Motín en cárcel de Devoto: el cuádruple homicida que negocia con el gobierno nacional en nombre de los presos

Se trata de Guillermo Antonio Álvarez, alias “El Concheto”, quien era el jefe de la banda de “los nenes bien” que operaba en la zona norte del conurbano. Conocé su historia en la nota.

Por Canal26

Sábado 25 de Abril de 2020 - 20:59

Guillermo Antonio Álvarez, alias “El Concheto”, Motín en cárcel de DevotoGuillermo Antonio Álvarez, alias “El Concheto”

Guillermo Antonio “El Concheto” Álvarez y su banda de “los nenes bien” protagonizaron un sangriento raid delictivo que incluyó robo, tiros y tres asesinatos a sangre fría: el hijo de un ex ministro, una joven estudiante y un comisario.

 

Un mes después, Álvarez sería detenido y condenado en 1998 a prisión perpetua. Pero su serie de crímenes no se detuvo entre rejas. En la vieja cárcel de Caseros, ya sentenciado, mató con una faca a un compañero de pabellón. Así, el "Concheto” se transformó en protagonista de uno de las historias policiales más violentas y recordadas de la Argentina.

 

Unos 16 años después, allá por el año 2015, los jueces de la Cámara de Casación Penal, Ángela Ledesma y Alejandro Slokar, consideraron que el cuádruple asesino merecía salir en libertad. Pero el Concheto volvió a caer: esta vez por el robo de una mochila con 67.000 pesos a un hombre a la salida de una financiera en el centro porteño y quedó alojado en la cárcel de Devoto.

 Motín en Penal de Devoto por pedido de excarcelaciones, NA

Tras su detención, las pericias psicológicas confirmaron que Álvarez no actuaba por una necesidad de subsistencia, sino porque robar le daba una energía que le hacía falta para vivir. Lo hacía por placer. Así de siniestro. Su padre era propietario de dos cines y de un local comercial. Para los peritos que lo trataron, el joven múltiple asesino era “un narcisista, un psicópata perverso”. La misma calificación que recibió su admirado Robledo Puch, un asesino que vivió a pocas cuadras del lugar en el que Álvarez se crió.

 

En las últimas horas, se convirtió en el protagonista de la negociación que puso fin al violento motín en el penal de la Ciudad de Buenos Aires al ser el representante de los reclusos ante las autoridades.