Las conclusiones del doctor Mariano Grondona

Por Canal26

Lunes 20 de Agosto de 2012 - 00:00

Voy a hacer una pequeña confesión. El día que yo tuve el incidente, me robaron la computadora además. No sé si fue peor el accidente cerebral o la pérdida de la computadora. A partir de la pérdida, empecé a reconstruir la máquina y la posibilidad de escribir, cosa que volverán a poder ver dentro de dos o tres semanas.

En esta idea de volver a escribir, me fue madurando una idea que es la diferencia entre este oficialismo que se vuelve cada vez más intolerante y la oposición que se vuelve más dialoguista. Son como dos culturas que chocan.

Hay dos formas políticas de concebir la victoria. ¿Qué es ganar? No es lo mismo ganar en Inglaterra o Estados Unidos que en un país totalitario. Entonces, ¿qué quiere decir ganar en una democracia y que significa hacerlo en un sistema que no lo es?

Creo que ganar en un sistema autoritario significa borrar al otro, destruirlo, anularlo, exiliarlo o hasta encarcelarlo. La persona que concibe el triunfo en este modelo político, concibe la destrucción, el aniquilamiento de los que piensan diferente. No lo puede lograr enseguida, pero es adonde apunta.

En cambio, ganar en una democracia quiere decir ganar con el otro. Es una idea completamente distinta. Es lo que tiene la democracia madura, un día gana uno y al otro día gana el otro, pero no se anulan, no se liquidan, no se borran a los perdedores.

Hoy creo que la Argentina tiene estas dos actitudes frente a ganar o perder, conviviendo entre ellas. Hay algunos para los cuales ganar es destruir a Clarín y para otros, es que todos ganen. Uno debería desear perder en una discusión porque significa que el otro tuvo una idea mejor. El espíritu democrático implica no solamente que gane alguien sino que el que pierda también gane de alguna manera. Es un sistema que premia a todos los que juegan el juego.

La otra manera es temer la destrucción del país si gana el otro. El que cree que si gana el otro es el fin del mundo, no es demócrata. La democracia implica sumar. Cada vez más gente, más grupos adhieren a la idea de que ganar es hacerlo con el otro.

Aquí, la democracia es autoritaria porque culturalmente somos muy autoritarios y, formalmente, somos democráticos. Tenemos que pensar nuevamente qué es ganar y qué es perder. Todavía nos quedan fuertes recibos de la etapa anterior.