Especies antiguas: revelaron cómo vivía un antepasado de los cocodrilos hace 237 millones de años

Se trata de un reptil que vivió en nuestro país durante el período Triásico. Los expertos buscan comprender de manera más integral cómo era la comunidad faunística que habitaba

Por Canal26

Viernes 9 de Febrero de 2024 - 14:55

Reptil, cocodrilo, animales. Foto: Unsplash Un antepasado de los cocodrilos. Foto Unsplash.

Un equipo de investigación del Conicet realizó el estudio 3D de la cabeza de un fósil de un antepasado de los cocodrilos modernos. Con este estudio logró revelar la forma en que vivían hace 237 millones de años en la provincia de La Rioja, territorio que conserva la mayor cantidad y los esqueletos más completos de esta especie en el mundo.

Se trata de un reptil que vivió en la mencionada provincia durante el período Triásico y, si bien los primeros fragmentos fueron hallados en 1998, en la última década investigadores encontraron cráneos completos y otros restos mejor preservados que fueron claves para poder estudiar cuáles eran sus hábitos.

"Logramos triplicar la cantidad de ejemplares originales que se conocían para esta especie y, gracias a ese material, pudimos reconstruir su anatomía completa y determinar que no se trataba de un animal tan basal o ancestral, sino más bien de una forma derivada más afín al linaje de los cocodrilos. Es un reptil de un grupo de pseudosúquidos que se conoce como erpetosúquido, que vivió en la región de Talampaya hace 237 millones de años durante el período Triásico", explicó Julia Desojo, de la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la Universidad Nacional de La Plata (FCNyM, UNLP).

Reptil, cocodrilo, animales. Foto: Unsplash El reptil vivió en el actual territorio de La Rioja. Foto: Unsplash.

Sucesivas campañas permitieron encontrar numerosos esqueletos casi completos, con el cráneo intacto, la columna articulada, las patas y los osteodermos bien preservados de esta especie llamada T. ruthae.

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T.ruthae: la reconstrucción de su cerebro

Este nuevo estudio publicado en la revista The Anatomical Record describió minuciosamente la osteología, es decir, las características óseas completas del cráneo de T. ruthae, y su paleoneurología, esto es, el estudio de la evolución y las características de su cerebro y órganos de los sentidos, como el oído, mediante tomografías computadas craneales que permitieron reconstruirlos en un modelo 3D a partir de la cavidad que ocupaban.

"La reconstrucción del cerebro nos permite hacer inferencias y estimar cómo habrían sido algunas de sus conductas y habilidades", aseguró María Belén von Baczko, investigadora del CONICET en el MACNBR y autora del estudio.

Reptil, cocodrilo, animales. Foto: Unsplash El T.ruthae era carnívoro. Foto: Unsplash.

"Lo que vemos en este animal es que, si bien hay características que nos dicen que era carnívoro, no era muy ágil. Debió haber sido un cazador de poca monta. Esto surge del estudio del oído, donde encontramos que los canales que lo conforman tienen curvaturas bastante bajas. Su estructura era más primitiva, entonces no era un animal que perseguía a sus presas con movimientos ágiles", aclaró la investigadora y agregó que "la vista tampoco era su mejor virtud, por lo que se entiende que tendría un olfato mejor desarrollado para compensar esas falencias".

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Un gran paso para comprender el pasado

De entre 2 y 3 metros de largo, T. ruthae era un cuadrúpedo cubierto por osteodermos en el dorso y los miembros, y presentaba un cráneo robusto en cuyo techo se destacaba una marcada ornamentación, similar a la que presentan los cocodrilos modernos.

En todo el mundo hay trece ejemplares de la especie, nueve de ellos fueron hallados en La Rioja por el equipo del CONICET y el resto en Alemania, Brasil, Escocia, Estados Unidos y Tanzania.

Reptil, cocodrilo, animales. Foto: Unsplash El T.Rhae presentaba un cráneo robusto. Foto: Unsplash

Los materiales de Tanzania y de Argentina son los más completos y mejor conservados. "Esto es interesante porque hemos hecho un aporte muy importante para completar el conocimiento sobre un grupo del que hasta hace apenas quince años se sabía muy poco", destacó Desojo.

El estudio del cráneo y la reconstrucción del cerebro fue el primer paso de una serie de trabajos que el equipo se propone hacer sobre T. ruthae, que incluyen, entre otras cosas, analizar en detalle las relaciones filogenéticas, es decir, sus vínculos de parentesco.

Asimismo, los expertos buscan comprender de manera más integral cómo era la comunidad faunística que habitaba, en la que convivían depredadores - dominaban los cocodrilos - y grandes herbívoros en un momento inmediatamente previo al origen de los primeros dinosaurios.