Un país paralizado

El sindicalismo opositor vaticinó hoy una "adhesión importantísima" al paro de mañana, "a pesar de los esfuerzos denodados del Gobierno" por evitarlo, al advertir que "la gente no va a ir a trabajar porque está enervada", y aseguró que la medida "no es para desestabilizar a nadie".

Además, el gremialismo que convoca para mañana a la huelga general volvió a responsabilizar al kirchnerismo de eventuales incidentes que se puedan registrar durante la jornada de protesta.
El líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, dijo que el sindicalismo opositor está dispuesto a sentarse a dialogar con el Gobierno y subrayó que si la presidenta Cristina Fernández "diera respuesta a los reclamos, aplaudiríamos todos".

"¿De qué paro político me hablan?", planteó y sostuvo que "nadie puede negar que este reclamo es por todos los trabajadores".

El camionero ironizó que "algunos todavía preguntan por qué es el paro" y enfatizó que el Gobierno, entre otros temas, "tiene que asumir como responsable" de la inseguridad, que "es insostenible e insoportable, fundamentalmente a los trabajadores".

Moyano brindó este mediodía una conferencia de prensa junto al titular de la CGT Azul y Blanca, Luis Barrionuevo, y el secretario general de la CTA opositora, Pablo Micheli, en la sede de la central obrera de la calle Azopardo, de esta ciudad.

El camionero minimizó los piquetes que planean llevar adelante algunas agrupaciones sindicales para el paro de mañana, al sostener que "no va a ser necesario" cortar calles "porque no va a ir nadie a trabajar".

Al respecto, Moyano aseguró que la huelga tendrá "una adhesión importantísima, a pesar de los esfuerzos denodados del Gobierno" por evitarlo.

"La gente no va a ir a trabajar porque tiene bronca, la gente está enervada, tiene bronca, porque está maltratada por el Gobierno", apuntó el dirigente sindical.

En esa sintonía, Micheli afirmó que mañana "se va a notar en la calle el silencio de la soledad", al vaticinar una alta adhesión al paro general.

"Mañana se va a notar en la calle el silencio de la soledad, una demostración de que no estamos de acuerdo con este modelo económico que lleva adelante el Gobierno", planteó el gremialista estatal.
A su turno, Barrionuevo puntualizó que el paro "no es para desestabilizar a nadie", sino que es una medida para "reclamar y atender las exigencias de los trabajadores".

Tras pronosticar que la huelga tendrá una adhesión del "casi 100 por ciento de la población", Barrionuevo advirtió que tiene "información" que mañana podrían registrarse incidentes en algunos bares y confiterías "para culpar a los gastronómicos" y responsabilizó de esos eventuales hechos al Gobierno.

El titular del gremio de los gastronómicos recalcó: "Será un paro que quedará en la historia de la Argentina y no es para desestabilizar a nadie, ya que se desestabilizan por la impotencia del que ejerce el poder".