Aeroblus encontró la luz

Finalmente el power trío con el que Pappo grabara un único disco en mayo de 1977 tuvo su merecido y más que emotivo tributo. Un auténtico rescate emotivo en una noche única e irrepetible donde el espíritu del Carpo se paseó por un repleto Teatro de Flores que se extasió con la banda, los invitados y hasta con La Renga misma como frutilla del postre. Por Sergio Corpacci

Por Canal26

Sábado 29 de Mayo de 2010 - 00:00

En mayo de 1977 un joven y más que desfachatado Pappo grabó con otros similares Alejandro Medina en bajo y el brasileño Rolando Castello Junior en batería, un único disco que a la postre, los que saben, tocan y disfrutan escuchando colocarían en un sitial de privilegio en esto que es el rock nacional.

Otra noche, también de mayo pero de 2010, los sobrevivientes más el aporte vocal y violero del Chizzo de La Renga lo sacaron del arcón de los recuerdos, afinaron y acertaron.

Entonces a las 22 en punto de un viernes 28 de mayo, que bien podría figurar en la remera que el cronista porta mientras redacta, omisión que de todos modos perdona, se corporizó el demorado “Tributo a Aeroblus” y que mejor que abrir con “Aeroblus” el de “vamos a buscar la luz” y el del 'oh oh oh' como aguante de ese gran estribillo. Y que mejor que tras la emoción inicial del saludo de un aún más ancho por la felicidad, emoción – perdonen la reiteración pero es ineludible la mención- Alejandro Medina se sucedan 'Solísimo', 'Complatamente Nervioso' ante un Teatro repleto y completamente excitado, 'Arboles difusores', 'Vine buscando el mar y ' Aire en movimiento'.

Y si Napolitano No, Napoli Si. Porque más que un mero juego de palabras a falta de Pappo Napolitano y su impronta inconmensurable e inigualable, bien vale un Chizzo Napoli que convocó a cientos con su sola presencia. Ni hablar de su destreza guitarrística que está fuera de discusión. Tampoco de su garganta, esa que genera tantas emociones, algunos rechazos y no pocas incertidumbres.

Como sea al “No murió no murió Pappo no murió”, el ránking del cántico se lo disputó el incomprensible para la ocasión “El que no grita La Renga para que carajo vino”. Grito arenga a La Renga que finalmente tendría su recompensa.

Y musicalmente la intensidad siguió increscendo con el set 'Medinight' donde el bajista y su banda hicieron sus temas con una fuerza y calidad digna de lo próceres que son en la materia. Momentos donde comenzaron a subir los amigos, violeros y demases de los que debo el nombre y una señora cantante que enfundada en riguroso cuero negro paseaba su gatuna y veterana humanidad simulando similares coreos.

Momentos donde la intensidad de arriba replicaba abajo. Donde los fanáticos de otrora, se mezclaban, fundían y confundían con “los mismos de siempre”, los seguidores de La Renga convocados por su líder aunque también por el aura de un Pappo, mencionado, alabado y coreado.

Seguidores estos que tras una ristra de temas poderosos y magníficamente ejecutados tendrían su recompensa, lo que también fueron a buscar. Y que mejor premio que tener ahí enfrente, ahí cerca, al alcance, al Tete en bajo y al Tanque en batería. A la banda de estadios, a la que toca tan poco y siguen tantos, con una reverencia y devoción digna de las huestes ricoteras.

¿La Renga en vivo en el Teatro de Flores? Ok, Panic Show lo confirma. ¡La Renga en vivo en el Teatro de Flores! Un Teatro entonces que seguramente no habría resistido una prueba sismográfica ya que el pogo, la algarabía, la felicidad, la locura que se desató quedará en la historia misma del rock y del reducto.

'Salgan al sol' y 'Tontos' de Billy Bond y la Pesada, 'Para que nos sirven' y previamente 'Cosmos', 'Gringos' y 'Comprender' coronaron de gloria una velada que a los que efectivamente asistieron se multiplicaran en miles con el paso del tiempo.

Ese mismo tiempo que acaba, comienza y también salda deudas. O acorta distancias en un santiamén aunque en el medio haya 33 años al que su paso le habrá sumado arrugas, canas o panza pero no le quitó ni fuerza tampoco virtuosismo y mucho menos magia.

Y como a veces principio y final van o vienen de la mano, Alejandro Medina lo justificó una hora y cuarenta y cinco después al regalarle a esas almas en llamas, sudadas, extasiadas y anarcotizadas la despedida, el no hay más, el basta ¿por hoy? con “Aeroblus”.

Y fue “Aerobluuuuuuus Aerobluuuuuuus” y otra vez el 'oh oh oh, oh' y otra vez el “Vamos a buscar la luz”.

A las 23.45, Misión Cumplida. Porque si a todo le sumamos la versión a capella de "Desconfío" con la voz de Medina multiplicada por la concurrencia y su "me sentí mejor, pero aquí estoy tan sólo en la vida que mejor me voy", al estribillo sólo hacía falta cantarlo, sólo cantarlo, porque todos, todas, los presentes y hasta el mismísimo Pappo ya la habíamos encontrado.


Y el último que deje la luz prendida. Y para siempre.


Por Sergio Corpacci