Superliga podría no iniciar: sin acuerdo por la definición de los descensos

Las negociaciones entre los clubes quedó trabada y se levantó la reunión en las oficinas de Superliga en Puerto Madero. Peligra el comienzo del torneo cuando falta poco más de una semana.

Por Canal26

Miércoles 17 de Julio de 2019 - 20:11

Reunión de Superliga, fútbol argentino

La reunión del Comité Ejecutivo de la Superliga sumó hoy un capítulo inesperado y dejó a las claras que, cuando apenas faltan 9 días para el inicio del torneo, ya todo empezó mal. Los clubes del fútbol argentino que quieren cambiar el sistema de descensos determinaron en conjunto no participar del encuentro y, por falta de quórum, la reunión fue suspendida hasta otra oportunidad, que aún no se ha definido.

 

Con este marco, con las negociaciones empantanadas, no se aprobó el nuevo reglamento de la competencia deportiva que viene.

 

De un lado se ubicaron ​Lanús, Banfield, Estudiantes, Gimnasia, Newell's, Rosario Central, Argentinos, Patronato y Colón junto a Arsenal y Central Córdoba de Santiago del Estero, los dos equipos que llegaron recientemente de la B Nacional. Ese es el grupo de clubes cuyos dirigentes eligieron aguardar en un bar cercano y no ingresar a las oficinas de la Superliga, ubicadas en el barrio porteño de Puerto Madero.

 

En la otra vereda, dispuestos a firmar, se ubicaron River, Boca, Racing, Independiente, San Lorenzo, Vélez, Huracán, Atlético Tucumán, Talleres, Defensa, Godoy Cruz y Unión, los cuales necesitaban de un club más para conseguir quórum que permitiera avanzar. Los dirigentes de Aldosivi no pudieron asistir.

 

Después de dos horas de espera, Cristian Malaspina (Argentinos), Guillermo Pellegrino (Gimnasia) y Eduardo Spinosa (Banfield) entraron al edificio de Olga Cossettini 771 y avisaron que -finalmente, y pese a lo que muchos creían- no iban a dar quórum.

 

"No tuvieron intenciones de tratar ni hablar del tema. Ahora veremos cómo sigue la historia", se quejó uno de los participantes de esa reunión caótica y conflictiva.

 

¿Corre peligro el nuevo torneo de la Superliga? Todo indicaría que no, y no son pocos los que afirman que la pelota empezará a rodar -como sea- el viernes 26 en el Cilindro de Avellaneda con el partido entre el campeón Racing y Unión, regidos por los lineamientos del anterior reglamento. Aunque tampoco nadie está en condiciones de asegurar que se comenzará como si nada hubiera pasado.

 

Más allá de la reducción de equipos (pasaron de 26 a 24), se piensa mantener firmes los principales lineamientos del certamen con los cuatro descensos definidos por promedios y los dos ascensos provenientes de la renovada Primera Nacional.

 

De todos modos, la idea de la Superliga es lograr coincidencia de opinión y criterio para que entre lunes y martes vuelva a ser posible una nueva reunión, esta vez definitoria.

 

Los clubes que habían perdido la batalla por quitar los promedios de descenso y que luego colapsaron al proponer bajar a dos la cantidad de equipos que perderán la categoría al cabo de la temporada iban a lanzar otra idea que haría ruido: pedir un sistema de descensos mixto.

 

Estos se explica de la siguiente manera: los dirigentes de los clubes, justamente los más apremiados con el coeficiente que divide los partidos jugados por los puntos conseguidos en las últimas tres temporadas, quieren que los cuatro equipos que bajarán a la nueva Primera Nacional al final de la temporada sean los dos peores promedios y los dos peores de la tabla de la Superliga.

 

¿En qué se basa el reclamos de los clubes que no aportaron el quórum necesario para llegar a un acuerdo? Los dirigentes aseguran que vienen lastimados desde la temporada pasada, cuando se vieron forzados a implementar importantes ajustes y cambios en sus planteles para evitar sanciones por el fair play financiero y, sin figuras ni contratos costosos, les fue muy dificultoso sumar puntos para engrosar sus promedios.

 

Además sostienen que esta doble vara que impulsaban podría incomodar a instituciones que tienen aún irregularidades para cumplir con los pagos a sus jugadores y que, pese a su mala administración, ahora tendrán ingresos extra por jugar copas internacionales al tiempo que podrán descansar en los puntos acopiados en la temporada que pasó.

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