Prueba de la parafina

A partir de la muerte de la bailarina Morena Pearson, pareja de Daniel Bellini, dueño del boliche Pinar de Rocha, provocada por un disparo de arma de fuego mucho se ha hablado en la últimas semanas nuevamente de la prueba de la parafina, sin embargo existen errores de opinión o concepto por no tener en claro que es específicamente la Prueba de la parafina también llamada ensayo de la difenilamina, o dermotest para los americanos. Lic. Marcela Jorge Ramirez

Por Canal26

Martes 15 de Abril de 2008 - 00:00

Cuando se realiza este procedimiento lo que se busca hallar es restos de componetes o residuos de la pólvora en las manos de quien o quienes se suponen han efectuado disparos con un arma de fuego.

El método consiste en extender una capa de parafina de buena calidad a temperatura adecuada sobre ambas manos del sospechoso, la parafina caliente va a provocar una dilatación en los poros con lo cual las partículas asentadas en la piel se transfieren a esos moldes que luego serán analizados por los expertos con reactivos químicos.

El residuo que queda en las manos de quien disparó consiste en pequeñas esferas constituidas por metales y óxidos metálicos originados por la descompocisión térmica de la polvora y el detonador que no se ven a simple vista pero si mediante estudios analíticos de alta sensibilidad.
Este ensayo es genérico para muchos oxidantes por lo cual ha sido criticado por muchos autores ya que puede derivar en un "falso positivo", y contrariamente puede dar un "falso negativo" si la prueba al sospechoso se la realizara pasado determinado tiempo o se hubiera efectuado una limpieza de la zona (pulgar, indice y parte intermedia).

Por lo tanto suponer la autoría o no de efectuar disparos con arma de fuego a una persona basado solamente en este estudio es un error que obviamente no cometeran peritos, abogados o jueces, pero si sin los conocimientos adecuados la opinión pública.

Esta prueba tan nombrada en estos tiempos tiene una larga trayectoria en el campo de la Ciencias Forenses, incluso se discute aún hoy quien fue su precursor. En 1933 Teodoro Gonzales de la ciudad de México la expuso en los Estados Unidos en un informe titulado "En busca de la mano que hizo el disparo" siendo adaptado por los americanos con el nombre de Gonzales Test o dermotest.

Pero para el autor de "La prueba de la parafina", profesor Israel Castellano fue Gonzalo Iturroz quien años antes la aplicara en el caso del homicidio del Jefe de la Policía General Armando De la Riva el 7 de junio de 1913 en el Paseo del Prado en La Habana.

Sea quien sea su creador o la ambiguedad de los resultados, este método es actualmente aplicado en nuestro país como una prueba de estudio más, ya que un resultado positivo sumado a otros indicios puede orientar a los investigadores hacia el responsable de haber efectuado disparos... homicidas o suicidas.