¿Cuánto sabemos sobre enfermedades de transmisión sexual?

Falta de diálogo y pocas campañas preventivas hacen que hablar de estas cosas sea un tema tabú. La epidemia silenciosa aumenta. La importancia de controles anuales.

Por Canal26

Martes 23 de Abril de 2019 - 13:38

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Son muchas las enfermedades de transmisión sexual de las que la gente habla regularmente. Es tema cotidiano, pero no siempre se tienen datos concretos al respecto. Sífilis, clamidia, gonorrea, herpes simple, virus del papiloma humano, VIH/sida, hepatitis B y C son las infecciones de transmisión sexual (ITS) más comunes. Y, lo más preocupante, es que aumentan a pasos agigantados y complican seriamente nuestra salud.

 

Mientras tanto, vivimos una etapa de la humanidad muy sexualizada donde, mediante los medios y de las redes sociales, se muestra erotismo con la exhibición de los cuerpos, tanto de las súper estrellas del espectáculo, influencers y hasta de la vecina. También la músivca, como el reggaetón, hablan normalmente sobre sexo, mientras que por otro lado también es muy fácil el acceso a ver pornografía desde el celular, el aumento de apps de citas que permiten conocer gente solo para eso. Pero poco se habla de los cuidados que se deben tener ante un encuentro íntimo.

 

“Hay acciones que sirven como la prevención primaria de ITS. Educación sexual integral (está la ley pero no se aplica o se lo hace a medias), asesoramiento antes y después de las pruebas de ITS y VIH; sobre prácticas sexuales más seguras y reducción de riesgos, promoción del uso de preservativos; intervenciones dirigidas a grupos de población, incluidos trabajadores sexuales y consumidores de drogas inyectables”, dijo María José Araujo, médica ginecóloga, y es también codirectora del curso de ginecoestética de la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI).

 

Tener buena y confiable información a mano ayuda a que se logre identificar los síntomas de las infecciones; sin embargo, “la falta de sensibilidad del público, del personal sanitario y el arraigado estigma generalizado en torno de las ITS siguen dificultando un mayor recurso a esas intervenciones”, dice la especialista. A esto se suma que faltan más campañas de prevención.

 


“En los consultorios se reciben cada vez con más frecuencia consultas por infecciones de transmisión sexual, lo cual es alarmante”, sostuvo Valeria Fink, médica infectóloga, miembro del equipo de investigaciones clínicas de Fundación Huésped.

 

“La sífilis, por ejemplo, registró, en la ciudad de Buenos Aires, un aumento de más del 150% entre 2011 y 2017”. Y puntualiza: “Respecto del VIH, si bien no ha subido, tampoco ha disminuido, en un país con acceso gratuito a testeos y tratamientos”. Además, continúa la especialista, “hace poco surgió una alerta por el aumento de casos de linfogranuloma venéreo que está asociado a la infección por clamidia”. Como sentencia la médica de la Fundación Huésped, “las infecciones de transmisión sexual atraviesan todas las edades, los géneros, las clases sociales y estratos educativos”.

 

La libertad es algo maravilloso, pero usada con responsabilidad, de lo contrario roza la intransigencia. Lo grave, coinciden las expertas, es que la mayoría de las personas no usan preservativos. Y a eso se suma que el sexo casual es cada vez más común.

 

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¿El problema es la falta de información?:

Valeria Fink sostiene que “la existencia y disponibilidad de tratamientos efectivos para el VIH hacen que se haya perdido el miedo a esta enfermedad, por lo tanto disminuyó el uso de preservativos. Además, los cambios en la sexualidad en los adultos mayores, que se encuentran física y mentalmente saludables, frente al no riesgo de embarazo consideran que no es necesario cuidarse. En algunos casos no tienen su uso incorporado porque cuando eran jóvenes, no era habitual. Las mujeres que dejan de ser fértiles, en particular aquellas que son menopáusicas, piensan que ya no es necesario cuidarse. Claro, no del embarazo pero sí de las ITS. “Muchas no tuvieron el hábito de uso de preservativo en su juventud y no lo ven como un riesgo. Como siempre, no deja de estar presente el ´a mí no me va a pasar´ y los prejuicios”.

 

¿Ayuda tener una pareja estable?:

Dice Fink: “Para algunas personas hace referencia al tiempo que llevan juntos y nadie sabe con certeza cuándo se alcanza la estabilidad: puede ser ¿dos meses?, ¿dos años? Para otras, fidelidad se refiere a un compromiso de no tener relaciones sexuales por fuera de la pareja, y esto muchas veces se da por supuesto como algo compartido, sin conversarlo con honestidad. Por lo tanto, la estabilidad no pone a salvo ni protege de infecciones de transmisión sexual”. Y agrega: “Lo único que protege de ITS a las personas en parejas estables, inestables, fieles o infieles es practicar sexo seguro, esto incluye tanto el uso de métodos de barrera –preservativo o campo de látex− como conocer la serología propia y de las parejas sexuales a través de testeos y chequeos periódicos. Los virus y las bacterias no saben ni les importa el estado sentimental para instalarse en el cuerpo, solo necesitan vía libre a través de algún fluido propicio que se comparta entre las personas”, afirma la especialista de la Fundación Huésped.

 

Escondidos. Estar y no estar:

No son tiempos pretéritos, aunque a veces parezca. En pleno siglo XXI, las ITS están más vigentes que nunca. Muchas son asintomáticas y, en consecuencia, es fácil la transmisión a las parejas sexuales. Los especialistas recomiendan, más allá del uso del preservativo, visitar al médico de forma periódica para real izarse exámenes para la detección temprana y así identificar y tratarla antes de transmitirla. Como dice Fink: “Es importante consultar siempre frente a la aparición de una lesión genital, recordar que si existe, es más probable que haya transmisión (por lo cual hay que extremar las medidas de cuidado) y la gran mayoría de estas tienen tratamiento”.

 

Hoy las ITS se encuentran entre las principales causas de enfermedad del mundo.
¿Cómo distinguir los distintos tipos de enfermedades? En el caso de la sífilis, pueden aparecer úlceras en los genitales y manchas rosadas en la piel. Suelen ser generalizadas, pero a veces solo afectan una parte del cuerpo; presentar muchos síntomas o ninguno, por ello se la conoce como “la gran simuladora”. “Se debe tener en cuenta que, en una mujer embarazada, puede producir malformaciones en el bebé, por eso es importante detectarla”, explica la médica Valeria Fink.

 

La ginecóloga Florencia Salort afirma que esta infección, muy creciente en prevalencia, se debe a una bacteria que a los 21 días del contacto sexual aparece como una úlcera –o chancro– indolora y blanca en los genitales que se va sola, por lo que la gente cree que está curada. Pero la realidad es que queda latente la sífilis secundaria y aparece entre los tres y seis meses, con manchitas rosas en el cuerpo, palmas y plantas, súper contagiosas. También se va sola, hasta que emerge la terciaria: con nódulos y bacterias muy contagiosas. Y hay sífilis congénita: se transmite de madre a feto –es transplacentaria– y su tasa de transmisión es del 80 al 90 por ciento. Esta infección tiene cura; se trata con penicilina. “Es obligatorio denunciar de forma oficial un caso de sífilis”, dice la especialista.

 


Medidas de profilaxis y controles efectivos:
El VIH, infección del virus de la inmunodeficiencia humana, interfiere en la habilidad del cuerpo de combatir virus, bacterias y hongos que pueden inducir enfermedades y provocar sida, hoy crónico. Es posible que al contraer el virus no haya síntomas, pero pasadas dos a seis semanas, algunas personas presentan una enfermedad similar a la gripe.

 

La única manera de comprobar si se tiene VIH es a través del análisis de sangre. De todos modos, aclara la ginecóloga y obstetra María José Araujo, “algunos de los signos y síntomas son fiebre, dolor de cabeza, de garganta, ganglios linfáticos inflamados, erupción cutánea, fatiga. Pueden desaparecer en una semana o un mes y, a menudo, se los confunde con los de otra infección vírica. Durante este período, el nivel de contagio es muy alto.

 

Los síntomas más persistentes por el VIH quizá no se manifiesten durante 10 años o más después de la infección inicial. “A medida que el virus continúa multiplicándose y destruyendo células inmunes, se pueden manifestar infecciones leves o signos y síntomas crónicos, como ganglios inflamados –a menudo, uno de los primeros signos de la infección por el VIH–, diarrea, pérdida de peso, fiebre, tos y falta de aire”. Cuando está avanzado aparece fatiga persistente, sudoraciones nocturnas con empapamiento, escalofríos con temblor o fiebre superior a 38° C durante varias semanas, dolores de cabeza e infecciones.
El herpes simple, explica Salort, es causado por un virus y se transmite de piel a piel y a través de mucosa. Es súper frecuente. En tanto el genital tipo 1 y 2 puede estar en vulva y en boca. La infección primaria se da con fiebre, con labios inflamados, infección ocular. Se transmite como lección activa (es como la varicela) y, por lo general, es asintomático y residual. Se trata con antivirales.

 

Araujo dice que el síntoma inicial del herpes genital es, normalmente, dolor o picazón, que comienza algunas semanas después de haber mantenido relaciones con una pareja infectada. Luego de varios días, pueden aparecer pequeñas protuberancias rojas, que luego se rompen y se transforman en úlceras que supuran o sangran. Eventualmente, se forman costras y de esa manera sanan.

 

En el caso de las mujeres, las llagas pueden presentarse en el área vaginal, los genitales externos, las nalgas o el cuello del útero. En los hombres, en lugares similares. Las úlceras pueden causar dolor al orinar y es posible tener sensibilidad en el área genital hasta que desaparezca la infección. Durante el episodio inicial, es posible que presenten signos similares a los de la influenza, como dolor de cabeza, musculares, fiebre y ganglios linfáticos inflamados.

 

¿De qué se trata el HPV?:

El virus del papiloma humano es una de las infecciones más comunes de transmisión sexual en los hombres, más que en las mujeres. Puede producir verrugas (condilomas) en toda la región genital y, en algunos pocos casos, lesiones pre-malignas o malignas, como cáncer de cuello uterino. “Muchas veces, estas lesiones pueden ser asintomáticas e incluso no haber ninguna lesión evidente”, aclara Fink.

 

“Es importante saber –señala la especialista– que existe una vacuna que previene la infección para cuatro tipos de HPV (desde los dos más comunes que se asocian con verrugas y otros con lesiones malignas). Y sigue: “Está incluida en el calendario y debe administrarse a todos los chicos de 11 años”.

 

Salort dice al respecto: “Si se llena la cancha de River, el 97 por ciento de esa gente va a tener HPV en su vida. Se cura en el 97 por ciento de los casos; en el 3 se da el persistente, y va a producir después de algunos años cáncer de cuello de útero”.
Existen medidas de prevención secundaria de cáncer de cuello uterino como los controles ginecológicos de rutina. Además, como método de extirpación de la lesión está la conización. “El área anormal se elimina. Se utiliza un procedimiento electroquirúrgico que permite cortar el tejido de forma similar a un bisturí eléctrico”, explica Araujo.

 

Números que preocupan:


1 millón de personas contraen una ITS por día.


357 millones por año se contagian clamidiasis, gonorrea, sífilis o tricomoniasis.


500 millones son portadoras del virus que provoca el herpes genital tipo 2 (HSV2).


290 millones de mujeres están infectadas con el virus del papiloma humano (HPV).


900 mil mujeres embarazadas contrajeron sífilis en 2012, lo que causó complicaciones en 350 mil casos. (Datos de la Organización Mundial de la Salud)

 

¿Qué decir sobre las campañas de prevención?
En octubre de 2018, salió a la luz “No pasa nada”, una campaña que se vio en TV y redes, del Plan Nacional de Prevención del Embarazo no intencional en la adolescencia. La crítica fuerte que recibió, apenas se conoció, señala la parte en la cual la chica, que está con un chico en la cama, le dice “no pasa nada, tengo el DIU” y el posterior “ah, entonces no pasa”. Se desataron cuestionamientos, a sabiendas de que este método no es el más confiable en jóvenes que aún no han sido madres, además de no priorizar el uso del preservativo, ya sea para prevenir el embarazo como las ITS.


La dirección de Sida, ETS, Hepatitis y TBC del Ministerio de Salud de la Nación realizó una campaña, destinada a adolescentes. Fueron una serie de piezas audiovisuales con el objetivo de prevenir las ITS, a través del uso correcto del preservativo. Hay dos videos, uno protagonizado por un joven que explica cómo se usa y otro, por una chica que enseña a hacer el campo de látex. La observación más crítica es que estas campañas no se han viralizado ni tampoco cuentan con una repetición importante en los medios audiovisuales. Para que las campañas de prevención sean efectivas deben ser reiterativas hasta el cansancio.