Buscan a 3 etarras como los autores del asesinato del empresario vasco

La policía busca de este miércoles a tres personas como presuntos autores del asesinato en la localidad guipuzcoana de Azpeitia del empresario vasco Ignacio Uria Mendizabal.

Las primeras pesquisas señalan a un comando itinerante que actuaría por todo el País Vasco, lo que ha hecho pensar en la posibilidad de que los asesinos de Uria, también fueran los autores de la furgoneta bomba en la Universidad de Navarra, y del asesinato, con similar 'modus operandi' del ex concejal socialista, Isaías Carrasco.

Según la declaración del amigo que acompañaba a Uria en el momento de su muerte, había dos personas, uno de ellos el que disparó al empresario en la frente y en el pecho. No habla de la existencia de una tercera persona, que según la investigación, se habría quedado en el Alto de Itziar vigilando al dueño del coche que robaron para trasladarse a Azpeitia y matar a Uria.

Fuentes de la investigación no descartan ninguna hipótesis a la espera de las declaraciones de los testigos, el estudio de los casquillos y los restos del coche utilizado en el atentado, y que los terroristas quemaron en el alto de Itziar para borrar cualquier huella o indicio que pudiera aportar datos sobre los autores.

La Ertzaintza encontró tres casquillos de bala que fueron entregados a los expertos para averiguar si fueron disparados por la misma pistola empleada el pasado mes de marzo para asesinar en Mondragón a Isaías Carrasco.

La cercanía de las dos localidades hace abrigar la sospecha de que los autores de los dos crímenes puedan ser las mismas personas, aunque por el momento es sólo una hipótesis sin confirmar. La manera de actuar en ambos atentados ha sido muy similar: la banda ha recurrido a un pistolero para asesinar a sus víctimas, dos objetivos relativamente 'sencillos', ya que carecían de escolta y llevaban una vida normal.

Ambos fueron abordados en plena calle, Carrasco a la salida de su casa y Uria cuando acudía a un restaurante. En el asesinado de ex edil, el pistolero disparó cinco proyectiles del calibre 9 milímetros Parabellum, munición utilizada habitualmente por ETA.

Fuentes de la lucha antiterrorista señalan que ETA tuvo que hacer una labor de seguimiento y de recolección de información sobre el 'modus vivendi' de la víctima (sus horarios, sus zonas frecuentadas, etc). Los tres terroristas actuaron de forma muy estudiada, según informa Fernando Lázaro.

No se descarta tampoco que el comando se desplazara desde Francia para cometer la acción y, tras acabar con la vida del empresario, huyera de nuevo al país vecino.