Preocupante: la Universidad de Harvard advirtió sobre el impacto del cambio climático al sistema inmunológico

Cambio climático. Foto: EFE

El cambio climático cada vez repercute más sobre el planeta Tierra y sus habitantes. Un nuevo estudio reveló que además de afectar a los animales y su hábitat, también impacta negativamente sobre las personas y sus sistemas inmunológicos, contribuyendo al aumento de enfermedades inmunomediadas, de acuerdo con la investigación realizada por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos. 

De acuerdo con la investigación publicada en la revista científica Frontiers in Science, el cambio climático puede llegar a alterar el sistema inmunológico, a tal punto de romper las defensas de organismo, impidiendo que puedan reconstruirse. 

Encontrá más vídeos

A esta investigación de la universidad estadounidense se le suma la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que declaró que "el cambio climático es la mayor amenaza para la salud mundial del siglo XXI", a la vez que explicó que entre las enfermedades inmunomediadas que podrían ocasionar el cambio climático se encuentran las alergias, las enfermedades autoinmunes y los cánceres.

Pero, además, el estudio señala que también puede provocar otras enfermedades como el asma, las enfermedades inflamatorias intestinales, la esclerosis múltiple, el lupus sistémico y la artritis reumatoide. 

  Cambio climático. Foto: NA. 

Te puede interesar:

El "plato Harvard": en qué consiste el sencillo método para controlar el peso y comer sano

¿Cómo frenar el cambio climático?

Existen múltiples formas de contribuir a la desaceleración del cambio climático y, así también, ayudar a frenar los peligros relacionados con este fenómeno. Estas van desde la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, hasta aumentar la biodiversidad. 

Si bien estas formas parecen lejanas, también hay otras que ayudan a mitigar los efectos del cambio climático desde la comodidad de los hogares. Para ello, las personas pueden contribuir al planeta mientras protegen su salud, cambiando sus hábitos alimenticios, eligiendo alimentos más variados y, sobre todo, de origen vegetal, que son amigables con el planeta y poseen un alto contenido nutricional. 

Además, pueden cultivar sus propios alimentos, priorizando las técnicas orgánicas y reduciendo el desperdicio de alimentos. Otra forma importante de ayudar a desacelerar el cambio climático es disminuyendo el uso de combustibles fósiles, ya sea para cocinar, calentar o transportarse, eligiendo fuentes de energía limpia o utilizando medios de transporte ecológicos, como la bicicleta y hasta incluso, caminando.