Shoppings en cuarentena: Cómo es el protocolo con que quieren abrir desde el sábado

En la industria destacan su actividad no difiere a grandes rasgos de la situación que viven los comercios a la calle y los que trabajan dentro de las galerías, que posiblemente ingresen en fase 3 en los próximos días.

Por Canal26

Martes 14 de Julio de 2020 - 18:14

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Con poco no demasiado entusiasmo pero sin dejar de lado las esperanzas, los shopping centers del área metropolitana presentaron a las autoridades de la ciudad de Buenos Aires y de la provincia de Buenos Aires su propio protocolo para reabrir sus puertas a partir del próximo sábado. En el sector tienen presente que a esta altura se ve como cada vez más difícil de que finalmente el sector sea incluido en la lista de actividades esenciales, pero a la vez destacan que el margen para seguir cerrados se redujo cada vez más hasta llegar a un estado que no dudan en definir como "terminal".

 

En la industria del Shopping remarcan que su actividad no se diferencia a grandes rasgos de la situación que viven los comercios a la calle y los que trabajan dentro de las galerías, que posiblemente ingresen en fase 3 en los próximos días. "La verdad es que no entendemos porque pueden llegar a abrir los locales a la calle y las galerías y cuál es el pretexto para no abrir los shoppings. Nosotros tenemos posibilidad de controlar el aforo, la limpieza y el distanciamiento de forma más segura que una galería comercial", indicó Mario Niremberg, gerente general de la Cámara Argentina de Shopping Centers (CASC).

 

También aseguró que la situación por la que atraviesan los 44 shopping centers de Capital Federal y Gran Buenos Aires es más que delicada. "Hace cuatro meses que los shoppings no están cobrando los alquileres y en el caso de las expensas apenas el 20% de las marcas están al día, con lo cual el actual panorama es insostenible", dijoel dirigente empresario.

 

La propuesta que terminó de definir la Cámara de Shopping Centers a partir de los reclamos de las autoridades porteñas y provinciales incluye una serie de normas que se adaptan a la nueva normalidad y que en muchos casos son replicadas de lo que se está haciendo en otros países.

 

Aforo limitado.
Los shoppings en un principio presentaron una propuesta para reabrir con un aforo reducido, con un límite máximo de una persona por cada nueve metros cuadrados. Las autoridades porteñas le reclamaron un aforo menor y finalmente los grandes centros comerciales aceptaron restringir aún más el acceso a público hasta autoimponerse un máximo de un cliente cada quince metro cuadrados.

 

Horarios con limitaciones.
Por lo menos en una primera etapa los shoppings han aceptado la sugerencia de las autoridades para abrir a partir de las once de la mañana. Con esta medida se busca descongestionar el tráfico y los servicios públicos de transporte de manera de no coincidir con el horario de aperturas de las fábricas o los bancos.

 

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Protocolos de seguridad.
Es uno de los puntos menos problemáticos y en los que hubo un acuerdo de inmediato. En su propuesta para volver a abrir a partir de sábado, los shoppings propusieron poner postas sanitarias en sus puertas de entrada para controlar la temperatura de todas las personas que ingresan al mall y para asegurar la provisión de alcohol en gel.

 

Sin permiso para viajar.
El pedido de las autoridades fue muy concreto en que no quieren que los empleados de los shoppings y de los locales se trasladen en transporte público y que sean las propias empresas las que se encarguen de asegurar el traslado de los empleados de ida y de vuelta, sin utilizar colectivos o trenes.

 

Take away.
Frente a la imposibilidad de abrir de manera normal, las autoridades porteñas analizan que desde el próximo sábado los shoppings funcionen únicamente para un servicio de take away, es decir como punto de retiro de productos comprados anteriormente en forma online. En los shoppings sostienen que se trata de un paliativo que difícilmente alcance para evitar un descalabro mayor. "Con el take away no alcanza para mucho. Es apenas una aspirina para un enfermo terminal", asegura, en forma lapidaria, Niremberg.

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