Los arrepentidos que faltan: empresarios, políticos, jueces y periodistas

Aquellos jueces y fiscales que no cumplieron con su función no solo tienen a favor la complicidad de sus respectivos fueros. También los protegieron periodistas y medios que conocen y no informan sobre las motivaciones extrajudiciales.

Por Canal26

Domingo 26 de Agosto de 2018 - 13:41

Bonadio - Juez causa de corrupción
Aquellos que no supieron cumpir su función y tuvieron a favor la complicidad de fueros, además de ser protegidos por periodistas.

 

Empresarios: en la época del Esado Kirchnerista, los retornos eran la norma. Las cajas principales fueron Vialidad, Energía, Obras Públicas y Transporte. A lo que se agregaba la recaudación para las campañas políticas y los negocios con Venezuela.


Además de los que ya se arrepintieron y los que lo harán, salpicarán a las provincias y municipios. Allí el mecanismo de la corrupción fue el mismo, aunque a distinta escala. En algunos casos se repetirán los protagonistas del escándalo nacional, pero aparecerán otros empresarios que en los distritos tuvieron un rol central.

 

El escándalo de corrupción afectará a empresas que crecieron con ese mecanismo mucho antes de Néstor Kirchner. Los empresarios y CEOs que hoy están en el Gobierno conocen la historia.

 

Políticos: la coima fue el método de recaudación personal y política, aunque se sabe no nació con el kirchnerismo.

 

Con la razón de financiar a la política o la motivación del enriquecimiento personal, los dirigentes argentinos conocen el método y lo aceptan en off the record. Si los llamaran a declarar, podrían argumentar que no estuvieron implicados, pero no que ignoraban lo que pasaba.


Jueces y fiscales: la denuncia de pocos medios y dirigentes como Carrió o Stolbizer, mostró la complicidad judicial, similar a la que aconteció durante la dictadura y el menemismo.

 

Con el kirchnerismo se desestimaban denuncias, las cajoneaban o las cerraban en tiempo récord, e inventaban causas a pedido del Ejecutivo para perseguir a los críticos o para espiarlos con coartada legal.

 

El primero fue el ex juez Oyarbide y se esperan más.


Aquellos jueces y fiscales que no cumplieron con su función no solo tienen a favor la complicidad de sus respectivos fueros. También los protegieron periodistas y medios que conocen y no informan sobre las motivaciones extrajudiciales. Hay dos razones para esa mala praxis.

 

Una es la necesidad de seguir recibiendo información caliente de esos juzgados. En Tribunales saben castigar a quienes critican con el cierre absoluto de las fuentes.


También el arrepentimiento de funcionarios y empresarios deja al descubierto el rol de los medios. Si guardaron silencio por ignorancia, no cumplieron bien su función, ni siquiera la de leer a los que denunciaban. Si lo hicieron por temor, es entendible, pero no es lo que sus lectores hubieran esperado. Y si fue porque entregaban silencio a cambio de negocios y pauta publicitaria oficial y privada, no parece ser una forma de cohecho muy distinta a la de los contratistas de la obra pública.


Dice Gustavos Gónzalez en su columna a Perfil: "Para las religiones, el arrepentimiento es el mejor remedio contra las enfermedades del alma. Pero en política el arrepentimiento no existe, como demostró Cristina esta semana."

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