Día Nacional de la Donación de Órganos: salvar vidas luego del dolor más profundo

Lily Hermosí, una docente jubilada, dejó atrás el sufrimiento por la muerte de su hija y lo transformó en amor. Conocé su historia en la nota.

Por Canal26

Sábado 30 de Mayo de 2020 - 11:28

Lily Hermosí y su historia de donación de órganosLily Hermosí y su historia de amor y concientización

Cada 30 de mayo, desde 1997, se conmemora en Argentina el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos.

 

La fecha fue establecida por el Incucai para recordar el nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante hepático en un hospital público de nuestro país.

 

Como homenaje a todas las familias que ayudaron a salvar vidas en pleno sufrimiento, vale la pena contar la historia de Lily Hermosí, una docente jubilada que vive en la localidad entrerriana de San Salvador. Luego de atravesar un difícil situación personal como fue la muerte de su hija de 15 años en 1993, ella no sólo decidió donar sus órganos sino que comenzó a poner en marcha distintas acciones para concientizar sobre la importancia de la donación de órganos.

 

Lily logró transformar en amor el dolor de perder una hija. Yanina Oroño tenía 15 años cuando falleció por un aneurisma cerebral el 19 de octubre de 1993, y gracias a que su familia decidió donar sus órganos, cuatro personas pudieron mejorar su calidad de vida.

 

En esa época la donación de órganos no estaba tan difundida como ahora, pero sí había campañas en los medios de comunicación para sensibilizar sobre el tema. Curiosamente dos semanas antes Yanina había visto uno de esos spot y le contó a su abuela paterna que su voluntad era poder ser donante en caso de que falleciera.

 

Su abuela le cuestionó que pensara en esas cosas siendo tan joven. “Eso fue 15 días antes de que Yanina sufriera un aneurisma cerebral, y cuando llegó el momento, con mi esposo Luis y mi hija mayor, Daniela, no nos costó tomar esa decisión, porque sabíamos que era lo que ella quería”, confió la mujer.

 

A su vez, afirmó: “Nos motivó el hecho de que ella, con su corta edad, tuviera claro que quería donar sus órganos, y lo había manifestado. Por eso es importante que el tema se charle en los hogares, en las escuelas y en otros ámbitos. Nosotros jamás lo dudamos, más allá de lo que fue esa situación tan dolorosa en la que en dos minutos se nos dio vuelta la vida. Sabíamos que para ella no había posibilidades de un milagro, pero sí para otras familias que estaban esperando un trasplante”.

 

Uno de los pedidos que hicieron fue que alguno de los órganos estuviera destinado a alguien en la provincia, y justamente los receptores de los riñones fueron entrerrianos: una chica y un joven de 24 años. Un nene de Rosario recibió el hígado, y un hombre de 34 años de Morón, de Buenos Aires, fue el receptor de su corazón.

 

A esto lo supieron a través de una carta que el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) les envió pasados los dos meses, aunque sin revelar la identidad de los trasplantados.

 

Lily una vez se propuso visitarlo, pero sin avisarle. En aquellas épocas no había celulares y no lo encontró. “Igual cuando fui no me pude bajar del auto y sentí entonces que no era el momento, y nunca más intenté ir a verlo, pero sí nos seguimos hablando por teléfono. Cuando le conté, Fernando se apenó porque no nos pudimos conocer en persona, pero mi hermano que vivía en Buenos Aires sí fue a verlo y me dijo que fue muy fuerte y conmovedor encontrarse con él”.

 

En sus llamados, Fernando le contó a la familia de Lily que había formado pareja, luego que tuvo una hija y que le puso de nombre Yanina. “Casualmente su hija cumplió 15 años en estos días. Después tuvieron otro hijo”, contó la docente entrerriana, y visiblemente emocionada, mencionó: “Él vivió 18 años después del trasplante y falleció por otro problema de salud. Nosotros nos seguimos comunicando con su esposa y ella me avisó. Enterarme de que él se había ido fue para mí un segundo duelo”.

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