Renunciaron todos los obispos chilenos por el escándalo de abusos sexuales

El papa Francisco los había acusado de destruir pruebas relacionadas con esos casos. La noticia fue anunciada en Roma Fernando Ramos e Ignacio González, portavoces de la Conferencia Episcopal de Chile.

Por Canal26

Viernes 18 de Mayo de 2018 - 08:39

Obispos chilenos junto a Papa Francisco - Acusados de abuso sexual

Los obispos chilenos pusieron a disposición del papa Francisco "sus cargos" tras los escándalos de abusos sexuales cometidos por religiosos en su país, anunciaron en Roma Fernando Ramos e Ignacio González, portavoces de la Conferencia Episcopal de Chile.

 

En una declaración leída por los portavoces a la prensa, los 34 obispos convocados por el papa en el Vaticano para rendir cuenta sobre los escándalos anunciaron que "todos" han puesto sus "cargos en manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno".

 

"Todos (...) hemos puesto nuestros cargos en manos del Santo Padre para que libremente decida con respecto a cada uno", anunciaron.

 

Francisco se dispone a tomar medidas severas, "cambios y resoluciones", dentro de la Iglesia de Chile según adelantó en una carta entregada al término de tres días de reuniones en el Vaticano.

 

En la declaración, los obispos volvieron a "pedir perdón por el dolor causado a las víctimas", les agradecieron "su perseverancia y valentía" a pesar de las dificultades y de "los ataques de la propia comunidad eclesial".

 

Entre los 34 obispos presentes figuran varios de los acusados de haber encubierto durante décadas los abusos cometidos por el sacerdote Fernando Karadima, suspendido de por vida después de haber sido declarado culpable en 2011 de abusos sexuales a menores en los años 1980 y 1990.

 

Es probable que el papa sustituya a al menos unos 10 prelados para abrir una nueva era en la Iglesia chilena.

 

"Nos ponemos en camino, sabiendo que estos días de honesto diálogo han sido un hito dentro de un proceso de cambio profundo (...) con el que queremos restablecer la justicia y contribuir a la reparación del daño causado", escribieron los obispos.

 

Fuentes religiosas aseguran que el pontífice sustituirá a los religiosos Juan Barros Madrid, obispo de Osorno, Horacio Valenzuela, obispo de Talca, Tomislav Koljatic, obispo de Linares y del auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, gravemente enfermo.

 

Los cuatro se formaron a la sombra del influyente Karadima en la acomodada iglesia de El Bosque en Santiago.

 

Pese a su renuncia, los obispos se mantendrán en sus cargos hasta que el papa tome medidas, lo que se prevé ocurrirá en poco tiempo.

 

Los obispos chilenos fueron acusados por el mismo pontífice, en un documento de 10 páginas filtrado a la prensa chilena, de ser colectivamente responsables de "graves defectos" en el manejo de los casos de abusos y de la consiguiente pérdida de credibilidad de la Iglesia católica.

 

El documento detallaba presiones ejercidas sobre aquellos que debían investigar los abusos, así como la destrucción de documentos comprometedores.

 

La renuncia de toda la jerarquía de una iglesia local ha sido una respuesta sin precedentes, según reconocieron a la AFP expertos en asuntos vaticanos.

 

En el acta de acusación, a la que tuvo acceso la AFP a través del Canal 13 de la televisión chilena, el pontífice habla de "hechos delictivos" cometidos por los jerarcas de la iglesia chilena, de "escándalo", de "ir más allá" de la remoción de personas para solucionar la crisis.

 

Uno de los pasajes más fuertes del documento, está en la página 9, en el que cita el informe realizado por monseñor Charles Scicluna y el sacerdote español Jordi Bertomeu.

 

"Mis enviados han podido confirmar que algunos religiosos expulsados de su orden a causa de la inmoralidad de su conducta y tras haberse minimizado la absoluta gravedad de sus hechos delictivos atribuyéndolos a simple debilidad o falta moral, habrían sido acogidos en otras diócesis e incluso, en modo más que imprudente, se les habrían confiado cargos diocesanos o parroquiales que implican un contacto cotidiano y directo con menores de edad", escribió Francisco al describir el método del encubrimiento ejercido por décadas, uno de los grandes males oscuros de la iglesia católica al encarar la pedofilia.