Hackearon a Sarkozy

Nicolás Sarkozy puso una denuncia y espera un escarmiento inmediato. El problema es que no es fácil localizar a los ’piratas’ en la Red, por mucho que la víctima ocupe el trono del Palacio del Elíseo.

La exclusiva aparecía en la portada de Le Journal du Dimanche y obtuvo la plena confirmación oficial del Gobierno. Luc Chatel, portavoz del Ejecutivo, reconocía, en efecto, que el presidente había sido ’pirateado’, aunque la suma de las transacciones no parece elevada, según informa el diario español El Mundo.

Otra cuestión es el desconcierto que la noticia provocó en la opinión pública francesa a propósito de la inseguridad del sistema bancario. ¿Qué mortal puede librarse de una suplantación o de un comando de crackers (el nombre correcto de los piratas informáticos) si la cuenta del jefe del Estado fue vilmente intervenida desde fuera?

De hecho, las primeras investigaciones no sirvieron para determinar si son amateurs o auténticos profesionales. "El caso del presidente Sarkozy demuestra que el sistema de consulta por Internet no es infalible", explicaba ayer Luc Chatel a la emisora Radio-J.

"Los timadores van a ser sancionados tarde o temprano. Pero sería importante que las instituciones financieras reforzaran la seguridad. Los datos personales, sean del orden que sean, no pueden ser vulnerables ni han de circular descontroladamente, por mucho de que los fallos sean muy excepcionales", añadía el portavoz.

La ventaja de llamarse Sarkozy y de ocupar la presidencia consiste en la celeridad y en el volumen de los medios que se pusieron en marcha para localizar a los ’piratas’. El Fiscal de Nanterre (noroeste de París) movilizó a la brigada criminal de la policía y a la brigada financiera para despechar a Sarkozy y tranquilizar el desasosiego de los franceses.

Estafadores cibernéticos al margen, no puede decirse que le vayan mal las cosas el jefe del Estado. La crisis le sirvió para afirmar su reputación internacional y para reconciliarse con sus compatriotas.