Copa Libertadores: Boca sufrió un duro golpe ante Paranaense en la gran noche de Marco Ruben

Cayó 3 a 0 en Brasil en una noche inolvidable para el ex futbolista de Rosario Central. Reviví el partido en la nota.

Por Canal26

Martes 2 de Abril de 2019 - 20:16

Triunfo de Atlético Paranaense ante Boca en Copa Libertadores (Reuters)

Boca desperdició claras chances de ponerse en ventaja y, en una consagratoria actuación del argentino Marco Ruben, sufrió una dura goleada como visitante por 0-3 frente a Atlético Paranaense, actual campeón de la Copa Sudamericana, por la tercera fecha del Grupo G de la Copa Libertadores 2019.

 

Ruben, que en diciembre fue campeón de la Copa Argentina con Rosario Central, abrió el camino a los 35 minutos del primer tiempo para los brasileños, después que Darío Benedetto falló dos clarísimas situaciones de gol para el "Xeneize".

 

En el complemento, la desesperación fue el principal enemigo de Boca, que quedó expuesto defensivamente y encontró en la efectividad de Ruben su perdición.

 

A los 23 minutos empujó en el segundo palo un certero contragolpe y a los 35 metió un cabezazo al arco vacío después de una jugada de córner que dio en el travesaño ante las dudas del arquero Esteban Andrada.

 

El "Xeneize" llegó a Curitiba como líder de grupo con cuatro puntos, pero ahora fue superado por el "Furacao" brasileño, que llegó a seis unidades.

 

Por detrás, con un partido menos que jugarán entre sí este miércoles, quedaron Deportes Tolima de Colombia (3) y Jorge Wilstermann de Bolivia (1), justamente el próximo rival del "Xeneize" el miércoles 10 en "La Bombonera".

 

Era la primera gran prueba en casa para este Atlético Paranaense con graduado continental: recibir a los vigentes subcampeones de Libertadores con el liderato del Grupo G en juego.

 

Era el momento de demostrar si el salto internacional del año pasado iba en serio.

 

La goleada contra el Wilstermann les había atenuado el mal sabor de boca del estreno con derrota ante Tolima, pero el torneo pisa ahora el acelerador y una victoria en casa supone medio boleto para octavos.

 

No es fácil, sin embargo, ponerse enfrente de las seis Libertadores de Boca y a los locales les costó sentirse en casa.

 

Solo al cuarto de hora Nikao se atrevió a romper el bloqueo desde lejos sin inquietar a Andrada, antes de que Benedetto le diera el primer escalofrío a los paranaenses.

 

Con Ábila lesionado, los argentinos le buscaban a él y a Tévez en unos ataques que, poco a poco iban entrando en calor y que casi prenden cuando Reynoso aprovechó un fallo de la defensa brasileña con un doble disparo que contuvo un atenstísimo Santos.

 

En vez de hundirle, el susto activó a un Atlético que subió las revoluciones y respondió con un remate fuerte de Rony que salvó Andrada in extremis.

 

El partido, de repente, era otro y la intensidad, la propia de cuando argentinos y brasileños se cruzan en la Libertadores. Da igual que sea la primera vuelta de la fase de grupos o que todavía esté todo por decidir: hay mucho más en juego.

 

Así lo recordaron los miles hinchas que explotaron de júbilo cuando Marco Ruben puso el 1-0, después de una gran internada por la izquierda de Rony, que el ex jugador de River y Rosario Central aprovechó desde el segundo palo, previo paso por Lucho González.

 

Con el juego desatado, la balanza se inclinaba ahora de lado de los brasileños, pero todavía quedaba mucha noche y, con los ánimos cada vez más tensos, se anunciaba sobre todo larga para el juez.

 

Volvieron del descanso buscando la reacción los argentinos, que volvieron a intentarlo por medio de Benedetto, pero la noche tenía ya un dueño.

 

No era Rony, que pudo poner el segundo tras una gran jugada individual en la que se recorrió solo casi medio campo, dejando atrás incluso a Andrada. Era Marco Ruben, quien casi tiene que ser sustituido en a los 20 minutos tras un choque con el arquero xeneize durante un córner que le dejó la mejilla sangrando. Pero, después de ser atendido, regresó al cancha con un esparadrapo negro en la cara y dos tantos todavía en el bolso.

 

El primero llegaría tras un pase de Bruno Guimaraes que le corriendo casi solo hacia puerta, con el arquero superado. Y aún quedaba más: a la noche inolvidable del argentino, que a sus 32 años llegó en enero a Curitiba, le quedaba el broche que llegaría en el 81.

 

Fue entonces cuando, sin escarmentar del golpe que se había llevado minutos antes, volvió a saltar para aprovechar el rebote al travesaño de un primer cabezazo de Rony y cerrar, también de un testarazo, una noche inolvidable. Para él y para el Atlético sin techo.

(Foto: Reuters)

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