Paparazzis argentinos se trenzaron con seguridad uruguaya por una imagen de Susana y su novio

Por Canal26

Sábado 16 de Enero de 2010 - 00:00

Según informa en su edición de este sábado el portal del diario uruguayo El País, a las 4.00 de la madrugada de ayer, la rambla de la Mansa frente al Hotel Conrad era un desfile de patrulleros y policías intentando contener una trifulca entre una decena de "paparazzi" argentinos y una veintena larga de guardias de seguridad.

Una noche que parecía destinada a que Susana Giménez y su actual compañero Damián Popiloff hicieran su "presentación en sociedad" para la prensa argentina, se empañó cuando fotógrafos y cronistas de las revistas Caras, Gente, Pronto y Paparazzi trataron de tomar fotos de la pareja que salía del casino de Conrad, y se trenzaron en una fenomenal gresca con guardias de seguridad que se interpusieron en la tarea.

La diva y su flamante pareja, un apuesto argentino licenciado en marketing, amante del tenis y 26 años menor que Susana, habían acudido al Conrad a presenciar el recital de Julio Iglesias. Como su asistencia se había anunciado, una gran cantidad de fotógrafos decidió ir al concierto.

Susana Giménez y Popiloff, a quien ya se conoce cariñosamente como "Popi", se sentaron en la fila 6 mientras los fotógrafos, como es de rigor en estos conciertos, tomaban fotos de Julio Iglesias durante las dos primeras canciones del recital. Después debían abandonar el recinto.

Un periodista argentino, que sólo habló a condición de mantener el anonimato, dijo que los fotógrafos "habían arreglado" que permanecerían en el recinto con las cámaras desarmadas hasta el final del recital, y que entonces "podían tomar fotos de la pareja".

Era medianoche cuando Julio Iglesias se retiró del escenario y los fotógrafos se lanzaron a capturar imágenes de "Popi" y "Su", pero entonces los guardias de seguridad "que no sabían del arreglo", según expresó la fuente, se interpusieron e impidieron que pudieran realizar su tarea.

Ahí comenzaron los primeros escarceos e insultos, aunque no pasaron a mayores.

La perseguida pareja se dirigió entonces a cenar con el cantante en uno de los restaurantes del hotel, mientras los fotógrafos se dispersaban, algunos hacia el vestíbulo y otros hacia el garaje, donde presumían que podían "cazar" a los novios.

segundo round. Pasó cierto rato antes de que los "paparazzi" confirmaran que Damián y Susana estaban cenando, y breves momentos después ya se habían congregado frente a la puerta del restaurante. "Había siete u ocho fotógrafos allí", confirmaron varios de los periodistas.

Un segundo forcejeo se produjo al salir la pareja, cuando uno de los fotógrafos se trepó a una silla para obtener un ángulo adecuado en medio de un mélange de cabezas, cámaras y micrófonos. Un guardia se abalanzó sobre el fotógrafo y lo bajó de la silla.

El entredicho que siguió tampoco pasó a mayores.

Susana y su acompañante, que parecían resueltos a exhibirse ante los flashes, se marcharon entonces a jugar unas fichas al casino, mientras cinco fotógrafos y cuatro periodistas decidieron esperarlos en el lobby y otros dos o tres se marcharon hacia la puerta de entrada del hotel.

Los guardias indicaron a los reporteros que no permitirían fotos dentro del casino ni de los accesos, una norma habitual en estos establecimientos.

tercer round. Sobre las 3.00 de la madrugada, cuando los novios salieron del casino -y lo hicieron precisamente por el lobby- los "paparazzi" volvieron a abalanzarse en tropel y ahí sí comenzó el round final.

La seguridad volvió a interponerse y uno de los fotógrafos, de la revista Gente, le agarró el brazo a uno de los guardias para sacárselo de encima.

"Lo cazaron del cuello para echarlo y yo salí a defender a mi colega", contó el fotógrafo Marcelo Rodríguez, de Pronto. "¡Dejalo, dejalo!", le grité, y otro guardia se me vino encima y me agarró del cuello. Casi me asfixia. Sentí que no podía respirar y que me moría".

Cuando el guardia lo soltó y Rodríguez recuperó el aliento, corrió tras él "y le encajé una piña en el ojo", admitió.

"Ahí se me vinieron varios más; comenzaron a salir `patovicas` de todos lados, me tiraron al suelo y me dieron una patada en la cabeza".

"Volaban las cámaras y los teléfonos celulares", contó otro de los fotógrafos. A mí me extraviaron la cámara, aunque después un guardia me la devolvió". Los periodistas que estaban afuera ingresaron también al vestíbulo y se trenzaron con los guardias que comenzaron a empujar a todos hacia la rampa exterior del hotel.

Un policía que andaba en la vuelta y que vio entonces los incidentes llamó por radio pidiendo auxilio, y en pocos minutos la calle frente al hotel se llenó de patrulleros.

Ya eran cerca de las 4 de la madrugada cuando los agentes formaron un cordón para separar a los contendientes y las aguas comenzaron a calmarse.

Los fotógrafos terminaron la noche en la comisaría. Después de parlamentar, decidieron no denunciar los incidentes, que no han sido los primeros aunque sí los más embarazosos que involucran a los "paparazzi" argentinos este año en Punta.

A solicitud de El País, que deseaba conocer la posición del hotel sobre los incidentes, la directora de Marketing, Silvina Luna, remitió la siguiente nota:

"Susana Giménez es una personalidad de relieve internacional que siempre despierta el interés de la prensa. Ayer (jueves) asistió al show de Julio Iglesias en nuestro Hotel Conrad. Luego cenó en nuestro restaurante St. Tropez, hasta el momento de abandonar el complejo. Ante el desborde de la gran cantidad de fotógrafos, el personal de seguridad del Hotel cumplió con su función de protegerla, lo que generó inconvenientes".

Conrad, tradicionalmente, ha tenido una relación de muy buenos términos con la prensa internacional.