Coronavirus: la importancia de la actividad física para el sistema inmunitario

Especialistas analizaron la capacidad del organismo para combatir las infecciones y los beneficios del ejercicio. Conocé todos los detalles en la nota.

Por Canal26

Sábado 14 de Marzo de 2020 - 17:45

Actividad física contra el coronavirusActividad física contra el coronavirus

El coronavirus afecta a todo el mundo y no discrimina por edad, género o clase social. Ante esto, debemos buscar alternativas para mejorar nuestro sistema inmune.

 

Ante esto, las investigaciones científicas más recientes sugieren que mantenerse en forma mejora nuestro sistema inmunitario y que incluso una sola rutina de ejercicio puede aumentar y mejorar nuestra capacidad para combatir los gérmenes.

 

No obstante, algunos estudios también señalan que el tipo y la cantidad de ejercicio podrían influir en la manera en que este afecta nuestras respuestas inmunes. Una mayor cantidad de ejercicio no es necesariamente mejor. Además, el lugar en el que nos ejercitamos también podría ser relevante. Es acá donde entran los descubrimientos recientes acerca de la cantidad de gérmenes que hay en los gimnasios.

 

Por ejemplo, una serie de experimentos realizados en ratones en 2005 demostró que, si los roedores corrían a paso moderado durante 30 minutos diarios, aproximadamente, durante varias semanas, tenían mayores probabilidades de sobrevivir un tipo de influenza viral de roedores que los que no se ejercitaban.

 

No obstante, al mismo tiempo, algunas investigaciones indicaron que una rutina de ejercicio extenuante podría reducir nuestras respuestas inmunitarias de manera temporal en los momentos posteriores al ejercicio, exponiéndonos a un mayor riesgo de contraer una infección oportunista después de ejercitarnos.

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Esta posibilidad se conoció como la teoría de la “ventana abierta” y se basó en experimentos realizados en animales y en humanos, demostrando que las células inmunitarias inundaban nuestro torrente sanguíneo inmediatamente después de un ejercicio arduo y luego desaparecían de forma abrupta, pues, presuntamente, morían a consecuencia del estrés del ejercicio. Al parecer, esta desaparición nos dejaba con niveles reducidos de las células que reconocen y combaten patógenos intrusos, lo cual dejaba una ventana abierta para que entraran los gérmenes.

 

Del mismo modo, en un estudio publicado el año pasado, los ratones en forma y entrenados para ejercitarse, los cuales recibieron inyecciones con gérmenes inmediatamente después de una carrera extenuante, combatieron la infección mejor que los animales sedentarios, en gran medida, según demostró un análisis molecular, debido a que sus células inmunitarias se dirigieron hacia los patógenos y los encapsularon, mientras que esas mismas células se dispersaron de manera más difusa en los tejidos de los animales inactivos.

 

No obstante, hay algunas advertencias. Si no te ejercitaste últimamente, tal vez este no sea el momento ideal para comenzar una nueva rutina de ejercicio ambiciosa y extenuante en extremo. En los estudios de 2005, realizados con ratones e influenza, un grupo distinto de animales que corrieron vigorosamente durante semanas desarrollaron síntomas un tanto más graves y de mayor duración que los ratones que corrieron moderadamente antes de contraer las infecciones, aunque las diferencias fueron mínimas.

 

Tampoco ignoremos las reglas básicas de higiene y sentido común. Lavate las manos con frecuencia antes y después de ejercitarte; reduce tus rutinas de ejercicio o suspendelas si te sientes mal; evitá a los compañeros de entrenamiento que tosen o estornudan, y pasa una toallita húmeda por el equipo del gimnasio antes de utilizarlo.

 

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