Sexo: ¿qué prefieron ellos a los 20, 30 y 40 años?

Por Canal26

Sábado 8 de Octubre de 2016 - 00:00

El sexo no es una ciencia exacta. Los hombres tampoco (ni siquiera son una ciencia). Sin embargo, sí que se puede teorizar sobre esta combinación que acompañará a las mujeres heterosexuales durante toda su vida y extraer de ello conclusiones concretas. ¿Qué quieren los hombres a los 20, a los 30 y a los 40 cuando se trata de sexo? Puede que lo primero que te venga a la cabeza es 'más sexo' pero no, la respuesta es mucho más compleja.
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Según cada edad, las preferencias sexuales masculinas varían bastante aunque el tópico sea solo les gustan las veinteañeras, sea la década que sea. Pero los gustos de los hombres van bastante más allá y tienen muchos secretos que, a veces, ellos mismos no se atreven a revelar. Si tu pareja (o a quien aspiras que lo sea) está en la franja de los 20, los 30 y los 40, sigue leyendo, y muy atentamente.

20 años: más cantidad y aprendizaje
La diferencia entre un adolescente y un hombre en la veintena es que el primero no podría soportar el saber que su pareja sexual tiene más experiencia que él. Su recién estrenada hombría se ve tocada por una mujer que quizá haya tenido solo un par de encuentros más que él y, en vez de tomárselo como algo positivo, lo pueden llegar a ver como una competición en la que salen mal parados. Sin embargo, a los 20 la madurez intelectual alcanzada les permite tomarse las cosas de una manera muy distinta.

Si bien mantienen ese fervor teen (sí, les apetece a todas horas), también tienen muchas ganas de aprender y adquirir más 'rodaje'. Así que, si su pareja tiene más experiencia ésta será siempre un grado, bien sea porque es de mayor edad -los hombres en la veintena están mucho más abiertos a tener relaciones con mujeres mayores- o porque ha sido sexualmente más activa.


Como decíamos en el párrafo anterior, a esta edad van tan sobrados de energía y la revolución hormonal aún está tan reciente que lo habitual es que los encuentros sexuales sean muy frecuentes. Si están buscando adquirir más experiencia, tiene lógica, ¿no? Su lema: nunca he tenido un orgasmo que no me gustara.

30 años: más experimentación y cuidado de la pareja
En esta década llega el momento de probar cosas nuevas. El Christian Grey que hay en ellos aparece en esta etapa (aunque el personaje tenía 27 años en la primera novela, lo sabemos) y es cuando se animan a adentrarse en terrenos que antes estaban totalmente fuera de su zona de comfort: juguetes, S/M, tríos, cambio de roles... Están mucho más abiertos a experimentar de verdad, mucho más allá del sexo tradicional.

Como están mucho más seguros de sí mismos, su autoestima no se verá comprometida si se atreven con ciertas prácticas que con 20 años les hubieran parecido imposibles.
Además, con esta edad se preocupan mucho más por las necesidades y deseos de su pareja sexual. Y es que una parte muy importante de su satisfacción es la del otro; si su compañera no disfruta, ellos tampoco. Su lema: tu placer es mi placer.


40 años: lucha contra el estrés y la rutina
A partir de esta edad muchos hombres notan que tienen mucho menos energía que unos años antes; además, como la paternidad y la maternidad se retrasan tanto, es muy normal que a una edad en la que nuestros padres ya tenían adolescentes que volaban solos ellos tengan niños de guardería. Sí, otro súcubo de energía.

Así que el sexo a veces se convierte en una misión imposible que casi hay que planificar con una agenda entre trabajo, tareas domésticas, partidos de fútbol de los niños y festivales infantiles. Incluso si no tienen hijos, para ellos el sexo puede ser una manera de evadirse del estrés y luchar contra él. De ahí que quizá no tengan las mismas ganas de mantener una maratón sexual sino un encuentro sosegado y hasta relajante.


Eso sí, a partir de los 40 los hombres se convierten en unos maravillosos amantes. La experiencia adquirida en los últimos años les permite luchar contra lo que quizá les niega la naturaleza (el vigor y la energía de los 20 años, por ejemplo) con imaginación y savoir faire. Su lema: no importa la cantida sino la calidad.