Caso Garrido: la acusada aseguró que no tuvo la intención de asesinar

Deborah Acuña, quien fue señalada como responsable de ejecutar el último disparo que terminó con la vida el policía, dijo que sólo quería robar. La viuda del oficial sostuvo que quería "pegarle" a los imputados. (Ver videos).

Por Canal26

Martes 9 de Junio de 2009 - 00:00

Ernesto Daniel Luque, el imputado acusado de asesinar al teniente Aldo Garrido durante un robo en el centro de San Isidro en febrero, confesó en el juicio que se le "escaparon" dos disparos en un forcejeo con el policía y que luego lo remató su mujer, Déborah Acuña, la otra imputada, quien aseguró que no tuvo intención de hacerlo.

Marta Barbieris, la viuda de Garrido que se constituyó en el debate como particular damnificada, dijo a la prensa que tuvo ganas de "ir y pegarles" a los acusados al escuchar cómo relataban el hecho y consideró que la mujer "es muy fría, es una basura".

El juicio oral por el crimen del policía que hacía más de 30 años vigilaba el centro comercial de San Isidro comenzó esta mañana ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 de San Isidro, integrado por los jueces Mario Kohan, Raúl Neu y Ariel Introzzi Truglia.

El debate se inició alrededor de las 11 con la presencia del intendente de San Isidro, Gustavo Posse, quien acompañó en todo momento y se sentó en la sala junto a Marta Barbieris.

En representación de la policía bonaerense, asistieron las dos máximas autoridades de la zona, el superintendente Salvador Baratta y el jefe departamental Conurbano Norte, comisionado Omar Nasrala.

Acuña y Luque llegaron a juicio acusados del delito de homicidio calificado criminis causa (el que se comete para ocultar otro delito o lograr la impunidad, en este caso, del robo), por lo que enfrentan una expectativa de pena de prisión perpetua.

Luque, quien está asistido en el juicio por el defensor oficial Carlos Aguirre, fue el primero en aceptar declarar frente a los jueces y allí confesó su responsabilidad en el hecho, aunque intentó introducir algunos atenuantes.

"Esa mañana con mi señora habíamos ido a San Isidro a delinquir", dijo al inicio de su declaración.

El hombre, que por una causa previa por robo en San Martín, había recuperado la libertad el 2 de febrero, es decir 15 días antes de este hecho, explicó que con su concubina entraron al local de ropa Kevingston ubicado en la calle Chacabuco 361 y se hicieron pasar por clientes.

"Les pedimos a las señoritas que atendían que nos mostraran ropa y a los diez o quince minutos yo saqué el revólver y mostrándoselo les dije que se quedaran tranquilas y las llevé a la parte de atrás, a los vestidores, donde les dije que se recostaran en el piso con las manos hacia atrás", narró el imputado.

Luque explicó que cuando él estaba en la parte de los vestidores, entró Garrido al local y que su esposa se hizo pasar por encargada del local.

"Garrido preguntó por las chicas, mi señora le dijo que se habían ido a hacer un trámite. Se ve que no le creyó porque se vino hacia el fondo y ahí decidí enfrentarlo", comentó.

"Me enfrenté cara a cara. Yo le dije: 'oficial quédese tranquilo tírese al piso que es un robo, yo me quiero ir de acá' y él me decía que yo me tire al piso y atinó a sacar su arma, pero mi mujer le puso la mano para que no levante la pistola", señaló.

Luque explicó que así se inició un forcejeo en el que la mano derecha de Garrido con el arma era sujetada tanto por su mujer, Acuña, como por su propia mano izquierda, y que a su vez, Garrido le sujetaba a él la mano derecha donde tenía el revólver calibre 32.

"Nos fuimos contra los vestidores, seguimos forcejeando y yo alcanzo a pegarle dos veces con el arma en la cabeza. Mi intención era que se caiga, no lo que pasó después.", recalcó el imputado.

"En el forcejeo a mí se me efectúan dos disparos, se me escapan dos disparos", dijo, para luego dirigirse a la viuda de Garrido que lloraba mientras escuchaba el relato del asesino confeso de su marido.

Luego, Luque incriminó a su concubina al sostener que fue ella quien remató a Garrido cuando estaba herido.

"Garrido se quedó sin fuerzas y mi mujer quedó con su arma en la mano. Le efectúa dos disparos y quedó temblando. Ella nunca había tenido un arma en la mano", dijo.

A pedidos del fiscal de San Isidro Diego Callegari, quien además realizó la instrucción, Luque realizó una representación del forcejeo con un secretario de la fiscalía.

"Yo no salí a matar. Sí salimos a robar, pero no a matar para robar. Estoy arrepentidísimo de lo que pasó y a la viuda y a la comunidad de San Isidro les doy mi más sentido pésame", afirmó Luque quebrando la voz pero sin lágrimas en los ojos.

Luego declaró Acuña y si bien también confesó su participación en el hecho afirmó que su intención era robar y no matar.

"Yo disparé hacia el piso, hacia abajo. En ningún momento fue mi intención dispararle (a Garrido), mi intención era robar", afirmó en su declaración, en la que manifestó estar arrepentida de haberle quitado el arma a Garrido para defender a su concubino.

El juicio se inició con dos planteos del defensor oficial Marcelo Rodríguez Jordán, quien representa a Acuña, que retrasaron el inicio de la audiencia.

En primer lugar, pidió que la querella de la viuda, a cargo del abogado Marcelo Rocchetti, no pueda acusar porque su presentación en la causa fue extemporánea.

Luego solicitó la nulidad de las declaraciones indagatorias de los imputados en la instrucción al sostener que previo a ellas habría existido una confesión extrajudicial de los imputados que podía haber sido obtenida por coacción.

Ambos planteos fueron rechazados por el TOC 5, tras un duro cruce de fundamentos entre Rodríguez Jordán y Rocchetti.

El defensor había dicho que prefería no poder caminar por la calle por la inseguridad, antes que por la vergüenza de aceptar un proceso judicial con irregularidades y dijo "el fin no justifica los medios".

A su turno, Rocchetti respondió: "Yo prefiero caminar con mucha vergüenza y no que dos tipos me maten... y no que me caguen a tiros", frase por la que el juez Kohan le llamó la atención por el lenguaje.

ESTE MIERCOLES, LOS ALEGATOS

Los alegatos se realizarán a partir de las 10, informaron fuentes judiciales.

La acusación estará a cargo del fiscal general adjunto de ese departamento judicial, Eduardo Vaiani, y del fiscal que instruyó el caso, Diego Callegari; mientras que por la particular damnificada alegará el abogado Marcelo Rocchetti.

En tanto el defensor público Marcelo Rodríguez Jordán, formulara el alegato en representación de la imputada Débora Acuña (30) y su colega Carlos Aguirre lo hará por Néstor Luque (29).

Antes de los alegatos, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 5 e San Isidro, integrado por los jueces Mario Kohan, Raúl Neu y Ariel Introzzi Truglia, escuchará al último testigo del debate.