Curas del Próvolo se burlan de abusos a niños con canción: "En la capilla lo conocí"

La letra de la canción fue encontrada en un fax enviado desde la sede de La Plata que alertaba sobre maltratos y actitudes sexuales de los sacerdotes. El texto ya está en la Justicia.

Por Canal26

Sábado 4 de Mayo de 2019 - 11:53

Instituto Próvolo de La Plata

En las últimas horas se reveló una canción que, en 2002, un cura platense adjuntó como "prueba" a las autoridades mundiales del Instituto Próvolo en un fax en el que expresaba su "preocupación" por las "personas afeminadas y homosexuales" que integraban la congregación y que, según su criterio, daban una imagen errónea del espíritu de la misma.

 

La carta fue enviada desde la sede de la Escuela "Antonio Próvolo" para niños hipoacúsicos de La Plata hacia las máximas autoridades de la congregación en Verona, Italia. El original, sin embargo, lo tenía en su poder el sacerdote Nicola Corradi cuando fue detenido a fines de 2016 y luego beneficiado con prisión domiciliaria por diversas causas de abuso en el instituto Próvolo en la sede de Mendoza.

 

En la carta, quien escribe critica duramente a un supuesto ex seminarista, de nombre Gerardo, y adjunta la vulgar canción al ritmo del reconocido tema Decile que lo quiero del grupo de cumbia Los Sultanes, pero con la letra alterada. También se queja de la complicidad de los curas que lo protegían y encubrían y las irregularidades dentro del seminario y del instituto.

 

El fax en cuestión ya lo tiene la Justicia: forma parte de la documentación que integra la causa Mendoza y fue aportado también a la causa que investiga los abusos a niños hipoacúsicos en la sede de La Plata, a cargo de la fiscal Cecilia Corfield de la UFI N°15.

 

Las últimas dos estrofas del "Cántico de Gerardo" son aberrantes:

 

Estoy saliendo con un chabón

ser siempre fiel yo le prometí

de religioso ya me vestí

y por la noche tiro el calzón

 

Estoy saliendo con un chabón

ya encontré yo mi vocación

quiero vivir en congregación

abrir el cul... es mi religión.

 

Las acusaciones también hablan de maltratos, tormentos y castigos corporales que incluían obligar a los niños sordos a arrodillarse sobre maíz o sal durante horas, encierros en jaulas, golpes y ataduras.

 

Más adelante en su carta, el sacerdote describe irregularidades particulares del personal religioso, específicamente de las monjas, del Instituto para con los chicos a su cargo. "En varias oportunidades quisimos hacer algunos cambios en la ropería, hoy contamos con casi 578 pullovers para los chicos, los cuales no se los dan. Todo se lo guardan y se llenan de polillas o las mismas hermanas venden la ropa que nos entran en donación por 2 o 3 pesos", denuncia.

Notas relacionadas