La polémica vida Carlos Lehder, el capo narco y cómplice de Pablo Escobar

Fue la mano derecha de Pablo Escobar. En los últimos días fue enviado de una cárcel de EE. UU. a Alemania. La intensa vida del narcotraficante colombo-germano.

Por Canal26

Viernes 19 de Junio de 2020 - 10:17

Carlos Lehder junto a Pablo EscobarCarlos Lehder y Pablo Escobar.

Carlos Lehder Rivas fue la mano derecha del narcotraficante colombiano Pablo Escobar y vivió una intensa vida rodeado de cocaína y prostitutas.

 

Lehder fue por mucho tiempo la sombra de Escobar hasta que el narco más temido perdió su confianza y terminó participando en su extradición a Estados Unidos. Su juicio en 1988 fue el más grande a un acusado de tráfico de drogas en EEUU.

Carlos Lehder, mano derecha de Pablo Escobar

El tribunal juzgó a Lehder a cadena perpetua sin libertad condicional, y a otros 135 años en prisión, debido a que transportó de manera sistemática cerca de 2.500 kilogramos de cocaína que luego se distribuyeron en EE. UU.

 

Lehder tuvo una vida de lujos desde finales de los 70s al comprar una isla en las Bahamas, el Cayo Norman, a 340 kilómetros de la costa de Florida, EE. UU y eso incluyó a sobornos a las autoridades y envió bolsas enteras con cocaína en avionetas en dirección a EE. UU., volando bajo y eludiendo así a los detectives que lo perseguían.

Carlos Lehder, mano derecha de Pablo Escobar 

Su poder cayó a mitades de los 80 cuando descubre las rutas de transporte del narcotraficante y pone fin a la fiesta que parecía que iba a durar para siempre. Su juicio en EE. UU. es la mecha que enciende una nueva era política en Colombia: el país sudamericano logra por primera vez extraditar a un narcotraficante a EE. UU.

 

Quienes lo conocen describen a Lehder por su mezcla de locura, amabilidad y un carisma que ocultaba su peligrosidad. Para modo de ejemplo hizo construir una estatua de John Lennon en bronce en su ciudad natal, desnudo y con un casco nazi.

 

Era un admirador de Adolf Hitler como su padre, Wilhelm Lehder, un ingeniero alemán que se mudó a Colombia antes de la II Guerra Mundial; adoraba la Coca-Cola, "lo único bueno del imperialismo". Hoy tiene 70 años y pasa sus días en la Alemania de su padre.

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