Las Nereidas de Lola Mora: desnudo, escándalo, censura y mudanza

A 118 años de su inauguración, un repaso de la odisea que vivió su escultora para que vea la luz y de los traslados a los que se vio obligada a aceptar para que su obra tenga lugar en lo que hoy conocemos como la Costanera Sur.

Por Yasmin Ali

Viernes 21 de Mayo de 2021 - 08:30

Fuente Las Nereidas de Lola Mora, Costanera SurFuente Las Nereidas en la actualidad.

Un 21 de mayo de 1903 se inauguraba la fuente Las Nereidas, la obra más emblemática de la escultora Lola Mora. Si bien fue pensada para ocupar un lugar en el centro de la Plaza de Mayo, esta debió mudarse a la Costanera Sur por las críticas que recibió de parte de un sector de la sociedad a consecuencia de su "exceso de desnudez". Crónicas de cómo terminó protagonizando un escándalo inesperado.

 

Dicen que para entender la obra primero hay que entender a su autor por lo cual haremos una pequeña introducción a Mora. Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández nació el 17 de noviembre de 1866 en Salta, en 1887 tuvo sus primeros inicios en la pintura cuando fue alumna del italiano Santiago Falucci donde aprendió el estilo neoclásico y el romanticismo italiano. Debido al gran éxito en su provincia, que le valió una felicitación del propio Falucci, viajó en 1895 a Buenos Aires donde consiguió una beca del Gobierno Nacional para irse a estudiar a Europa en 1896.

Lola Mora, escultora argentinaLola Mora. 

Ya en Roma tomó contacto con la escultura cuando conoció a Guido Monteverde que se dedicaba al trabajo de mármol, allí su éxito y fama comenzaron a crecer y en 1900 se le encargó una estatua de Juan Bautista Alberdi en Tucumán, en Salta la fundición de estatuas y relieves conmemorativos para el Monumento del 20 de febrero y en 1903 llegaría la tan famosa y polémica Fuente de las Nereidas.

Lola Mora en su taller de RomaLa escultora trabajando en su taller en Roma, 1905. AGN. Dpto. Docs. Fotográicos. Fondo Caras y Caretas. Inventario 52622.

Las Nereidas representan el nacimiento de la Diosa de Venus, asistida y sostenida por dos criaturas que dan nombre a la obra. Estas ninfas del océano, hijas del dios del mar, Nereo, representan en la mitología griega, además de belleza y seducción, cierta compasión y protección por los navegantes y la humanidad. Además, la obra se completa con tres tritones montados en sus caballos emergiendo del agua.

 

Fue Adolfo Jorge Bullrich, intendente de la Ciudad de Buenos Aires en ese entonces, quien le encargó el monumento. Lo hizo sin tener el consentimiento del Consejo Deliberante lo que sería determinante en el posterior escándalo que significó su inauguración.

Lola Mora trabajando en Las Nereidas en su tallerMora esculpiendo Las Nereidas en su taller provisorio instalado en el Paseo de Julio, enero de 1903. AGN. Dpto. Docs. Fotográicos. Inventario 52611. 

El primer modelo que se realizó fue en arcilla, con ayuda de talleristas y de estudiantes se construyó otro igual, pero de yeso y del mismo tamaño que la fuente actual. Como resultado quedó una escultura de casi 6 metros de alto y 13 de ancho construida con mármol de Carrara, un material originario de La Toscana, que fue trasladado en 1902 a Buenos Aires.

 

Con las piezas también viajó su autora para supervisar su armado final y en esos últimos detalles comenzaron los primeros cuestionamientos. La escultora usaba pantalones que facilitaban su movimiento sobre los andamios y para la mayoría de la sociedad era visto como un "agravio" a la moral por lo que debieron rodear el lugar con una cerca de maderas.

 

Como se dijo previamente la fuente sería emplazada en Plaza de Mayo, donde hoy está la Pirámide de Mayo, pero por las quejas de miembros de la sociedad conservadora por sus desnudos se debió buscar otro lugar. Primero se sugirieron lugares como Mataderos o Parque Patricios, pero un grupo de peso - entre ellos Bartolomé Mitre - logró que se colocara en el Parque Colón en lo que hoy es la Avenida Leandro N. Alem y Juan Domingo Perón. De aquella ceremonia de inauguración no participó ninguna mujer.

Inauguración de la fuente Las Nereidas de Lola Mora, Costanera SurInauguración de la fuente de Las Nereidas, 21 de mayo de 1903. Llama la atención la poca presencia femenina. AGN. Dpto. Docs. Fotográicos. Inventario 52614. 

Tras 15 años las polémicas y las críticas a la obra continuaran, la calificaban de "libinidosas" y "licenciosas" por mostrar cuerpos desnudos y de manera tan gráfica. La presión obligó a que deba cambiar de sitio y en 1918 se eligió la Costanera Sur puesto que en aquel momento el barrio (hoy Puerto Madero) aún estaba en un incipiente estado de urbanización. La fuente fue trasladada a donde actualmente se encuentra: Avenida Tristán Achával Rodríguez frente a la entrada sur de la Reserva Ecológica y su mudanza estuvo a cargo de la misma Mora. En 1971 se barajó la idea de volverla a moverla, esta vez a un lugar más céntrico como la Avenida Santa Fe y la 9 de Julio, pero se descubrieron fisuras que al desplazarse corrían riesgo de agrandarse y romperse.

Fuente Las Nereidas de Lola Mora, Costanera SurInauguración de la fuente de Las Nereidas, 21 de mayo de 1903. Llama la atención la poca presencia femenina. AGN. Dpto. Docs. Fotográicos. Inventario 52614. 

Fuente Las Nereidas de Lola Mora, Costanera SurFuente Las Nereidas actualmente en la Costanera Sur.

Mora falleció en 1936, a los 69 años, sumida en la miseria y olvidada. En 1997 el Poder Ejecutivo Nacional declaró a su obra más famosa como Bien de Interés Histórico Nacional y en 1998 el Congreso de la Nación instituyó por ley el 17 de noviembre como Día Nacional del Escultor y las Artes Plásticas.

Lola Mora en Salta durante la década del 30Lola posando en Salta, década del 30. AGN. Dpto. Docs. Fotográicos. Fondo Caras y Caretas. Inventario 52639. 

Lola Mora, como tantos artistas de su época, fue una adelantada a una sociedad que aún no estaba lista para su modernismo y determinación producto de su talento. Las Nereidas fue su mejor obra y no solo por lo que generó con una polémica de desnudos. Lo fue porque significó la culminación de años de estudio, de mostrarle a su país y al mundo de lo que una mujer artista, que con tanto recelo era vista, podía ser capaz de hacer si se le daba la oportunidad. Estando en Plaza de Mayo o en su actual sitio en la Costanera su obra genera la misma fascinación para cualquier turista que pasa y queda maravillado con un trabajo que ha traspasado generaciones y a la propia Lola.

 

Por Yasmin Ali

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