Divididos, luna llena de folclore y rock en Cosquín

El trío se probó en Córdoba el ropaje folclórico con el que trascendiera y mixturara al rock nacional en la década del 90. Y aprobó ante una colmada Plaza Próspero Molina que una de noche de 2008 le abrió las puertas a quienes optaron por el tradicional festival para homenajear a Atahualpa Yupanqui a días del centenario de su nacimiento.

Por Canal26

Martes 22 de Enero de 2008 - 00:00

“Buenas Noches, gracias por venir y dejarnos participar en Cosquín “ agradeció Ricardo Mollo a las 3.43 de esta madrugada.

La Plaza Próspero Molina y la edición 2008 del tradicional Festival evidenciaba su apertura a otros géneros desde la presentación del locutor quien con un juego de palabras acorde a la ocasión dio paso al grupo "que abreva a todos los géneros aunque se llame Divididos”


Hasta Diego Arnedo dejó de lado su parquedad habitual y habló, poco pero alcanzó para presentar a Peteco Carabajal y su hermano quienes subieron para acompañar la versión más folclórica que nunca de “Ortega y Gases” luego de la apertura con “Vientito del Tucumán” del disco “Gol de Mujer”.

Era tal la emoción de la juventud presente que ante el final de cada tema tronaba la clásica arenga esa de “Escuchenlo escuchenlo la aplanadora del Rocanrol es Divididos, la.... “


Pero no era noche del power rock sino del folclore y se vino el enganchado “Andá a lavártelos – Clavador de querubín” , temas olvidados de los shows con formato clásico. Con Peteco a cargo del violín y su hermano Demi en bombo salió la versión de “Niño Hereje” y la novedad de la guitarra acústica en manos del bajista Arnedo.


Una intro violinesca bien Carabajal precedió al primer toque con guitarra eléctrica. Así se oyó “Que ves” ese hit folclórico, rockero y con tanta identidad argentina como la tapa verde de los documentos nacionales. Y como todo vuelve, el trío retornaba así a esas fuentes, las caudalosas de los 90 donde a caballo- nunca tan efectiva la imagen – de la mixtura de géneros y generaciones galopaba sonidos al viento de la “Era de la boludez” siempre tan lejos y tan cerca.


Llegaría el tiempo para el recuerdo del fallecido Ricardo Vilca a quien Mollo agradeciera mirando el cielo y tras él la lograda y siempre emotiva “Guanuqueando” perla que cierra musicalmente el último disco de la banda “Vengo del placard de otro” del lejano 2002.


La cercanía con el género o la mixtura con ellos hizo que tanto Mollo, Arnedo y Catriel se sintieran locales. No es poco en un escenario donde el rock sólo había jugado de visitante de la mano de las prodigiosas manos de Charly García, quien para acometer en el Próspero Molina no sin polémica previa ni posterior, había recalado bajo la bendición de Mercedes Sosa, divinidad argentina y folclórica si las hay.


El set eléctrico tan aclamado apareció de la mano de “El Arriero” del inmortalizado Atahualpa Yupanqui, alma mater de la presencia del trío en el tradicional Cosquín. La válida excusa es que el próximo 31 se cumplirá el centenario del nacimiento de ese símbolo musical que trascendiera fronteras nacido bajo el nombre de Roberto Chavero.


Rubén Patagonia puso su voz - lamento en el cierre de una poderosísima y siempre versión de “Cristóforo Cacarnú”, manifiesto musical que recuerda el genocidio cuyo eufemismo se conoce como Día de la Raza.


Pero como bien dice la Negra Sosa “el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos”. O tolerantes. O abiertos. O quien sabe cómo. Lo cierto es que una madrugada de enero, en 2008, el rock, tan nuestro como el folclore, hizo pie en Cosquín, y en justo Córdoba no desontonó.


Divididos derribó prejuicios, ató lazos indisolubles, unió géneros. Y en la Plaza Molina tuvo un paso histórico y más que Próspero que el país pudo apreciar hasta las 4:30 cuando el noticiero de la televisión pública decidió levantar y dar paso a las noticias de ayer.