y yo siento que me estalla el corazón porque tengo un amor muy profundo por él. Pero aunque suene contradictorio siento que esa distancia que pusimos entre nosotros es positiva, porque me sirve para estar en paz, tranquila y para extrañarlo o darme cuenta que, por ahí, es mejor ese punto final”, aseguró Laurita.

“¡Cuando nos cruzamos se me corta la respiración! Pero estoy convencida de que es lo mejor que nos podía pasar. Yo hoy necesito estar bien. Vivía angustiada y muy triste y eso no es para mí ni para ninguna chica de 25 años”, agregó. “Nadie dice que se terminó el amor. Pero era necesaria la separación. Porque todo llegó a un punto en el que el volcán iba a erupcionar y ahí sí que no había retorno. Las peleas iban creciendo y estaban a punto de explotar mal. Por eso necesitábamos calmarnos con nosotros mismos".