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Por Canal26

Martes 15 de Mayo de 2007 - 00:00

La llamada Ruta Destroy, Ruta del Bakalao como se le conoció más mediáticamente, heredera directa de la movida valenciana, consistió en el mayor movimiento "clubbing" de España, hecho por y para españoles fundamentalmente, e inició dicho movimiento "clubbing" en el país, tal cual lo conocemos hoy en día. De hecho, no se puede desligar la forma de ocio nocturno de los españoles de hoy de lo que se heredó de este movimiento. Básicamente consistía en el desplazamiento por carretera de miles de jóvenes españoles entre las discotecas del área metropolitana de Valencia, de entre las cuales destacaron salas como Barraca, Spook Factory, Chocolate, Espiral, NOD, Puzzle, y ACTV, cada fin de semana, y sin apenas descanso, durante los años 80 y la primera mitad de los 90. Pero la realidad fue mucho mayor que eso, y mecere ser explicada en profundidad.

Principales causas
La Ruta Destroy sentó un precedente en un país recién salido de una transición democrática tras la época franquista, lo cual explica las ansias de libertad que se respiraba en todo el país. La legislación española, en todo lo tocante al ocio nocturno, era aún muy inmadura debido al legado del franquismo, y estaba llena de vacíos legales, los cuales, los empresarios de estas discotecas supieron aprovechar. Estos factores, unidos a la gran permisividad y aperturismo de una sociedad con ganas de compensar la represión franquista, al carácter jovial y festivo de los valencianos, y también, a la menor preocupación e información de ciertos aspectos como las drogas, fueron el fuego que encendió la mecha. Hablar de la mecha, es hablar de los orígenes, y de esto, de su evolución y su posterior explosión tratan los siguientes capítulos.

Origen
La semilla de la denominada "Ruta Destroy" se sembró a caballo entre finales de los 70 y primeros 80, dentro de lo que fue la particular "Movida Valenciana", movimiento que a pesar de tener mucha menos repercusión mediática que la conocida Movida Madrileña y de haber sido injustamente marginada, muchos afirman que tuvo tanta o mayor importancia real que esta, no solo por la infinidad de grupos autóctonos que aparecieron y la vitalidad cultural que aportaron a la ciudad de Valencia, mientras que la verdadera movida madrileña fue en realidad, en palabras de muchos que la vivieron, disfrutada por unos pocos privilegiados, sino porque esta otra movida, la valenciana, actuó como potente catalizador para que una ingente cantidad de grupos extranjeros, principalmente e inicialmente británicos, fueran dados a conocer en toda España, a través de Valencia, donde dieron su primer paso en la península, para después dar el salto al resto del país. Además, la de Valencia acabó derivando en el culto a esos centros de ocio llamados discotecas, creando por primera vez en España un movimiento de música de baile con sonidos que hasta entonces no eran entendidos como tal, sonidos de importación que asiduamente traían los disc-jockeys valencianos y otros personajes importantes directamente desde Londres, Manchester, y otras ciudades europeas. Lo que derivó en la posteriormente llamada Ruta Destroy. El término movida valenciana, de hecho, se ha extendido hasta incluir a la movida discotequera de la Ruta Destroy.

A finales de los 70, la ciudad de Valencia, que apenas llamaba la atención en cualquier aspecto social y cotidiano, quiso reclamar su parte de protagonismo. Durante la era Post-Punk y New Romantic (la llamada era new wave), la ciudad empezó a florecer, no sólo musicalmente sino culturalmente. Empezaron a aparecer grupos musicales autóctonos con una marcada tendencia vanguardista, y de una manera menos mediática que en Madrid. Se dice que mientras en Madrid, los iniciadores del movimiento fueron Kaka de Luxe y Burning, en Valencia lo fueron, en 1979, La Banda de Gaal y seguidamente La Morgue. Grupos como Seguridad Social, Video, Glamour, Comité Cisne, Betty Troupe, In Fraganti, La Morgue o Interterror lideraban una legión de artistas valencianos que apostaban por los nuevos sonidos llegados directamente del Reino Unido o Alemania, y empezaban a poner de moda la imagen del post-modernismo de principios de los 80, con looks elegantes, sofisticados y estridentes, heredados y evolucionados de la era punk. En esa época, un local sobresalió entre todos por su amalgama cultural, Pyjamarama, pero hubo otros, como Bowie, Gasolinera, Tropical (que años más tarde se conocería como ACTV), Video, Estandarte o Planta Baja. Asímismo, debido a esta apertura en Valencia a sonidos no tan convencionales, muchos grupos extranjeros empezaban su andadura por tierras españolas pisando primero Valencia, como el caso de Soft Cell. La gente empezó a interesarse cada vez más por estos sonidos, al igual que por otros más góticos, también llegados de las islas británicas. En aquel momento, sin embargo, aún no había ninguna discoteca que realmente pinchase esa clase de sonidos. Dichos sonidos no iban ligados a la música de baile, y aún no se entendían como tal, por lo cual aún estaban relegados a las salas de conciertos y los bares de copas. Seguían reinando las típicas boîtes y salas de fiesta setenteras, tapizadas y llenas de espejos.

Fue a raíz de abrirse una sala llamada Oggi, auspiciada por el principal precursor y gurú de toda la movida, Juan Santamaría, cuando esos sonidos, y toda clase de rarezas electrónicas y guitarreras, eran pinchados para un público aún muy selecto. La sala no tardó en decaer por oscuros derroteros (gente adicta a la heroína y otros problemas). Más adelante, la misma gente responsable del Oggi se trasladó a la sala Metrópolis, en un intento de agrupar a todas las tribus urbanas de Valencia (rockers, mods seguidores del garage rock o del ska y otros sonidos con marcada influencia sesentera, nuevos románticos, punks, góticos, etc), tribus que por aquel entonces y durante todos los 80 fueron muy prolíficas. Esto no estuvo exento de problemas. Hasta que la fiesta se trasladó a una sala llamada Barraca, en Les Palmeres (Sueca).

Evolución
La discoteca Barraca, ya veterana por aquel entonces, había destacado en los últimos años 70 por querer diferenciarse de alguna forma del resto de salas estilo fiebre del sábado noche. Y fue a partir de 1982, también gracias a Juan Santamaría y al entonces disc-jockey Carlos Simó, cuando el estilo tan ecléctico característico de Oggi/Metrópolis tuvo su continuidad en Barraca, escuchándose a formaciones tan dispares como unos aún desconocidos para el gran público y todavía alternativos Depeche Mode, U2 y The Cure; también gente como los influyentes The Smiths, herederos directos del punk como Big Audio Dynamite (BAD), Sigue Sigue Sputnik, Generation X y posteriormente su principal integrante Billy Idol, Public Image Limited (PIL) y posteriormente su integrante Jah Wobble,o los B-52; grupos de synthwave como A Flock of Seagulls, Visage o Ultravox, de pop-rock como The Fountainhead, Simple Minds, The Pretenders, e incluso bandas australianas de garage (garage rock) como Screaming Tribesmen, Hoodoo Gurus, Lime Spiders o grupos de rockabilly como los Stray Cats, y tantos y tantos otros, en lo que fue un excelente combinado musical de música eminentemente indie de primera mitad de los 80 y finales de los 70. La magia que irradiaba esta sala se contagió a todos los noctámbulos y tribus urbanas que la frecuentaban, reinando el buen ambiente y el espíritu cordial. Esto también se debió en parte a los efectos de la droga del momento, la llamada mescalina valenciana, o "mesca", la cual, tras estudios realizados, se demostró que estaba compuesta por MDA o "droga del amor", un derivado anfetamínico parecido al MDMA o éxtasis, pero con un marcado efecto alucinógeno parecido al LSD. Supuestamente, su relativa similaridad con la verdadera mescalina extraída del peyote hizo que adquiriese dicho nombre popularmente. La empatía entre la gente hizo que el ambiente que se respiraba fuera único, unido a la atracción por esta sala de muchos personajes destacados en el panorama cultural, musical y social de la época en España, a su talante excepcionalmente tolerante para aquellos años, que atraía a la gente que huía de la vulgaridad que se respiraba en la mayoría de salas convencionales, y a su ambiente colorista, kitsch y estrambótico, donde incluso el maquillaje estaba bien visto en los varones heterosexuales. No en vano, se dice que era todo un espectáculo ver cómo vestía la gente habitual de Barraca, además de ser una de las primeras salas españolas donde hicieron aparición las drag-queens, como la famosa Faraona. Otros aspectos a destacar de esta sala fueron su pista giratoria, los caballos de tío-vivo, que se convirtieron en marca de la casa, y su terraza.

Poco después del comienzo de esta nueva y exitosa etapa en Barraca, apareció en escena otra discoteca, situada a apenas 200 metros de la primera. Se trataba de Chocolate. Los responsables de esta discoteca, anteriormente dedicada a sonidos funky, no quisieron dejar pasar la oportunidad de atraer a este público tan exclusivo, aclarando lo de exclusivo por minoritario, tolerante, abierto y tremendamente hedonista, no por elitista. Pero en contraposición al colorismo de Barraca, Chocolate apostó por sonidos más oscuros y góticos, dentro del eclecticismo musical. Toni El Gitano fue su principal responsable musical esos primeros años, el cual pinchaba a gente como Bauhaus, Sisters of Mercy, Art of Noise, Throbbing Gristle, 400 Blows, Cabaret Voltaire, 1000 Mexicans, Anne Clark, Lords of The New Church, Snowy Red, Shriekback, y muchas otras rarezas de corte mayoritariamente siniestro y oscuro, tanto en temas de guitarra como en temas electrónicos (en muchos casos electrónica experimental), aunque no faltaron sonidos más rabiosos como el punk-rock de los Ramones, o el garage rock/psychobilly de The Cramps. Tras unos años en cabina, fue sustituido por José Conca en 1986. Además, esta sala se convirtió en la continuación de la fiesta para muchos barraqueros, ya que cerraba unas horas más tarde que Barraca. En cualquier caso, también se ganó a su propio público devoto. Gente amante del cuero y el color negro. También cabe mencionar la aparición de pequeños clubs after-hours, con toda probabilidad los primeros en España, para que todo este tipo de gente pudiera seguir por entonces el ritmo que la "mesca" les marcaba, como la sala Looping, en Valencia, donde pinchó gente como el propio José Conca, o Canteret, en Cullera.

Así pues, lo que hoy en día se conoce como clubbing, movimiento o forma de vida nocturna iniciada a principios de los 80 en Manchester y su famosa Hacienda, con su posterior explosión clubber, movimiento llamado Madchester, tuvo sus orígenes a nivel español en Valencia, aunque esa palabra realmente no se usara por aquel entonces en España. De hecho muchos son, incluyendo bandas y productores británicos que pisaron Valencia en esos años, los que hablaron de grandes paralelismos entre ambos movimientos a finales de los 80, con las principales diferencias en que en el Reino Unido, la música era prácticamente local y cerrada a ellos mismos, era autóctona y propia, y se basó mucho en un tipo de fiestas clandestinas llamado rave, mientras que Valencia estaba totalmente abierta a música importada de muchos países de Europa, como el Reino Unido, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia..., y también de los Estados Unidos, Canadá o Australia, y las discotecas tuvieron un peso mayor.

Retrocediendo al año 1984, la fama de estas dos salas, Barraca y Chocolate, era notable entre la gente más inquieta de Valencia, Madrid, Barcelona y otras ciudades. Y seguía uniéndose gente gracias al boca a boca, principalmente, o bien gracias a la aportación de algunos programas de televisión como La Edad de Oro en Televisión Española, o Estoc de Pop en la TV3 catalana. De este modo, hizo aparición en la escena valenciana otra sala mítica. Anteriormente llamada San Francisco, y dedicada a gente más convencional, es decir, a pijos o niños pera, como por entonces se denominaban, Spook Factory hizo acto de presencia en la historia de la noche valenciana y española. Esta sala ubicada en la pedanía valenciana de Pinedo, estaba situada mucho más cerca de la ciudad, y además en la misma carretera, por lo que a priori se le auguraba un gran éxito. Además empezó con vocación de llegar al gran público. Pero no todo fueron alegrías. La sala, durante sus primeras sesiones apenas atraía gente. Fue la casualidad lo que provocó que le llegase el éxito. Las autoridades castigaron a Barraca y Chocolate a un mes de cierre por ciertos acontecimientos, situación de la cual se aprovechó Spook Factory. Nunca volvió a estar vacía durante un solo fin de semana hasta al menos 1995 o 1996. Su pinchadiscos (término muy utilizado en los 70 y 80), o disc-jockey, se llamaba Fran Lenaers. Fue el primer disc-jockey que junto a una gran selección musical, empezó a integrar una gran técnica en las mezclas a los platos. Sin embargo, también es con toda seguridad el responsable de cierto cambio musical progresivo. No muy devoto del pop y el rock, su especialidad en cambio era el techno y el ebm, la maquinaria alemana o belga (de ahí el término makina, en realidad aún muy alejado de su significado despectivo y de lo que constituía bien entrados los 90) eran su principal argumento musical. La guitarra aún seguía presente, pero ya en un plano secundario. Esto aún hizo ganar adeptos. Además hubo otro factor que le aportó si cabe más éxito, y fue el hecho de ser la primera discoteca con un horario realmente amplio. En sus inicios, por la normativa, debía cerrar a primera hora de la mañana, pero solo durante media hora, y con el público dentro y la música apagada, para retomar la sesión tras esa media hora hasta bien entrada la tarde del sábado. Este hecho ayudó a que poco a poco la sesión fuerte de Spook fuera la de viernes noche. Poco a poco, debido a la pasividad o ignorancia de las autoridades en aquella época, y a los vacíos legales de una todavía inmadura legislación española a nivel de ocio nocturno, se fue obviando este pequeño parón, y la música ya no paraba desde medianoche hasta alrededor de las 16pm del sábado.

En 1986 saltó a la fama otra sala legendaria, Espiral, anteriormente dedicada a sonidos disco, y que no se encontraba en la habitual ruta en línea recta, sino tierra adentro, en La Eliana. Fue abanderada por su DJ, Jesús Brisa. La ruta se amplió pues hacia el interior del área metropolitana de Valencia. Esta sala se caracterizó por atraer a público menos selecto, más "de barrio", por decirlo de alguna manera, pero al mismo tiempo, el público más brutal de la ruta. Todo estaba permitido en esa sala. No habían reglas y el "todo vale" reinaba, y aun así, soportaba menos problemas entre la gente de lo que lo haría cualquier discoteca actual con todo su personal de seguridad. Era considerada como la más "cañera" del momento, hasta su sonado cierre y reconversión en una versión demasiado "light" de lo que había sido, ya bien entrados los noventa, hechos que precipitaron rápidamente su definitiva desaparición (fue la primera de las grandes en caer). Además incorporaba a este tipo de salas la novedad de disponer de una piscina.

Poco después llegaría Puzzle, antes llamada Bunker. Una discoteca muy moderna que aportó por entonces elementos novedosos en materia de iluminación, decoración, etc, y que además se enfocó musicalmente a sonidos más frescos, synthpop y technopop e incluso house. Por dar ejemplos, grupos como New Order, Camouflage, Cretu, T99, Boytronic o Red Flag podrían dar una idea de cómo fue su música durante los 80. Durante sus inicios, la discoteca no atraía suficiente público los sábados por la noche, pero esa carencia no tardó en suplirse, ya que su amplio horario (cerraba a media tarde del domingo en su sesión de sábados noche) ayudó a que se llenase de gente procedente principalmente de Barraca, Chocolate o Spook ya a partir de primeras horas de la mañana. Mención especial la tiene su por aquel entonces famosísima terraza al aire libre, cubierta ya entrados los 90, su cabina de DJ en la sala interior en forma de torre de barras metálicas, desde donde pinchaban los conocidos Gemelos, su cafetería, en el mismo edificio, pero separada (años más tarde se integraría en la propia sala), y por ser la favorita junto con Barraca del público gay.

Más adelante, llegaron otras discotecas transformadas hoy en día en leyenda, como fueron NOD, también llamada Don Julio porque así se llamaba anteriormente a reabrirse (NOD no era sino una inversión de la palabra Don), con el conocido Kike Jaén a los platos, y otro personaje importante en la movida valenciana como fue Clemente Martínez, anteriormente miembro de la plantilla de Spook, como gerente de la sala; y ACTV, que al poco de abrir fue liderada por otro gran DJ valenciano como fue Arturo Roger. La primera estaba situada en la misma zona interior que Espiral, al oeste de Valencia, concretamente en Ribarroja, por lo cual ambas discotecas siempre tuvieron mucha afinidad de público (NOD acabó actuando como after-hours de Espiral). ACTV en cambio, se encontraba en la Malvarrosa, junto a la playa. NOD fue la principal responsable de la cultura del parking, algo bastante más allá de lo que hoy en día se conoce como botellón, y consistente en líneas generales en que cada coche se transformaba en una pequeña discoteca y barra libre (muchos no escatimaban en invertir gran cantidad de dinero en grandes equipos de sonido), mientras la gente disfrutaba recorriéndolos a lo largo y ancho del parking, bailando y socializando, de alguna manera, con gente de todas partes. Aquello resultó en verdaderas orgías de fiesta en los mismos parkings de las discotecas. De hecho, a finales de los 80 y principios de los 90, podía haber tanta o más gente en los parkings de las discotecas de la ruta que dentro. Este tipo de ocio fue a los pocos años intentado atajar por los responsables de las propias discotecas, debido a la cantidad de dinero que dejaban de ganar, y a la peligrosidad que provocaban estas fiestas al aire libre situadas junto a carreteras conflictivas al tráfico en fines de semana, sobretodo en discotecas como Chocolate o Heaven. La discoteca ACTV, situada en un precioso edificio histórico llamado Termas Victoria, de ahí el nombre (Actividades Culturales Termas Victoria) apostó en sus inicios por sonidos frescos. Arturo Roger introducía acid house combinado con el pop, techno-pop, ebm y techno habituales, y aunque su época de esplendor popular coincidió con la época de la decadencia musical de la ruta, con el malogrado Manolo el Pirata, cuando esos sonidos habían derivado en música simple y embrutecida, ya casi desde sus inicios, en 1987, fue considerada como una de las principales salas de la Ruta Destroy. Tuvo sus sesiones after-hours de sábados y domingos por la mañana, entre otras, y empezó a la estela de otra sala de la Malvarrosa llamada Coliseum, la cual tuvo notable importancia durante un par de años, si bien esta acabó cerrando alrededor del año 1988. Ya a finales de los 80, ACTV acabó especializándose y concentrando al público más "rutero" en sus sesiones de domingos noche a lunes por la mañana.

Paralelamente a la Ruta Destroy, se hace necesario mencionar que, en buena parte, ésta se nutría de otros eventos, principalmente conciertos, muy prolíficos por entonces en la capital del Turia, de grupos y formaciones que se escuchaban en aquellas discotecas, tales como Killing Joke, Simple Minds, Immaculate Fools, Clan of Xymox, The Cramps y tantos y tantos otros, en salas como las propias Barraca o Chocolate, y otras más pensadas para este tipo de eventos, como Isla, Central o Pacha/Arena Valencia. Es significativo el hecho de que muchos grupos extranjeros, en su mayoría británicos, tuvieran un carácter de culto en Valencia, incluso superando el éxito que obtuvieron en su tierra. Es el caso de grupos como The Cult, The Mission, Transvision Vamp, Sad Lovers & Giants, Midnight, Twelve Drummers Drumming, The Bolshoi, Danse Society o los propios Simple Minds, cuyo cantante Jim Kerr reconocía ser un habitual visitante de las discotecas valencianas siempre que podía hacerlo.

De notable relevancia también fue el hecho de que existió una cierta conexión Valencia-Ibiza durante mitad de los 80. Antes de que Paul Oakenfold y otros conocidos disc-jockeys británicos descubrieran el filón ibicenco, e Ibiza acabase siendo feudo de legiones de clubbers de aquellas latitudes, y antes de la explosión del acid-house y de aquel famoso verano del amor (1988), había una cierta sincronía musical entre Ibiza y Valencia. No en vano, fueron muchos los valencianos, madrileños o catalanes habituales de la Ruta los que visitaban Ibiza en verano, con sus legendarias KU (ahora Privilege) y Amnesia como principales polos de atracción. Musicalmente, pues, hubo bastante afinidad. Antes, como se menciona arriba, de que Ibiza se especializase en la música house.

A finales de los ochenta, otras drogas fueron poco a poco desplazando a las "mescas" hasta hacerlas prácticamente desaparecer. Drogas también derivadas de las anfetaminas, pero más enérgicas y menos alucinógenas, como el MDMA o éxtasis, MDA, metanfetamina o speed.

(Fuente: Wikipedia)