Asesinan de un balazo en la nuca a un joven de 26 años porque era policía

Ocurrió en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge. Héctor Diego Orellano estaba junto a su novia en su auto cuando tres delincuentes lo abordaron. No le robaron nada y lo mataron a traición.

Por Canal26

Jueves 25 de Diciembre de 2008 - 00:00

Un agente de la Policía Federal fue asesinado de un balazo en la nuca delante de su novia por tres delincuentes en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, y la principal hipótesis de los investigadores es que lo mataron por su condición de policía, informaron fuentes policiales.

Dos jefes policiales confirmaron a Télam que al policía asesinado no le robaron nada y que la sospecha apunta a que los delincuentes pasaron por el lugar, lo vieron con el uniforme puesto junto a su novia y lo mataron a quemarropa.

Se trata de Héctor Diego Orellano (26), quien prestaba servicios en la comisaría 48 de la Capital Federal y murió mientras era atendido en el Hospital Churruca del barrio de Parque de los Patricios, donde había sido llevado de urgencia debido a la gravedad de las heridas.

Todo comenzó el martes pasado cerca de las 20, cuando el agente Orellano se encontraba junto a su novia, de 18 años, dentro de su auto Fiat Uno gris en la puerta de la casa de la chica, ubicada en Newton y Metán, de esa localidad bonaerense del partido de Lomas de Zamora, en el sur del conurbano.

Los investigadores determinaron que Orellano había prestado servicios en la comisaría 48 y que, tras cumplir su turno, se había dirigido a la casa de su novia para saludarla por la fiesta de navidad.

Allí permaneció algunas horas hasta que decidió retirarse, por lo que le pidió a la chica que lo acompañara hasta la puerta y ambos se sentaron dentro del auto a conversar.

Según pudo relatar la chica a los investigadores, tres jóvenes de entre 15 y 17 años pasaron por el lugar caminando y los miraron insistentemente.

Si bien continuaron caminando algunos metros más, luego dos de ellos regresaron y uno de los muchachos se puso frente a la ventanilla del conductor y el otro del lado del acompañante.

Fuentes policiales confirmaron que el delincuente que fue del lado del acompañante obligó a la chica a descender del rodado y se sentó en el asiento, mientras que el otro extrajo un arma de fuego y se la puso en la cabeza al agente.

Ante esa situación, se cree que el agente Orellano pensó en sacar su arma para resistirse, pero uno de los delincuentes le disparó un balazo inmediatamente en la cabeza de una corta distancia.

El policía quedó malherido recostado sobre el asiento, mientras que los dos delincuentes huyeron junto al tercer cómplice corriendo, ante los gritos desesperados de la novia del agente.

Orellano fue auxiliado por su novia y por los vecinos, que llamaron inmediatamente a la comisaría de Ingeniero Budge, cuyos efectivos lo trasladaron hasta un centro asistencial de la zona.

Debido a la gravedad de las heridas, el agente fue derivado de urgencia al Hospital Churruca, de la Capital Federal, donde quedó internado en terapia intensiva y murió unas horas después debido a las lesiones provocadas por el disparo.

Según las fuentes, el policía presentaba un orificio de entrada y uno de salida, por lo que no se pudo determinar el calibre del balazo.

Los policías bonaerense que llegaron al lugar del hecho, con la colaboración de sus pares de la policía federal, montaron un importante operativo en la zona para intentar localizar a los agresores, pero el resultado fue negativo.

Si bien la primera línea investigativa de los pesquisas apuntó a un intento de robo, luego la hipótesis se inclinó hacia un crimen vinculado a la actividad que realizaba la víctima.

"La saña fue contra el policía. Todo apunta a que lo vieron uniformado y lo atacaron por su condición de policía", dijo a Télam el jefe de una comisaría de Lomas de Zamora que participa de la pesquisa.

Otra fuente policial también confirmó esa línea investigativa y descartó en principio que el crimen haya estado vinculado a un robo, ya que en ningún momento le sustrajeron sus pertenencias, "ni siquiera el arma reglamentaria".

La causa quedó en manos del fiscal de Lomas de Zamora Nicolás Espejo, quien caratuló el hecho como "homicidio simple".