El oculto significado de los 40 días de penitencia en la cuaresma cristiana

El período de oración, abstinencia y ayuno para recordar que la vida en la tierra es pasajera dura cerca de un mes y medio. Pero...¿por qué dura 40 días y no 10, 30 ó 70? Respuestas a ese interrogante.

Por Canal26

Lunes 19 de Febrero de 2007 - 00:00

La Cuaresma, que empezará este miércoles 21, abre para los cristianos un período de 40 días de oración, penitencia, abstinencia y ayuno, para recordar que la vida en la Tierra es pasajera; pero ¿por qué dura 40 y no 10, 30 ó 70 días?

Es porque este número, varias veces nombrado en la Biblia, guardaba para quienes la escribieron un simbolismo que enlaza con antiguas creencias astrológicas según las cuales, cada 40 años, se experimenta un giro radical en las conductas: se deja lo viejo para comenzar algo nuevo, se es otro hombre, otra generación.

La Cuaresma recuerda los 40 días del diluvio universal, los 40 días que Moisés estuvo en el Sinaí, los 40 días de arrepentimiento de los ninivitas tras la advertencia de Jonás, los 40 días del ayuno de Cristo y los 40 años que los judíos deambularon en el desierto, entre otros.

¿Por qué? Todos los especialistas en temas bíblicos coinciden en afirmar que la alusión al 40 simboliza el cambio de un período a otro.

Si se observa, después de 40 días y 40 noches de lluvia, el mundo fue otro, nació una nueva humanidad. Moisés estuvo 40 días en el Sinaí y recibió las tablas de la ley que cambiaron totalmente el concepto del bien.

Los judíos pasaron 40 años en el desierto hasta que murió la generación infiel que adoró al becerro de oro, y surgió la nueva, fiel a Javé. También Jesús ayunó 40 días tras los que comenzó a predicar. Y hoy se sabe que no murió a los 33 sino a los 40 años.

Los astrólogos sostienen que alrededor de los 40 años las personas dan vuelta la hoja y comienzan a vivir de otra manera, empujadas por el "cambio" que les impone el planeta Urano -al que llaman "el despertador del zodíaco"- cuando completa la mitad de su órbita (180 grados) en relación al lugar que ocupaba al nacer.

Que los antiguos nada supieran acerca de Urano (fue descubierto en el siglo XIX) esto no significa que no existiera y pudiese influir energéticamente, sostienen.

Y explican que antiguamente se apreciaba sobre generaciones el "cambio" propuesto por Urano, porque la vida era muy corta, y que ahora se nota a nivel individual, porque la existencia se alargó.

Las alusiones a los 40 días o los 40 años que se hacen en el Antiguo y el Nuevo Testamento se deben a que ambos fueron escritos en tiempos en que la Astrología era el máximo saber.

A tono con esto, si la Cuaresma dura 40 días, en vez de 10, 30 o 70, es porque mediante el ayuno, la oración y la penitencia se le propone al hombre arrepentirse de sus pecados y "cambiar".

Su primer día, el Miércoles de Ceniza, también obedece a una antigua tradición judía, de cubrirse la cabeza con un polvo blanco cuando hacían algún sacrificio.

Similar precepto cumplieron los ninivitas, luego de que Jonás les advirtiera que en 40 días, Nínive, sería destruída debido a sus pecados. La Biblia cuenta que hombres y bestias ayunaron y que se cubrieron con sacas (de cenizas) en signo de conversión, lo que al final llevó a Dios a perdonarles la vida.

En los primeros tiempos de la Iglesia, los que querían recibir el Sacramento de la Reconciliación también se ponían ceniza en la cabeza para manifestar su voluntad de convertirse al cristianismo.

En el siglo IV la Cuaresma adquirió un sentido penitencial y data del siglo XI la costumbre de hacer en su primer día la imposición de cenizas sobre la testa de los fieles.

Aquellas se obtienen de quemar las palmas del Domingo de Ramos del año anterior y su significado es recordar que lo que en la Tierra es signo de gloria y riqueza, pronto se reduce a nada; en cambio, el bien realizado es el pasaje al paraíso.

La imposición de cenizas es acompañada con el ruego "Concédenos, Señor, el perdón, haznos pasar del pecado a la gracia y de la muerte a la vida"; y con la admonición "de polvo eres y en polvo te convertirás".

En un principio la Cuaresma significó varias jornadas de ayuno y la total abstinencia de carne, huevo y leche por 40 días. Hoy sólo persiste ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.

La abstinencia se reduce a no comer carne (salvo pescado), obliga desde los 14 años y excluye a los enfermos; el ayuno admite una comida al día y se aplica a gente sana de entre 18 y 59 años.

Sirve para pedirle perdón a Dios por haberlo ofendido y decirle que se quiere "cambiar de vida", tal como manda Urano.