Coronavirus en los campos de Latinoamérica: pobreza, pérdidas y olvido

Huyeron de la pobreza a las ciudades de Perú, y el coronavirus los expulsa de regreso al campo. Pero poco ha cambiado: allí la pobreza es endémica. Se suman el riesgo de contagio, el olvido estatal y la pérdida de sus productos.

Por Canal26

Sábado 30 de Mayo de 2020 - 12:56

Coronavirus en PerúCoronavirus en América Latina

A pesar de que Perú fue uno de los primeros países en América Latina en tomar severas medidas contra la pandemia del coronavirus, el país incaico sigue siendo uno de los más afectados, tanto en sus ciudades como en el campo.

 

El Perú sigue siendo el segundo país con más casos en América Latina, después de Brasil; además de ocupar el puesto 12 en el mundo con la mayor tasa de mortalidad.

 

"Este 28 de mayo, tras 70 días de cuarentena obligatoria -que vence el 30 de junio -Perú enfrenta grandes dificultades debido a que la mayoría de su población vive en la informalidad”, dice la socióloga peruana Alejandra Dinegro Martínez, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. "El Perú vivía ya una situación precaria desde antes de que llegara la pandemia. Nuestra economía es informal, primaria-exportadora y flexibilizadora de las relaciones laborales”, explica Dinegro Martínez y agrega que "un 72,4% de la Población Económicamente Activa (PEA) trabaja en el sector informal, mientras que solo un 27,6% ocupa un empleo formal”.

 

Justamente la situación de precariedad de la mayoría de trabajadores se ha convertido en uno de los grandes problemas y un factor adicional de propagación del coronavirus de las urbes al campo. "Perú enfrenta grandes dificultades para mantener la cuarentena debido a que la mayoría de la población sufre pobreza, no tiene trabajo y vive de la informalidad, por lo que miles de familias han tenido que salir a las calles para poder subsistir”, agrega la especialista en pobreza y precariedad.

 

La migración del campo a las grandes zonas urbanas siempre ha sido una tabla de salvación para los campesinos en América Latina, tradicionalmente relegados de las políticas sociales de la capital. Ahora, los mismos pobres que sobreviven del día a día en Lima, son obligados por la pandemia a regresar al campo. “No pudiendo pagar más el alquiler, y en muchos casos desalojadas de sus viviendas en plena cuarentena -así estuviera prohibido- 2.600 familias salieron de Lima y emprendieron el regreso, a pie, a sus pueblos y campos de donde provienen”, cuenta la analista. Un éxodo que hasta hoy continúa.

 

Los registros nacionales hablan de 167.000 peruanos que han solicitado ayuda para salir de las ciudades y regresar con sus familias. Pero “los caminantes”, como son llamados, que solo querían ponerse a salvo del hambre, resultaron siendo un factor de vasta propagación del virus por pueblos y campos. Eso explica, en parte, por qué en Perú se reporta la muerte de más de 350 indígenas en sus lejanas comunidades. “Ahora en el campo se teme más al hambre que al virus, porque los campesinos no pueden sacar la papa de su chacra (parcela)”, agrega Dinegro Martínez.

 

"Lima parece haberse olvidado de 2.2 millones de agricultores, de los 10 millones peruanos habitantes del campo”, critica la socióloga, quien agrega que "siendo los trabajadores del campo los que aseguran los alimentos de los citadinos, apenas hace dos semanas se aprobó la entrega de un ‘Bono Preventivo Agrario' de 1000 soles (265,23 euros) para agricultores y ganaderos”. Una ayuda para lo más básico.

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