México y una tradición: el carnaval de los golpes

Una fiesta muy particular. Los contendientes pelean hasta derramar sangre ante unos 1.000 espectadores. (Ver video).

Por Canal26

Miércoles 6 de Febrero de 2008 - 00:00


Una fiesta muy particular se realiza en México: se trata del Carnaval a golpes. Cientos de indígenas, entre ellos varios niños, del estado de Guerrero comenzaron esta semana sus fiestas de carnaval con un singular ritual, que consiste darse golpes hasta que su contrincante sangra.

Siguiendo la tradición, los indígenas nahuas del municipio de Zitlala, que pelean en una batalla campal durante cinco horas, van vestidos como mujeres, portando faldas, blusas y máscaras.

La ceremonia comienza festiva, con el desfile de los participantes en la plaza principal del pueblo donde bailan al ritmo de la música de una banda y beben grandes cantidades de mezcal, una bebida alcohólica obtenida de agave, una planta nativa.

Luego es el turno de la batalla campal, pero no es todos contra todos sino que se enfrentan los bandos de los barrios de San Francisco y San Mateo.

El alcalde de la localidad, Nahum García, explicó que es una tradición de la cual no se sabe cuando surgió, pero se remite a una leyenda en la que asegura "hace varios siglos llegó a esta comunidad una tribu llamada 'coahuixcas' que se llevaba a las mujeres". Según esa versión, agregó García, los hombres de aquel entonces optaron por vestirse como mujeres para engañar y derrotar a los invasores 'coahuixcas'.

Los indígenas de Zitlala, que en náhuatl significa 'Lugar de estrellas', pelean hasta derramar sangre ante unos 1.000 espectadores. Sócrates Tomanzin, lugareño de Zitlala, dijo que no hay rivalidad entre ellos, sino que este ritual les sirve para desahogarse y sentirse a gusto.

"Los madrazos (golpes) duelen, pero el cuerpo lo pide y se miden las fuerzas, y lo más importante es que a nadie se le obliga pelear", dijo.

El final del combate es anunciado por la banda de música. Sólo pueden verse manchas de sangre. Los 'gladiadores' se retiran en paz pero esperando la revancha el próximo año, para demostrar su fortaleza.