Peón mató a patrón porque le gritó: 11 años preso

Alberto Bonifacio Martínez, de 73 años, le dio un escopetazo a Marcos Pizarro Costa Paz (38), productor agropecuario. De los gritos al crimen que lo condenó y lo dejará en prisión los últimos años de su vida.

Por Canal26

Miércoles 16 de Abril de 2014 - 00:00

Un peón rural que mató a su patrón de un escopetazo, porque supuestamente le había gritado, fue condenado a once años de prisión por un tribunal de la ciudad bonaerense de Bahía Blanca.

Fuentes judiciales dijeron a DyN que la sentencia recayó en Alberto Bonifacio Martínez, de 73 años, acusado del crimen de Marcos Pizarro Costa Paz (38), productor agropecuario.

"El único que me ha gritado ha sido mi padre y se murió hace 50 años. Yo soy una persona mayor y a mí no me grita nadie. Le voy a pegar un tiro", contó un testigo que el peón dijo antes de cometer el asesinato el 23 de enero de 2013 en un campo en Juan E. Barra, partido de Adolfo Gonzales Chaves.

El veredicto fue aplicado el lunes por el Tribunal Criminal Nº 2 de Bahía Blanca, integrado por Claudia Fortunatti, María Errea de Watkins y Hugo De Rosa.

Martínez fue hallado responsable del delito de "homicidio agravado por el uso de arma de fuego" en una causa que, en primer término, fue llevada adelante por un fiscal de Tres Arroyos.

"El tribunal, siguiendo la línea sostenida por la fiscalía actuante, tuvo por no probada situación de maltrato sistemático, encono o agravio alguno por parte de la víctima hacia el agresor que generara o fuera motivo de trastorno mental transitorio u obnubilación de conciencia que tornara inimputable al autor", se indicó.

Tampoco se comprobó que el homicida "hubiese actuado en la oportunidad en la figura atenuada de emoción violenta", como pretendió instalar la defensa del imputado.
Por el contrario, el tribunal concluyó que Martínez "se condujo en pleno ejercicio de sus facultades mentales, disparando sobre la víctima, pese a que ésta tenía las manos levantadas en señal de defensa y le pedía por favor que no disparara".

Pizarro Costa Paz integraba una tradicional familia de la ciudad de Buenos Aires y era dueña de más de 1.000 hectáreas de campo en la provincia.

El homicidio se produjo cuando el patrón y el puestero del establecimiento "El Micheo", en el sudeste bonaerense, estaban cargando hacienda en una manga, a las cinco de la tarde.

El hecho fue visto por cinco transportistas que habían llegado al campo, que Pizarro Costa Paz había arrendado por tres años pero se le vencía el contrato y se iba a retirar.
Al momento del crimen, la esposa de la víctima estaba a punto de dar a luz a su cuarto hijo con el productor rural, quien recibió un disparo en el cuello.