Crisis, dengue y gripe se curan con la "Lutherapia"

Entre tanta locura cotidiana de hoy, el antológico grupo humorístico musical Les Luthiers propone un corte atemporal para disfrutar de una sana sesión de risa. Con su impronta particular, están en el Gran Rex haciendo "psicología de grupo" con una técnica terapéutica que tiene más de cuatro décadas. (Ver galería de fotos)

Por Canal26

Jueves 30 de Abril de 2009 - 00:00

Inalterables. Así se presentan los Les Luthiers en la Calle Corrientes en el reestreno de su último espectáculo “Lutherapia”. Sólo serán diez semanas en las que el inimitable quinteto humorístico musical se presentará, seguramente a sala llena, en el Gran Rex.

El juego teatral tiene como hilo conductor una sesión de terapia. Angustiado, Ramírez (Daniel Rabinovich) recurre a los servicios del inescrupuloso, desinteresado y desopilante psicólogo que encarna Marcos Mundstock. Y la escena musical comienza a desarrollarse con uno de los sueños que dañan el subconsciente del paciente con la opereta medieval "El cruzado, el arcángel y la harpía" con Carlos López Puccio y su pícara inoncencia. Luego en la galopa psicosomática "Dolores de mi vida" el traumado analizado cuenta las enfermedades que le causó su amada.

Aparecerán luego “Las bodas del rey pólipo” y uno de los puntos más altos en cuanto a ovación de la noche con el "Handball Blues". Allí aparece el "Bolarmonio" con el que Fernando Tortosa ganó el primer premio de instrumentos inusuales en la muestra por los 40 años de Les Luthiers. El “dialogo” que se da entre el piano de Carlos Núñez Cortés y un hiperquinético Jorge Maronna que camina muchos metros a toda velocidad. Cuando concluye, en la platea, el pullman y el superpullman de la sala de Avenida Corrientes 857 repiquetean las palmas y suena la ovación.

Pasa “El flautista y las ratas” y ahí conocemos la “verdadera historia” del mítico personaje de Hamelin que, según la disparatada reversión “leslutheriana” fue una farsa.

Y ahí viene el leit motiv de la segunda mitad de la obra. Mastropiero, imaginario inspirador de la obra de Les Luthiers, confundió el objetivo planteado por un congreso de filosofía y creó una cumbia. "Dilema de amor" se llamó y el desarrollo de la misma es para reír sin dejar ni un acorde huérfano de carcajadas. El modernismo del quinteto se escucha en esta pieza tropical ya que los sintetizadores ocupan en pleno siglo XXI el espacio que antes estaba reservado con exclusividad para los instrumentos “unplugged”.

El cierre de la presentación viene con "Aria agraria" y "El día del final". Pero el telón caerá definitivamente luego de que nos den una sorpresa más. Como si no hubiera sido suficiente tras casi dos horas de ver al grupo que todo argentino debe ver en vivo al menos una vez en su historia.

Un espectáculo que tiene giros de lo mejor de la historia de Les Luthiers en cada uno de los diálogos y en cada una de las canciones. La sorpresa de ver los clásicos instrumentos únicos, exclusivos y no convencionales y ese humor tan atemporal como inteligente.

Son sólo diez semanas las que estarán en el Gran Rex los viernes y sábados a las 21.30 y los domingos a las 20. Poco tiempo… Pero seguramente, estos Rolling Stones del humor tendrán varias décadas más para seguir evocando las obras de Mastropiero y para seguir haciendo reír en clave de sol. (MMF)