Várices: síntomas y tratamiento de una pesadilla nada estética

La insuficiencia venosa crónica es la incapacidad que tienen las venas de las extremidades inferiores para empujar la sangre desde éstas hasta el corazón. Qué la genera y cómo se trata: enteráte en esta nota.

Por Canal26

Martes 22 de Mayo de 2018 - 20:13

Várices

El estilo de vida actual predispone a la aparición de la insuficiencia venosa crónica, más conocida como várices y, a pesar de que la creencia popular las encasilla como un problema estético, en la mayoría de los pacientes generan diferentes y molestos síntomas.

 


La insuficiencia venosa crónica es la incapacidad que tienen las venas de las extremidades inferiores para empujar la sangre desde éstas hasta el corazón. 

 


Al fallar las válvulas que se encuentran en las paredes de las venas, pierden su elasticidad y se puede producir hinchazón, lo que hace que la circulación sea más difícil.

 


En la edad adulta, los malos hábitos alimenticios, el sedentarismo, el tabaquismo, la ingesta excesiva de alcohol, sumado a situaciones como embarazo, estreñimiento, menopausia y el propio desgaste natural producto del paso de los años son factores 
predisponentes para el desarrollo de esta problemática.

 


De hecho, si bien no existen estadísticas oficiales, se estima que aproximadamente un 25% de las personas en edad adulta tienen várices, en una incidencia 4 a 1 en perjuicio de las mujeres. Además, si no se la trata adecuadamente, esta enfermedad puede llegar a ser invalidante.


"Así como sus factores desencadenantes son múltiples, los síntomas de quienes la padecen suelen ser diversos, por lo que es de fundamental importancia realizar un diagnóstico preciso", explicó Mabel Bussati, presidenta del Colegio Argentino de 
Cirugía Venosa y Linfática (www.cacvyl.org). 


Este tema será uno de los focos principales del XVIII Congreso Internacional de Flebología y Linfología del Colegio Argentino de Cirugía Venosa y Linfática, que se realizará del 6 al 8 de junio próximo en el Hotel Intercontinental de Buenos Aires, con la participación de más de 25 especialistas internacionales.



¿Cómo identificar la Insuficiencia Venosa?


Los síntomas más frecuentes son pesadez, dolor, cansancio, calambres, hormigueos, aumento de diámetro de las piernas, prurito, ardor y calor, aunque, según señaló Bussatti, "no siempre los síntomas son correlativos a los signos que presenta el paciente, pero en todos los casos el sustrato fisiopatológico de 
la enfermedad es la columna hipertensiva y la inflamación subyacente".

 


Junto a estos síntomas, los principales signos que ayudarán en el diagnóstico son "las telangiectasias (arañitas vasculares), várices de distintos grados, la presencia de edema, cambios de coloración y textura de la piel, complicaciones como úlcera 
venosa, tromboflebitis, golfos presangrantes y complicaciones infecciosas de la piel", añadió.

 


La presidenta del XVIII Congreso Internacional de Flebología y Linfología describió que "el sistema venoso es variado en su disposición anatómica". 

 


"Existe un sistema venoso superficial, un sistema venoso profundo, un sistema perforante que comunica ambos sistemas anteriores, ramas colaterales varias y venas en distintos estratos de la piel, tejido celular subcutáneo y muscular. Por lo cual, inferimos que puede existir enfermedad de cualquiera de estos sectores, en tanto que en un mismo paciente puede coexistir patología de estos distintos sistemas", dijo.



¿Por qué aparece la Insuficiencia Venosa?

 


En esta problemática existen dos de factores desencadenantes que se potenciarán entre sí: no modificables y modificables.

 

Los primeros son inevitables y serán fundamentales para establecer la presencia de la insuficiencia venosa. 

 


"La herencia y la genética son determinantes para la aparición de esta enfermedad, ya que si un solo progenitor la padece, las posibilidades de tenerla son del 50%, en tanto que asciende al 70% cuando ambos padres la poseen", subrayó.

 


Además de la genética, la edad es otro detonante insoslayable, debido a que el proceso de envejecimiento lleva a un deterioro de la pared vascular y de la función valvular.

 


Bussati indicó que en las mujeres, donde la enfermedad es más frecuente, se suman factores hormonales en distintas etapas de la vida, como lo son la menarca, el embarazo y la menopausia.

 


"A esto se le debe sumar la toma de anticonceptivos y la terapia hormonal de reemplazo, que colaboran para la aparición de la insuficiencia venosa", detalló.
En tanto, entre los factores de riesgo modificables, se encuentran la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, el calor y exposición solar, esfuerzos extremos, constipación, práctica continua de deportes de alto impacto y alteraciones del poyo 
plantar y de la marcha.

 


"También colaboran con la aparición de la enfermedad el uso de calzados no apropiados y ropa ajustada que hace compresiones segmentarias, efecto liga y la permanencia de pie o sentado por largas horas de acuerdo a la actividad laboral que desarrollan", añadió la especialista.

 


Para prevenir este problema, lo principal es poder realizar un diagnóstico preciso, ya que, dijo la especialista, "es fundamental determinar en cada caso cual es la patología, para ofrecerle a quienes la padecen el mejor tratamiento". 

 


"El Gold estándar es el Eco Doppler color, método de diagnóstico no invasivo por excelencia", sostuvo.

 


Son justamente esos factores modificables los que permiten promover una prevención de la insuficiencia venosa. Bussati subraya que el principal consejo se basa en la adopción de un estilo de vida saludable:


* La actividad física ayuda a activar las bombas musculares impulso aspirativas. Deben ser deportes de bajo impacto, como caminatas, bicicleta y natación.


* Control de peso. Incorporar una dieta saludable, rica en aporte de fibras y agua.


* Cuidado de la piel. Humectación y tratamiento de lesiones que presente.


* La administración vía oral y tópica de medicación flebotónica para actuar sobre el sustrato inflamatorio de la enfermedad, de acuerdo al criterio médico.


* Compresión terapéutica, con medias y /o vendas, que cumplen un rol fundamental en el tratamiento de estas afecciones.

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