Tras muerte de Gadafi, ¿cuál será el próximo enemigo público de Estados Unidos?

Primero fue Sadam Husein, después fue Osama Bin Laden y ahora fue el turno del líder libio. Dos grandes figuras en Oriente, Alí Abdalá Saleh, en Yemen y Bashar al - Assad, en Siria, siguen visiones distintas a las del país del norte. El análisis de Manuel Castro y Andrés Cisneros, especialistas internacionales.

Por Canal26

Jueves 20 de Octubre de 2011 - 00:00


La muerte de Muammar Gadafi generó nuevas incógnitas en la política de Estados Unidos: ¿Cuál será el próximo enemigo a derrotar? ¿Real o parte de una estrategia política?

En estos últimos años, el gobierno norteamericano capturó y mató a Sadam Huseín y Osama Bin Laden, estuvo siguiendo de cerca cuando fueron derrocados de sus gobiernos el tunecino Zine al Abidine Ben Ali y el egipcio Hosni Mubarak. Ahora estuvo con los ojos abiertos cuando rebeldes asesinaron a Gadafi en Libia, un país rico en petróleo. Se desató, así, la caída de otro enemigo público de EE.UU.

¿Quién será el siguiente? El país del norte suele marcar enemigos árabes, acusándolos directamente de ser los causantes de guerras internas y provocar el terror en el mundo. Detrás, la acusación de los especialistas internacionales que hablan de “extrategias de poder” que llegaron a su fin.


ENEMIGOS PÚBLICOS

Fue el 13 de diciembre de 2003, durante el gobierno de George Bush cuando en medio de un intenso conflicto en Iraq y tras estar con paradero desconocido, Sadam fue capturado en una operación conjunta entre efectivos kurdos iraquíes y el Ejército estadounidense mientras se encontraba escondido en un sótano en su ciudad natal, Tikrit. Tras un juicio, el 5 de noviembre de 2006 fue condenado "a morir en la horca" por el Alto Tribunal Penal iraquí, que lo encontró culpable de haber cometido un crimen contra la Humanidad, por la ejecución de 148 chiítas de la aldea de Duyail en 1982 y le atribuyó la responsabilidad del ataque químico a Halabja (1988), el aplastamiento de la rebelión chiíta (1991) las fosas comunes (1991), la guerra contra Irán (1980-88) y la invasión de Kuwait (1990).

Años, después, más precisamente el 2 de mayo de 2011, el presidente de Estados Unidos Barack Obama anunció de manera oficial la muerte de Osama Bin Laden, líder de Al-Qaeda, tras un operativo militar realizado por comandos estadounidenses en una residencia en las afueras de Abbottabad, Pakistán.

Según confesión y reivindicación, había sido el responsable de numerosos ataques terroristas contra los Estados Unidos y otras potencias occidentales, incluyendo los ataques a las embajadas norteamericanas en Kenia y Tanzania el 7 de agosto de 1998 y los ataques del 11 de septiembre del 2001 al World Trade Center y al Pentágono en el Condado de Arlington en Virginia.

Durante mucho tiempo, fue el hombre más buscado por Bush, primero, y Obama, después. Había una recompensa de 50.000.000 de dólares por encontrarlo vivo o muerto. Por decisión del actual presidente y para no desatar una respuesta terrorista, no se mostraron imágenes de su cadáver. A pesar de la muerte, el gobierno del norte aseguraba que el terror aún seguía acechando.


EL FUTURO DE ORIENTE Y OCCIDENTE

26Noticias.com.ar consultó a Manuel Castro para hablar del futuro de Oriente y Occidente tras la muerte de Gadafi y su respuesta fue directa: “Estados Unidos aún tiene muchos enemigos. Uno de ellos es el líder de Yemen, Alí Abdalá Saleh. Otro, es el sirio Bashar al – Assad”.

Sobre la actualidad de Libia, dijo que “Libia es un país rico, tiene un petróleo de excelente calidad, fluye casi. Eso lo convierte en un país extratégico, sobre todo para la Unión Europea”.

Por su parte, el analista internacional, Andrés Cisneros dijo que “la desaparición de Gadafi es el fin de la época en que Occidente, sobre todo Europa y EE.UU. arreglaban los tantos con directadores, a cambio de protección o tolerancia internacional cedían el petróleo. Para Occidente y EE.UU. era un buen negocio porque obtenían dos objetivos: uno, el acceso al petróleo y dos, un sistema político de contención de agresiones contra Israel”.


LOS NUEVOS ENEMIGOS

El yemení Saleh, es después de Gadafi el mandatario de un país árabe que más tiempo ha permanecido en el poder. El 2 de febrero del 2011 anunció que en 2013 renunciará al poder, asegurando además que su hijo, Ahmed Saleh, no le sucederá en el cargo.

Pero este 19 de octubre, aseguró que solo firmará la iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para abandonar el poder si tiene garantías de Europa, EEUU y los países del CCG. ¿Mensaje para Obama?

En cuanto a Siria, este 20 de octubre más de millón y medio de personas colmaron la Plaza Saadallah al-Jabri y calles aledañas de la ciudad de Aleppo para respaldar al gobierno del Presidente Bashar al-Assad.

Realizada por la organización de la juventud de Aleppo, la llamada capital económica de Siria, la inmensa concentración ratificó la decisión del pueblo de defender la independencia y la soberanía, así como rechazar todo intento de intromisión extranjera en los asuntos nacionales. Sin dudas, una noticia que no le habrá generado una sonrisa a Estados Unidos en sus decisiones de mantener el control del poder y realizar sin obstáculos sus políticas externas.

“Ahora los Gadafi de la región están cayendo por lo que se llama la primavera árabe, igual que en América Latina, se levantaron sus pueblos y no toleraron más esta dictadura y se están reorganizando. Esos pueblos todavía no tienen líderes ni organizaciones políticas que los representen pero son los que han derribado a las dictaduras”, sentenció Cisneros.

El analista aseguró que “la incógnita es qué va a hacer Occidente. Igual que en América Latina, tratarán de llevarse bien con los nuevos gobiernos democráticos después de haber apoyado a las dictaduras, aunque en aquel lugar es más complejo... porque hay mucho fanatismo religioso”.

“En el caso de Siria, que tiene una alianza política histórica con Irán, encaminamos a un final tipo chauchesco. El dictador no quiere reformas, no acepta cambiar nada y se va a jugar el todo por el todo”, destacó Cisneros.