El Gobierno busca ponerle un candado al dólar y endurece el cepo cambiario

Las negociaciones con los bonistas podrían alargarse varias semanas más. Mientras tanto, la preocupación oficial es evitar nuevas corridas cambiarias en medio de este proceso

Por Canal26

Domingo 3 de Mayo de 2020 - 13:12

Martín Guzmán, ministro de economía, NAMartín Guzmán, ministro de economía, NA

La deuda externa argentina se encuentra un momento clave y se esperan respuestas de los bonistas para conocer el futuro económico de nuestro país.

 

Si bien una parte de los bonistas concurrirá al canje, una proporción importante no lo aceptará. Con lo cual la nueva deuda comenzaría a cotizar en forma normal, pero una gran proporción de bonos terminará en default. En el canje de 2005 el grado de aceptación de la propuesta (también agresiva) de la Argentina había llegado a 76,15%.

 

En Wall Street descuentan que las negociaciones continuarán varios meses luego de cerrada la transacción hasta llegar a un acuerdo final. Sería una locura, interpretan, que ante la gigantesca caída que sufrirá la Argentina en medio de la cuarentena -como sucede en tantos países- se apueste a una recuperación sin acceso a los mercados.

 

Mientras, la decisión del Gobierno es tratar de “blindarse” ante el impacto negativo que significaría un nuevo default. Y todas las miradas apuntan al dólar.

 

Aún cuando abril es “temporada alta” para el ingreso de divisas proveniente de la cosecha de soja, igual el Central tuvo que vender alrededor de USD 50 millones diarios en la última semana. Quiere decir que las liquidaciones de los sojeros son las mínimas indispensables y que en el mercado sigue la presión por acceder al dólar oficial.

 

Por eso el titular de la entidad, Miguel Pesce, decidió restringir el acceso al mercado cambiario (es decir no podrán atesorar divisas) a todas las empresas que hayan accedido a alguna línea con subsidio del Estado nacional, como la que salió a tasa del 24% para pago de sueldos. Y este grupo sólo podrá comprar importar si se trata de bienes destinados a insumos necesarios para la producción.

 

También se limitó a bancos y casas de cambio para operar en el negocio de cambio, impidiendo que las sociedades de Bolsa ofrezcan a sus clientes esta opción. Algunas tendrán que adecuarse comprando patentes cambiarias para ofrecerlo.

 

La balanza turística no es un problema en medio de la cuarentena y posiblemente termine casi equilibrada el 2020. Nadie viaja pero nadie entra. Lo que originalmente se buscaba con el impuesto PAIS (recargo de 30% para todas las compras en dólares) lo “consiguió” la pandemia.

 

Resumiendo: el Central ya no destinará reservas al pago de la deuda, tampoco saldrán dólares por turismo y sólo habrá divisas para importadores a cuentagotas. El objetivo es blindar los USD 43.500 millones de reservas que quedan en el Central, que es el último refugio para evitar un escenario de estallido inflacionario. El objetivo es que el tipo de cambio oficial se siga deslizando suavemente. En el año la suba fue del 11,5%, incluso menos que en la mayoría de los países de la región, generando nuevamente un escenario de atraso cambiario.

 

Pero el esfuerzo oficial no se agota ni mucho menos en tratar de “blindar” las reservas. La mirada está puesta ahora en el tipo de cambio “libre”, tanto en su versión “dólar Bolsa” como en el “contado con liquidación”. Allí radica el “éxito” de un eventual default: aguantar la tormenta todo lo posible, evitando que se produzca una estampida cambiaria que podría generar un clima de gran desconfianza.

 

En las últimas jornadas se sucedieron una serie de medidas que apuntan a reducir las operaciones que apuntan a una cobertura cambiaria en los mercados bursátiles. Primero fue la Unidad de Información Financiera quien advirtió a las sociedades de Bolsa que detrás de estas transacciones se esconden posibles operaciones de “lavado de activos”. Y las hizo cómplices en caso de que esto se compruebe.

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