Informe UCA: sin la asistencia del Estado la indigencia hubiera sido de más del 25%

Los datos forman parte del estudio "Efectos de la pandemia Covid-19 sobre la dinámica del bienestar de la Argentina urbana". que presenta hoy Agustín Salvia en el seminario académico Pobreza Multidimensional y desigualdades sociales en la Argentina urbana 2010-2020.

Por Canal26

Jueves 6 de Mayo de 2021 - 07:30

Pobreza, economía argentina, foto NAPobreza, economía argentina, foto NA.

Los datos del Observatorio social de la UCA  sobre el impacto del Covid-19 en el bienestar urbano que se presentan oficialmente hoy son elocuentes, como consecuencia de la pandemia si no hubiera mediado la asistencia social del Estado el nivel de pobreza en la Argentina habría alcanzado el 52% y la indigencia el 25%.

 

El trabajo sostiene que la pobreza por ingresos subió por tercer año consecutivo siendo de 33,6% en el 2018; 39,8% en el 2018 y del 44,7% en 2020.

 

Cabe destacar que los datos de la UCA son a octubre del año pasado y se diferencian así del 42% de pobreza que informó el Indec como dato final del 2020.

 

El informe señala además que en el año 2020 se registró un récord en la cantidad de población alcanzada por la asistencia social del Estado que llegó al 55,4% en términos generales, cifra que es aún más abrumadora para la población en situación de pobreza ya que impactó sobre el 79,7% de ese segmento de la población. 

 

Según la UCA a partir de ejercicios de simulación si no hubiera existido esta asistencia estatal en 2020 la pobreza por ingresos habría llegado al 52% mientras que la indigencia alcanzaría al 25% de la población.

 

Respecto de la situación de pobreza el informe señala que se configura una coyuntura crítica apuntalada por: a) las vicisitudes de casi una década de estancamiento seguido por recesión, previos al advenimiento de la pandemia; y b) el retroceso abrupto de los ingresos de los hogares en el marco de la crisis sanitaria y las medidas de aislamiento social preventivo dispuesta.

 

El trabajo sostiene que: "La situación económica de los últimos años llevó los niveles de pobreza multidimensional a los puntos más altos de la década en 2018 y posteriormente en 2019. En 2020, como consecuencia de la crisis producto de la pandemia esta tendencia se profundizó alcanzando al 42% de la población. Esta evolución se explica por el fuerte impacto que tuvieron las medidas restrictivas sobre una economía con la trayectoria estancada y recesiva de los últimos años. Los efectos sobre el mercado de trabajo impactaron fuertemente en el ingreso de los hogares, particularmente de los más vulnerables en términos de sus inserciones laborales, llevando al incremento de la inseguridad alimentaria severa respecto a 2019".

 

"Hogares de estratos mejor posicionados también perdieron empleos registrados, vieron suspendidas o finalizadas sus actividades por cuenta propia perdiendo vínculo con la seguridad social. Por otra parte, las medidas de aislamiento también impactaron sobre los niveles de asistencia escolar, interrumpiendo la tendencia descendente del déficit de asistencia escolar en niños y adolescentes al incrementar el porcentaje de hogares que contaban con un al menos un niño o adolescente sin vínculo alguno con instituciones educativas formales", so algunos de los conceptos que forman parte del estudio.

 

El trabajo será presentado hoy durante el seminario académico Pobreza Multidimensional y desigualdades sociales en la Argentina urbana 2010-2020. Desafíos teórico-metodológicos para su medición bajo el escenario Covid-19. El mismo se transmitirá en vivo en www.uca.edu.ar/odsavivo En el marco del seminario se presentarán los principales resultados del informe Efectos de la pandemia Covid-19 sobre la dinámica del bienestar en la Argentina urbana. 

 

Participarán del encuentro Agustín Salvia director de investigación del Observatorio, Juan Ignacio Bonfiglio y Ramiro Robles, investigadores ODSA-CONICET. Contribución al debate de Fernando Cortés Cáceres, investigador del Programa Universitario de Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de México y María Emma Santos, investigadora CONICET en el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales del Sur (IIESS). 

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