Crimen de tres policías: hubo rastrillaje ante falta de pistas y testigos

Los investigadores rastrillaron este lunes los alrededores de la escena del triple asesinato adebido a la carencia de evidencias que aporten líneas firmes y de los resultados finales de los peritajes científicos y médicos.

Por Canal26

Martes 23 de Octubre de 2007 - 00:00

Los pesquisas necesitan para orientar la investigación el informe final de las autopsias y de los exámenes a los rastros levantados en el lugar donde asesinaron a los oficiales Alejandro Vatalaro, Ricardo Torres Barboza y el sargento Pedro Díaz.

"No hay nada y las hipótesis son todas porque hoy no existe una con el fundamento necesario para tomarla como prioridad", dijo esta tarde a Télam una fuente policial.

"Hasta ahora se ha hecho difícil conseguir testigos que aporten información de utilidad y los que figuran con esta condición en la causa son vecinos del lugar que escucharon detonaciones similares a disparos en el horario en el que se produjeron los asesinatos", agregó el informante.

Ante esa falta de elementos o datos que pueda aportar algún informante policial, decenas policías, bajo las órdenes de la fiscal platense Leyla Aguilar, rastrillaron los descampados aledaños al predio de la planta transmisora del
Ministerio de Seguridad y las banquinas de la calle 7, que conduce al lugar donde fueron cometidos los crímenes.

Un elemento que analizan los investigadores y que les llama la atención es el presunto estilo "tumbero" utilizado para apuñalar a los policías después de haber sido asesinados a balazos.

Por las casi 60 puñaladas que recibieron los cuerpos, los peritos no descartan la intervención de un ex presidiario, pero esa posibilidad complica avanzar en las motivaciones.

Por el momento, una de las líneas investigativas que se siguen es la de una venganza contra algunos de los policías llevada a cabo por personas que pasaron por la cárcel o sicarios contratados para cometer el triple crimen y un mensaje del tipo mafioso.

En ese sentido, Cristian Vatalaro, hermano del oficial Alejandro, dijo que una de las hipótesis que se investiga es que los efectivos fueron sedados antes de ser acuchillados y baleados ya que "había un sandwich a medio terminar".

Por su parte, los familiares de Torres Barboza se reunieron con el gobernador bonaerense, Felipe Solá, en la sede del mandatario provincial de La Plata.

Solá se comprometió ante los familiares de Torres Barbosa a esclarecer el triple crimen de características mafiosas.

Paralelamente, familiares, amigos y vecinos de las víctimas anunciaron que el próximo miércoles marcharán hasta la Casa de Gobierno bonaerense en reclamo del esclarecimiento del caso.

En sintonía con el reclamo de Justicia, el presidente Néstor Kirchner aseguró que el gobierno quiere "saber la verdad a fondo" del triple crimen y dijo que los argentinos no quieren "más perejiles presos".

En su discurso realizado durante un acto en la ciudad bonaerense de Bolívar, Kirchner reclamó que "no inventen cosas que hieran la inteligencia de los argentinos" y exigió una "investigación a fondo" del caso.

En tanto, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, dijo a la prensa desde la Casa de Gobierno, que en la provincia de "se está trabajando muy fuerte" para resolver el triple crimen al que describió como "un hecho aberrante".

"Tienen varias líneas investigativas, están puestos encima y nosotros estamos a disposición de todo lo que podamos colaborar para resolverlo", señaló Fernández y dijo sentir "asco y bronca en sólo suponer que puede haber una valoración política" en el hecho.

A Vatalaro, de 27 años, Torres Barboza, de 26, y Díaz, de 45, los mataron la madrugada del vienres último en el predio de la planta transmisora del Ministerio de Seguridad, ubicado en 7 y 630 del barrio platense Aeropuerto, en un triple crimen sin precedentes desde el retorno de la democracia a nuestro país.

Los investigadores determinaron que los dos oficiales fueron sorprendidos cuando se hallaban en una garita de vigilancia ubicada junto a la central de comunicaciones y fueron asesinados de un balazo en la cabeza.

En tanto, el sargento, que descansaba en una habitación cercana, escuchó los disparos, intentó escapar a la carrera por los fondos del predio, pero fue perseguido por los asesinos que lo ejecutaron de cuatro disparos en la espalda.

Tras los peritajes forenses, se determinó que las tres víctimas fueron asesinadas con armas nueve milímetros, el mismo calibre que utiliza la Policía, y luego apuñaladas.

Además, los homicidas se llevaron un patrullero, que luego abandonaron, y robaron cuatro armas.