Lula da Silva advirtió que las inundaciones en Brasil son "una factura que le está pasando el planeta" a la humanidad

Lula da Silva. Foto: EFE.

Después de visitar las zonas devastadas por las inundaciones en Porto Alegre, al sur de Brasil, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva resaltó que la catástrofe es "un aviso para el mundo". Tras la muerte de al menos 101 personas y la búsqueda de cientos de desaparecidos por las fuertes lluvias, el mandatario pidió que la humanidad accione frente al desastre climático: "Tenemos que parar eso a tiempo".

Las inundaciones son "una factura que le está pasando el planeta" a la humanidad, dijo Lula da Silva en un acto en el que presentó un paquete de inversiones en áreas de infraestructura y prevención de desastres naturales. Estas medidas buscan "corregir décadas de ocupación desordenada de las ciudades de este país", señaló.

Encontrá más vídeos

Estos proyectos suman un valor total de 18.300 millones de reales (3.560 millones de dólares), que serán ejecutados en 532 ciudades de todas las regiones del país. Estas iniciativas se planificaban antes del desastre que las lluvias de los últimos días generaron en el sur del país.

Sin embargo, Lula resaltó que las autoridades todavía desconocen el costo total de la reconstrucción, pues la verdadera magnitud de los perjuicios solo podrá ser calculada una vez que las aguas bajen. En este marco, garantizó "todo el apoyo" financiero del Gobierno federal para "erguir" de nuevo a Rio Grande do Sul.

Te puede interesar:

Lula da Silva visitó las zonas afectadas por las inundaciones acompañado de su gabinete de crisis

Inundaciones en Rio Grande do Sul

El agua enterró ciudades enteras, como Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, que limita con Argentina y Uruguay. La zona fue declarada en estado de calamidad y 1,5 millones de personas de unos 400 municipios padecen la falta de agua y alimentos, además de los problemas en el suministro de energía.

Inundaciones en Brasil. Foto: EFE.

También se arruinaron miles de viviendas e infraestructuras, como puentes o rutas, y se dañó la producción agropecuaria y toda la actividad económica de uno de los estados más prósperos de Brasil.

La situación sigue siendo crítica y decenas de miles de personas permanecen abrigadas, a la espera de nuevos temporales que anunció el servicio meteorológico, atribuidos a las duras consecuencias de la crisis climática.