Análisis de El País: "¿Por qué incomodan las colas de JLo y Shakira?"

Tras el Súper Bowl se armó un debate por el cuerpo de JLo y Shakira. La periodista Ana Teresa Toro analizó este fenómeno y explicó el porqué genera tanto ruido.

Por Canal26

Lunes 17 de Febrero de 2020 - 09:32

Shakira y JLO en el Super BowlShakira y JLo en pleno show de Super Bowl.

La periodista Ana Teresa Toro del diario "El País" de España realizó un artículo de opinión sobre lo que dejó la presencia de JLo y Shakira ante el show del super bowl en Estados Unidos. Hace tiempo en el Caribe surgió la bella Iris Chacón. Conocida como la Vedette de América, esta artista de Puerto Rico vivía para ver cómo dejaba con la boca abierta a quien la mirara. La Chacón se convirtió en el ícono de la figura femenina caribeña: voluptuosa, sensual y sexual.

 

Iris, es hoy una mujer de 69 años, se presentó en la tarima principal con sus medias de malla y ajuar de lentejuelas y demostró que sigue siendo una diva. Figuras como ella son tan admirables como problemáticas. Su proyección ha abonado al estereotipo de la mujer caribeña y latina como un ser hipersexual y cuya única lectura posible pertenece al universo de la sesualidad. Toro explica: "Se integran a la cultura únicamente como cuerpos, jamás como individuos complejos, reducidas a los confines de la carne. A su vez, mientras algunos les asignan la lectura de la mujer que se explota a sí misma a través del cuerpo, hay quienes las celebran como todo lo contrario". La mujer se apropia de su cuerpo y hace con él lo que le da la gana. En tiempos en que el empoderamiento es moneda corriente explica la escritora. Mujeres como la Chacón y la larga lista de figuras del espectáculo que han trabajado una estética similar plantean una serie de preguntas incómodas tanto para quienes las critican como para quienes las celebran.

 

Ana Teresa Toro se pregunta: "¿Puede llamarse empoderamiento al uso de una estética que ha servido para la explotación de las mujeres? ¿Bailar, cantar y exponer la sensualidad libremente y por decisión no puede ser entonces un acto empoderado y rompedor? ¿A cuenta de qué existen jueces para definir lo que le otorga poder a una mujer o no?".

 

El público del medio tiempo del espectáculo del Super Bowl supieron ver a Jennifer Lopez y la Shakira mostrando su cuerpo sensual y desplegando sus virtudes en todo el escenario. "La hipocresía es absoluta. Incontables artistas estadounidenses han ocupado esa misma codiciada plaza de espectáculo, con menos ropa y sin desatar ningún juicio ni furor", revela Toro.

 

"El problema radica en que no entienden una máxima del Caribe: aquí el cuerpo hace cultura. El cuerpo piensa, articula y gesticula ideas, manifiesta la historia de manera contundente. No es un mero consumidor o un producto, es concepto y es idea. El quiebre en el entendimiento de este filtro para entender el mundo genera todo tipo de malestar", dice Toro en su artículo.

 

Toro despliega una fuerte premisa: "Incomodan sus culos: sus redondos, rebotantes, vibrantes, sólidos, gloriosos culos que mueven sin remordimientos dos mujeres mayores de 40 años, madres e iconos de la música latina y global por sus propios méritos. No incomodan únicamente por ser reyes en el imperio contemporáneo de la nalga, donde hay quienes pagan miles de dólares por implantes para alcanzar un fondillo deluxe; incomodan porque con su presencia hablan de todo aquello que es más cómodo ignorar".

 

 

"Incomodan esos culos desafiantes porque, aún batiéndose de lado a lado, no dejan de recordarnos que el sueño americano ha sido un fracaso para tanta gente y que Puerto Rico va a seguirle gritando desde su entraña y en un español tan regional como el de Bad Bunny. O quizás, además de todo esto, lo que más incomoda es que contra todo esfuerzo de resistencia, ahí, en el epicentro de la metáfora más elocuente de la mentalidad imperial —el fútbol americano, donde se avanza conquistando terreno llevándose lo que sea por el medio—, dos cuerpos de mujeres latinas tienen el poder de hablar en un lenguaje que no conocen, el lenguaje del Caribe, la insoportable plenitud de la nalga", concluye la escritora.

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