Cuarentena de Evo Morales en Argentina: entre expectativa por elecciones en Bolivia y apoyo del Gobierno

El ex mandatario de Bolivia sigue atento el proceso electoral de su país desde Buenos Aires. Está metido de lleno en la campaña y en la Casa Rosada rechazarán cualquier pedido de detención.

Por Canal26

Sábado 11 de Julio de 2020 - 14:49

Evo Morales, Alberto Fernández, NAEvo Morales y Alberto Fernández. NA.

El ex presidente de Bolivia, Evo Morales, pasa sus días de cuarentena y exilio en un departamento ubicado en la zona norte del Gran Buenos Aires. Está completamente al tanto de la campaña para las elecciones presidenciales del 6 de septiembre que se darán en su país y sigue muy de cerca todo ese proceso por las redes o charlas de Zoom. Pero también recibe el de manera constante apoyo del gobierno argentino ante los cuestionamientos de la justicia boliviana.

 

Morales comienza sus días temprano. Cuando era presidente iniciaba su trabajo a las 6 de la madrugada, un hábito que todavía mantiene. Hace gimnasia cada mañana, se conecta todos los días por Skype o Zoom con los dirigentes de su partido, el MAS de Bolivia, y pasa sus días de cuarentena casi sin salir a la calle, comentaron allegados al ex presidente boliviano que lo trataron en los últimos días.

 

Con la cuarentena y su edad de riesgo por el COVID-19 quedaron atrás aquellos primeros meses de Evo Morales en Buenos Aires cuando jugaba fútbol 5 en unas canchas de Núñez o las visitas multitudinarias en el conurbano y otras provincias a la comunidad boliviana en la Argentina.

 

Evo Morales se encuentra tranquilo porque tiene el pleno apoyo de Alberto Fernández, quien rechazará cualquier pedido judicial para su detención en Bolivia. Así lo ratificaron desde la Casa Rosada luego de que el lunes pasado la Comisión de Fiscales Anticorrupción de Bolivia acusara formalmente a Evo Morales de cometer el delito de terrorismo y pidiera su detención preventiva. Fue por los audios en los que una voz, atribuida al ex mandatario, instruye a un dirigente cocalero a bloquear caminos e interrumpir el suministro de alimentos a distintas ciudades en el marco de los disturbios sociales catalizados por las elecciones fraudulentas en el país.

 

“Por su formación académica del derecho, en la lógica de Alberto Fernández no encajaría avalar un pedido de detención contra Evo que provenga de una administración vinculada a de la presidenta interina Jeanine Añez, a la que considera responsable de un gobierno ilegítimo”, dijo un funcionario del Gobierno.

 

Con este marco, en la Casa Rosada dicen que la Argentina rechazará de plano cualquier pedido de detención de Evo Morales aunque hasta ayer no había llegado a la Cancillería requerimiento alguno de parte de la justicia de Bolivia.

 

Evo Morales, NAEvo Morales, ex presidente de Bolivia. NA.

 

El ex presidente boliviano arribó a la Argentina en diciembre pasado, luego de que asumiera Alberto Fernández. Hoy vive en un municipio de la zona norte del conurbano que nadie quiere precisar cuál es por “razones de seguridad”. Allí, Evo Morales pasa sus días sin sus hijos Evaliz Morales Alvarado y Álvaro Morales Peredo, quienes también llegaron en el verano a la Argentina huyendo de un gobierno al que consideran “inconstitucional”.

 

Los que frecuentaron al ex presidente de Bolivia aseguran que tiene custodia policial y que pasa el 99% de su tiempo metido en los ejes de la campaña de su país.

 

“Está en una batalla abierta como si siguiera de alguna manera gobernando”, dijo un dirigente del Frente de Todos que lo vio hace 10 días. En Bolivia lo consideran “el jefe de la campaña del MAS”. Es que en esa campaña Evo Morales pone en juego todo su futuro. No es para menos: el candidato del MAS, Luis Arce, encabeza la intención de voto (33,3%), seguido del ex presidente centrista Carlos Mesa (18,3%) y Añez se encuentra en tercer lugar (16,9%), según las últimas encuestas publicadas en marzo. Y si se mantienen estos guarismos la victoria de sus aliados le permitirá regresar a Bolivia con todos los laureles.

 

Además de Arce, el ex presidente de Bolivia habla periódicamente con Andrónico Rodríguez, que es un dirigente de peso en el MAS y que le pasa las encuestas de la campaña. El último sondeo de opinión que recibió fue de la encuestadora CELAG, donde sostiene que el 70,7% de la gente en Bolivia está en contra de las medidas tomadas por la presidenta Añez y lo ubican a Arce con el 41% de intención de voto.

 

Evo Morales no habla seguido con el presidente Alberto Fernández ni con Cristina Kirchner. Pero sí lo hace con referentes del Gobierno o del kirchnerismo duro en forma permanente. Por ejemplo, el ex presidente de Bolivia habla seguido con Jorge Taiana, con el jefe de Gabinete de la Cancillería, Guillermo Chávez, con el mismo Felipe Solá o con referentes extranjeros allegados al Gobierno como puede ser el dirigente de la izquierda de Chile, Marco Enriquez Ominani.

 

Por la manera de expresarse cerrada y el tono que tiene Morales, a muchos se les suele dificultar el diálogo. Pero ese es apenas un detalle. En el Gobierno aseguran que lo sustentarán hasta el final. En su última videoconferencia abierta con Lula Da Silva el presidente Alberto Fernández le dedicó varios elogios a Evo Morales. El jefe de Estado recuerda con nostalgia sus años con Néstor Kirchner en el poder, Morales en Bolivia, Lula en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela y Rafael Correa en Ecuador. Cree que esos fueron los años dorados del progresismo latinoamericano.

 

Desde que Evo Morales pidiórefugio en diciembre pasado al Gobierno argentino, no dejó de hacer política. Ahora no puede salir a la calle por la cuarentena estricta impuesta ante la pandemia del COVID-19. Pero eso no le impide meterse virtualmente en la campaña presidencial de su país y ser “una especie de gran elector”, como lo ilustró el politólogo y profesor universitario Carlos Cordero.

 

En Buenos Aires sigue manteniendo un contacto permanente -aunque ahora virtual- con la inmensa comunidad boliviana asentada en la Argentina. De todas maneras, el ex presidente de Bolivia prefiere el bajo perfil y sueña con un regreso triunfal en La Paz.

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