Advierten que los planes sanitarios no contemplan las necesidades de los indígenas chaqueños

A la falta de oportunidades, el hambre, la inequidad y la exclusión social se suma otra denuncia en la vulneración de los derechos de los 69 mil indígenas tobas: los planes sanitarios fallan por no integrar las costumbres nativas con las contemporáneas y las urgencias de los pobladores originarios, víctimas así de situaciones de desnutrición y miseria extrema, advirtió un grupo de antropólogos argentinos.

Por Canal26

Jueves 18 de Octubre de 2007 - 00:00

"En la esfera de la salud, los indígenas son ampliamente interculturales. Los aborígenes chaqueños no rechazan la medicina que el Estado les ofrece- como afirman algunos funcionarios- por el contrario, concurren a salas de primeros auxilios y hospitales", afirmaron los investigadores de comunidades autóctonas de Chaco y Formosa. Y remarcaron: "A pesar de la inexistencia de un servicio sanitario que integre las ideas y prácticas de estos grupos sobre la salud y la enfermedad, hace mucho tiempo que los aborígenes tobas reclaman por más y mejor atención". Incluso, "una gran proporción de la dieta actual de los indígenas consiste en alimentos elaborados industrialmente como la harina y el azúcar, una dieta de baja calidad y altamente calórica que los planes de asistencia y los comedores escolares parecen no remediar", indicaron los expertos en su informe titulado Algunas notas sobre el hambre en el Chaco.

En el documento, los expertos destacan el rol de los aborígenes para evitar esta situación de precariedad y discriminación a los que son sometidos diariamente. Así, señalan, "llama la atención que en el registro de la crisis alimenticia hecha por los medios de comunicación es notable la aparente inexistencia de las organizaciones indígenas". "Todo parecería indicar que los pobladores son víctimas pasivas y desintegradas de la desnutrición, las inundaciones y las sequías. Sin embargo, existen en Chaco y Formosa institutos provinciales indígenas, asociaciones civiles en cada comunidad e incluso redes y federaciones. Pero la combinación de largas tradiciones de paternalismo e indigenismo integracionista se han ocupado de convertir y mantener a la mayoría de las asociaciones como piezas claves del entramado clientelista", denunciaron los antropólogos.

De acuerdo a los especialistas, los indígenas chaqueños se debaten en la telaraña argentina contemporánea de la desigualdad en la que conviven "los porcentajes de crecimiento macroeconómico sin precedentes y los índices africanos de desarrollo humano del Chaco". Para los antropólogos, "narrar el hambre es tan difícil como erradicarlo de un sistema político en el que la discriminación parece ser uno de sus elementos constituyentes". Así, Mariana Gómez, Ana Carolina Hecht, Alejandro López, Carlos Salamanca, Florencia Tola, Soledad Torres Agüero, Patricia Torres Fernández y Ana Vivaldi, subrayan la importancia de la participación indígena en el diseño y en la ejecución de los planes de salud e invitan a debatir sobre los encuentros y desencuentros entre aborígenes y políticas públicas. La comunidad indígena toba, cuyos integrantes hoy ascienden a los 69.452, no sólo reside en el Impenetrable chaqueño sino también en el Gran Resistencia, Formosa, Santa Fe y en los barrios más empobrecidos de Rosario, La Plata y Buenos Aires.

Las numerosas experiencias de participación en el diseño y ejecución de planes y proyectos con incidencia directa sobre las condiciones de vida con que cuentan diversas organizaciones indígenas deberían ser suficientes para reconocer a estas últimas como parte de la solución, sugirieron los antropólogos. Y apuntaton contra el tratamiento de la problemática por parte de la prensa: "Si las visitas periodísticas al Impenetrable se limitan a describir sus periplos por los caminos del hambre es muy probable que los gobiernos respondan, como ya ha sucedido, enviando al ejército nacional a repartir cajas de alimentos y no incorporando una visión estructural y de largo plazo respecto del problema". "El hambre es el resultado de un problema integral cuya solución exige que las organizaciones y los mismos indígenas sean reconocidos como protagonistas", concluyeron.