Hallaron restos óseos que podrían ser de Aída Amoroso

Fue en el cementerio de González Catán. Buscan determinar si pertenecen a la dueña de la casa donde Araceli Ramos había sido citada por una entrevista laboral y nunca más volvió.

Por Canal26

Sábado 12 de Octubre de 2013 - 00:00

Los restos hallados en el cementerio fueron remitidos a la morgue policial de La Matanza para ser analizados científicamente, aunque en principio se cree que no se trata de huesos humanos.

Los investigadores continuaban este mediodía en el Cementerio Jardín de los Ceibos, en esa localidad del partido de La Matanza, en busca de los restos de la anciana Aída Amoroso (81), quien permanece desaparecida desde el 20 de septiembre último.

Si bien en un principio los pesquisas sospechaban que se trataban de restos humanos y daban como una hipótesis firme que podría tratarse de Amoroso, los peritos forenses que fueron convocados de urgencia al lugar relativizaron esa versión.

De todas formas, los restos serán remitidos a la morgue para ser analizados científicamente.

Fuentes policiales confirmaron a Télam que se trata de restos en avanzado estado de descomposición dentro de una bolsa plástica, que fueron encontrados enterrados debajo de una antena perteneciente a una empresa telefónica, en una zona periférica del cementerio de González Catán.

El hallazgo se produjo cerca de este mediodía en una zona periférica del Cementerio Jardín de los Ceibos, en el kilómetro 32 de la ruta nacional 3, en ese partido del oeste del conurbano bonaerense.

Hasta allí llegó cerca de las 8.30 un grupo interdisciplinario de la policía bonaerense, integrado por expertos en Seguridad, en Investigaciones y en Científica bajo las órdenes del jefe de la policía bonaerense, comisario general Hugo Matzkin, en busca de los restos de Amoroso.

Cerca de las 13, los policías retomaron las excavaciones en otras zonas periféricas del cementerio, en busca de más restos, con la supervisión del fiscal del caso, Enrique Velazco Cerviño.

Según dijeron los voceros consultados, los investigadores contaban con diferentes pistas que indicaban que el único imputado y detenido por el caso, el ex comando de Prefectura Naval Walter Vinader (38), pudo haber arrojado el cuerpo de Amoroso en ese lugar.

Al igual que lo que ocurrió ayer con el hallazgo del cadáver de Araceli, los investigadores contaron en las últimas horas con el testimonio de un remisero que dijo que llevó hasta el lugar a un hombre al que reconoció como Vinader y que éste llevaba unos bultos importantes: supuestamente partes de antenas que, por su trabajo, tenía que instalar en ese lugar.

Por esta razón, el fiscal Velazco Cerviño envió esta mañana al cementerio a personal de la Dirección de Infantería de la Policía Bonaerense, que ingresó al predio con una excavadora para facilitar las tareas de remoción de tierra.

Aída Amoroso, desaparecida desde el 20 de septiembre, es la dueña de la casa ubicada en la calle Puán 3754 de la localidad bonaerense de Caseros, a la que Araceli fue a una supuesta entrevista laboral, según le había dejado anotado a su madre en un papel.

La principal sospecha de los investigadores es que Vinader pudo haber asesinado a Amoroso y haber hecho desaparecer su cuerpo para apropiarse de su vivienda.

Las fuentes destacaron que, tras detener a Vinader, los pesquisas se dirigieron a su casa en la Capital Federal, y allí encontraron una escritura de la vivienda de Amoroso, como así también el certificado de defunción de su hijo, Emilio Razzónico.

Razzónico fue un ex compañero de celda de Vinader y falleció en circunstancias que ahora también investiga la Policía.

El cadáver de Araceli fue hallado en la madrugada de ayer en un descampado de la localidad de Villa Madero.

El cuerpo tenía las manos y pies atados con alambre y se hallaba envuelto en varias bolsas de consorcio y dentro de un bolsón.

Para lograr encontrar el cadáver de Araceli, los investigadores contaron con la declaración de otro remisero que fue quien explicó a la policía que Vinader lo contrató para trasladarlo desde una casa en Mataderos hasta ese descampado y que llevaba un bolsón grande en el cual, le dijo, que llevaba antenas viejas.