Hacen suyo tu nombre, Almafuerte

La multitud que desbordó el sábado último el Auditorio Sur de Temperley rubricó una vez la fidelidad para con una banda que hace despegar los pies del piso, no tiene techo y los reductos le van quedando chicos.

Por Canal26

Miércoles 6 de Octubre de 2010 - 00:00

Ricardo Iorio está en su mejor momento. Y lo sabe. Por eso cuando poco después de las 22.15 le cantan, vociferan, gritan y reafirman que “Iorio es el más grande del Heavy Nacional”, recoge el guante y pega un “Es verdad, Es verdad”, con un dejo de sonrisa canchera más que de soberbia desagradable.

Es grande Iorio. Y se agranda ante el clamor de un público fiel y popular si los hay. Por que darían lo que no tienen por una popular, una entrada al clásico reducto de Avenida Meeks 1080 del celeste barrio de Temperley en el que el imaginario cartel, cruel en el cartel, de entradas agotadas no desagota a quienes no pierden las esperanzas de poder ver a sus ídolos.

Idolos que se multiplican en torno al líder que arranca con el homónimo “Almafuerte”, la de “hice mío tu nombre”, para desatar un vendaval de clásicos, donde despuntan “Toro y Pampa”, “Niño Jefe”, “Patria al hombro”, “Convide Rutero” en la primera parte del show que a la postre iba a dejar de manija a más de uno.

Porque el anticipado set del Tano Marciello para hacer gala de su dotes de eximio violero en plan repertorio solista anticipaba un show contundente pero algo breve para la multitud que se sacudía como un embravecido mar del almas en la cresta de la ola de lo mejor del heavy nacional.

En la segunda parte no se hicieron esperar clásicos marca registrada de una banda que no necesita, necesitó ni necesitará de difusión alguna para convocar desde las zonas más distante a los reductos donde se presente. Entonces “Los muchachitos de la región Sur”a decir del propio Iorio se sacudió y gozó con “Todo es en vano sino hay amor”, “La maquina de picar carne” y ni hablar del pogo desatado y las voces en cuello con el popurrí de temas de Hermética y la legendaria y la también siempre viva V8, toda una pieza arquelógica para esos “muchachitos” que en el esplendor de la banda liderada por el mismo Iorio no eran ni por asomo proyectos de ser y estar.

Y con “A vos amigo” llega el final, esa oda a la amistad genuina, leal y gamba que no figura ni rota en ninguna radio o informe del Dia del Amigo quizá porque entre las plateadas cruces de Black Sabbath y su resplandor y después de “la bella y séptima estrella” el sexo de Dios, la cara del mismo Señor haya privado al mundo secular al metal conocer una pieza de alto valor emocional, argentino, popular y peronista si los hay.

Es grande Ricardo Iorio. También está grande y quizá también se agrande un poco. Tan cierto como que en el Oeste está el agite, en el Sur, en Temperley también. Es que de la mano de Almafuerte, el Sur demostró una vez más que también resiste. De su existencia, como la de la banda ya nadie debiera dudarlo.

Por Sergio Corpacci