La llegada de un enorme pez de 200 kilos pone en peligro la biodiversidad de la Amazonía

Pez Paiche. Foto/Twitter:@EDICIONESREGION

Guillermo Otta Parum tiene una larga trayectoria en la pesca. En sus comienzos, se dedicaba a pescar peces autóctonos de la Amazonía boliviana, como los bagres. Pero, un gigante pez de agua dulce, conocido como paiche, cambió por completo su rumbo.

De nombre científico Arapaima gigas, es uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo, alcanzando los 4 metros de longitud. "Pensé que esta criatura era una serpiente de agua, que atacaría todo, que comerla sería malo, que podría ser venenosa", recuerda en diálogo con BBC Mundo.

Se estima que cada año, el paiche avanza otros 40 kilómetros en los ríos de la cuenca del Amazonas. Federico Moreno, director del Centro de Investigación de Recursos Acuáticos de la Universidad Autónoma del Beni, contó que su tamaño y apetito lo convierten en una gran amenaza para las poblaciones de peces nativos.

Pez Paiche. Foto/Twitter:@datusmagnificus

"Es un pez territorial, se apodera de un cuerpo de agua y ahuyenta a las especies nativas. Ese es uno de los problemas graves. Las otras especies huyen del depredador y se adentran en otros cuerpos de agua mucho más lejanos, más remotos y de difícil acceso”, explica Moreno.

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Su llegada a Bolivia

Nadie sabe con exactitud  el año en que el paiche apareció por primera vez en Bolivia. Muchos creen que su llegada fue resultado de un escape de una piscifactoría de paiche en Perú, donde estos peces son nativos.

En palabras de Fernando Carvajal, biólogo y experto en el paiche, estamos hablando de una especie voraz. "Durante los primeros años de vida, el paiche crece a una tasa de 10 kg al año. Esto significa que come mucho pescado".

Pez Paiche. Foto/Twitter:@luis_fh33

Si bien no cuenta con grandes dientes, se alimenta de pirañas y muchos otros peces. Además, come plantas, moluscos y pájaros; como si se tratara de una aspiradora gigante.

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Una especie que se extiende a pasos agigantados

Todavía es demasiado temprano para medir el impacto del paiche sobre las especies locales. Pero, ya son muchos los pescadores que informan sobre la disminución de algunos peces nativos.

"En una o dos décadas, el paiche se va a extender a todas las áreas potenciales donde esta especie pueda vivir", advierte Carvajal.

"Sabemos que en todo el mundo la mayoría de las especies invasoras son perjudiciales para la naturaleza. Esas especies se consideran la segunda causa más importante de pérdida de biodiversidad después de la destrucción de hábitat".

Pez Paiche. Foto/Twitter:@suriel

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Una nueva oportunidad

A pesar de sus consecuencias sobre la biodiversidad, el paiche ofrece grandes oportunidades a los pescadores locales.

"Cuando traje el primer pescado les regalé a los clientes trozos pequeños para que lo probaran”, relató Guillermo Otta Parum. De hecho, muchos pescadores decían que se trataba de un tipo de bagre para superar la resistencia de la gente.

Ahora, Edson Suzano dirige una planta procesadora de paiche en Riberalta, una ciudad en el noreste de Bolivia cerca de la frontera con Brasil. "Lo vendemos en todas partes: supermercados, mercados. Hay diferentes cortes, por lo que es relativamente barato. Compramos y procesamos alrededor de 30.000 kg al mes", afirma.

El principal desafío de los pescadores es hallarlo en la extensa Amazonía. El pez tiene un órgano similar a un pulmón y tiene que subir regularmente a la superficie para respirar, por lo que prefiere aguas más tranquilas. Esto obliga a las personas a trasladarse a zonas remotas para encontrarlo.

Pez Paiche. Foto/Twitter:@luis_fh33

Esto está creando conflictos con comunidades indígenas, quienes poseen títulos de propiedad sobre muchas de las lagunas remotas donde ahora se encuentra el paiche.

Los pescadores comerciales tienen que obtener licencias especiales para trabajar en estas zonas. Aunque, pescadores como Guillermo Otta Parum señalan que incluso cuando tienen la documentación correcta, a menudo no se les permite trabajar en lagunas remotas.