Se agrava la sequía en el Canal de Panamá y hay preocupación por cómo afecta al comercio global

El Canal atraviesa el punto más estrecho del istmo de Panamá (82 km). Fuente: Reuters.

El Canal de Panamá, uno de los puntos más importantes de la economía global, es el encargado de conectar el mar Caribe y el Océano Atlántico con el Océano Pacífico. Desde su inauguración oficial en 1914, constituyó un atajo clave para la navegación mundial: convirtió un viaje de más de 15,000 kilómetros alrededor de Sudamérica a uno de poco más de 65 km. Además, acercó la costa oeste de los Estados Unidos a Europa y cortó el camino entre los países de la línea del Atlántico y los mercados asiáticos.

Una de las principales preocupaciones sobre la situación actual del Canal refiere a las consecuencias inminentes del cambio climático. Ecologistas y meteorólogos informaron la disminución significativa de las precipitaciones en América Central, un hecho que provoca la baja del nivel de agua dulce que fluye hacia el mar cada vez que se abre el canal. Por otro lado, impide el paso de los grandes barcos que lo atraviesan, algo que, según expertos, haría peligrar el comercio global. 

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Las principales consecuencias para la actividad comercial

El Canal de Panamá requiere de una vasta cantidad de agua dulce, debido a que los barcos deben atravesar necesariamente por un sistema de esclusas que los elevan (a 26 metros sobre el nivel del mal) o los hacen descender. Según la consultora Everstream, se requieren aproximadamente 200 millones de litros de agua para abarcar cada paso de un barco por el Canal.

La Autoridad del Canal de Panamá, que se encarga de la administración, implementó durante los últimos meses una serie de restricciones para el calado, el cual se mide verticalmente desde la parte inferior de la quilla del barco hasta la línea de flotación. Según los registros del mes de mayo, el nivel fue de 13,5 metros, un número desesperanzador para los analistas de Everstream, quienes no vislumbran mejoras en un corto plazo, sino que al contrario, creen que la situación podría empeorar aún más en los próximos meses.  

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ARD, una emisora alemana, informó sobre las intenciones de navieras como Hapag-Lloyd en cargar menos contenedores en sus barcos con el fin de reducir el calado, una medida que, si bien puede resultar favorecedora para el Canal, no lo es para la comercialización. La manera de compensar la pérdida de ingresos por transportar menores volúmenes de carga es a través de recargos, que podrían alcanzar los 500 euros por caja. Además, el presidente de la Asociación de Comercio Exterior y Mayorista alemana, Hans-Fabian Kruse, advirtió sobre una interrupción masiva de las cadenas de suministro y tiempos de transporte más prolongados, lo que también afectaría los precios.

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La búsqueda de soluciones

En 2019, el Canal de Panamá afrontó uno de los años más secos de la historia, lo cual fomentó a que en el año 2020 el cambio climático fuera lo "suficientemente probado" en dicho territorio. En el otro lado del mundo, específicamente en Europa, las sequías también afectaron directamente el nivel de las aguas, como por ejemplo, en el Río Din, que provocó una suba en los precios de la gasolina y el petróleo, un escenario que podría repetirse este año. 

La solución que encontraron las autoridades del río Rin fue la profundización de la práctica del dragado: un proceso que implica la eliminación de rocas, sedimentos y otros materiales subacuáticos en ambientes marinos, fluviales o lacustres. Esta medida no es adecuada para el Canal de Panamá debido a su tamaño, ya que no es posible emplear máquinas de grandes dimensiones que requieren cierto espacio para funcionar de manera óptima. Es por eso, que el Canal valorará la construcción de esclusas de ahorro, para que el agua dulce pueda reutilizarse, así como también evaluarán la implementación de embalses y plantas desaladoras de agua de mar.